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El viejo oeste vuelve a disparar con la IA: el terrateniente del siglo XIX que triplica su valor y entra en el S&P 500

  • Texas Pacific Land sube un 200% este año y entra en el principal índice
  • La empresa nació para gestionar grandes terrenos en la 'conquista del oeste'
  • La firma arrenda tierras a petroleras... y ahora lo hace a centros de datos

La IA ha dejado a su paso una serie de grandes ganadores. Los más conocidos son las empresas de chips, que aspiran a convertirse en la infraestructura que sostenga en nuevo mundo. Por su parte, las nucleares (en particular Vistra) se disparan en Wall Street ante el auge de los centros de datos, los cimientos de esta revolución y que necesitarán suministro de energía. Siguiendo esta última línea, un evento ha extraño e inesperado para muchos inversores ha sucedido en los mercados. Una empresa nacida durante la era del 'wild west' y, según parecía, condenada a la decadencia más de un siglo después ha triplicado su valor y ha entrado oficialmente en el S&P 500.

Texas Pacific Land se creó en 1888. En aquel entonces, en plena fiebre por alcanzar el ir consolidando el 'lejano Oeste', EEUU había intentado unir ambas costas con una vía ferroviaria desde Texas hasta California. Sin embargo la ruta no se completó y devino en una quiebra total de Pacific Railway Company, la firma al cargo. La caída en desgracia de este proyecto había dejado tras de sí un reguero de terrenos sin dueño. Enormes extensiones de tierra tuvieron que ser gestionadas por una nueva firma creada para este fin.

Hasta aquí parecía llegar el papel en la historia de TPL, un pequeño gestor de terrenos que viviría para liquidar los activos de un gigante del ferrocarril que, a priori, no tendrían mucho valor. Sin embargo bajo el suelo de estas tierras latía la sangre que movería el nuevo mundo, el petróleo y Texas se convertiría en el campo de descubrimientos más importante de todo el país y uno de los mayores del planeta.

Sin embargo, TPL no subo aprovechar esta oportunidad por falta de ambición. La empresa no se consideraba a sí misma como una parte de la industria y por ello se desentendía de los mismos vendiéndolos rápidamente y solo quedándose con unas 'regalías'. Este es el motivo por el que a pesar de ser bendecida con 3.600 kilómetros cuadrados en su portfolio, apenas cuenta con 100 trabajadores y 632 millones de dólares anuales de ingresos.

Ahora la firma parece que ha vuelto a ser bendecida por el destino y en 2024 roza subidas superiores al 200% logrando el hito de entrar en el S&P 500 el pasado viernes reemplazando a Marathon Oil y logrando una capitalización de 38.710 millones de dólares. Más allá del crudo, ha encontrado su gran negocio en la Inteligencia Artificial. Para entender este fenómeno hay que conocer el modelo de negocio de esta empresa. Básicamente TPL gana dinero por dos vías, en primer lugar, gracias al agua, que compone un tercio de sus ingresos. La firma vende agua a las empresas de 'fracking' (que es necesaria para este proceso de extracción) y luego arrenda sus terrenos para terrenos.

Por su parte dos tercios de su facturación viene directamente del crudo, el negocio que permitió su primer 'auge'. La empresa no estaba especializada hasta 2026 en la materia prima ni lo estuvo en el momento de los grandes descubrimientos, por lo que ha ido cediendo los derechos los terrenos. Sin embargo se reservaba el derecho a unas pequeñas regalías por la actividad en los mismos. Esta es su principal fuente de negocio. El último lustro ha conseguido mejorar sus cifras con arrendamientos directos a petroleras de forma más generalizada.

"La energía en Texas puede llegar a ser "seis veces más bajo que en California"

Ahora los centros de datos, la infraestructura sobre la que se construirá la IA ha encontrado en Texas uno de los mayores caladeros de todo el mundo. Según el último informe de CBRE "Texas, en particular Austin, Dallas, Houston y San Antonio, se han convertido en uno de los lugares más demandados del mundo". El motivo es el gran consumo de energía que requieren estos activos, algo que ha llevado, por ejemplo, a que Microsoft invierta una central conocida por protagonizar uno de los mayores accidentes nucleares de la historia, para abastecerse.

En ese sentido CBRE indica que Texas ofrece en primer lugar "grandes recursos con los que abastecer estos centros de datos", al mismo tiempo que cuenta con "una desregulación energética y eléctrica" que fomenta "una innovación a gran escala de las más altas de todo EEUU". En ese sentido, según indica la firma el precio de la energía en Texas puede llegar a ser "seis veces más bajo que en California" algo que ha disparado su atractivo.

Para TPL esta es la gran promesa de abrir un nuevo negocio que dispare sus perspectivas. La propia empresa explicó en sus últimos resultados que estaban debatiendo extender los arrendamientos que con los que han crecido en el petróleo a los centros de datos. "Hay muchas conversaciones en curso dentro de la industria y definitivamente dentro de TPL" comentaba Tyler Glover, el ceo de la firma. "Creemos que estamos tan bien posicionados como cualquier otro en el oeste de Texas para brindar soluciones de tierra y agua a medida que se presenten esas oportunidades".

Este es el motivo por el que el último rally de la tecnología ha llegado a una empresa decimonónica como esta, pero no ha sido la última. LandBridge, que posee alrededor de 890 kilómetros cuadrados en la Cuenca Pérmica, ha triplicado el valor de sus acciones desde su oferta pública inicial en junio. La empresa acordó comprar más terrenos este mes en un acuerdo que ampliaría su superficie en un 20%, citando el potencial para "infraestructura digital y proyectos de energía renovable".

Queda por ver si estas firmas consiguen utilizar la IA para catapultarse como imperios inmobiliarios de una nueva era o si, por contra, la oportunidad pasa de largo. En cualquier caso, de momento esta ventana las ha puesto en el mayor foco empresarial del mundo, el S&P 500. En tiempo récord los 'terratenientes' del lejano oeste han pasado de ser un negocio desconocido a convertirse en una de las grandes promesas para los analistas de Wall Street.

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