
A comienzos de agosto -hace apenas dos meses- el mercado japonés se colocó en el centro de todas las miradas. Las fuertes caídas de la bolsa tokiota, con el Nikkei a la cabeza, arrastraron al resto de índices mundiales e hicieron cundir el pánico entre inversores y analistas. Al menos de manera temporal. Tras el crash, las bolsas han sido capaces de recuperarse (algunas con creces) y dejar atrás el suceso bajista. Y ahora, pese a que las aguas han vuelto a su cauce, las cosas no han vuelto a ser como antes.
El mejor ejemplo lo representa la divisa del país nipón. El yen empezó en agosto a apreciarse frente al dólar. De hecho, la moneda japonesa logró revalorizarse casi un 4% frente al dólar estadounidense en las tres sesiones en las que la bolsa asiática se desplomó un 19% y alcanzó a mediados de septiembre su máximo nivel desde el verano de 2023 en su cruce con la divisa yankee. Ahora esta tendencia ha cambiado.
Desde el pasado 16 de septiembre, día en el que el yen marcó sus máximos en 14 meses, la moneda japonesa ha entrado en una espiral bajista que ni la elección del nuevo primer ministro (partidario de una política monetaria menos acomodaticia) ha sido capaz de frenar en las últimas sesiones. En apenas 15 días el par ha descendido más de un 4% con la sesión del 2 de octubre como la más bajista en la cotización del yen desde junio de 2022.
Esta dinámica ha favorecido el avance del Nikkei, que ha logrado repuntar un 8% en las últimas 15 sesiones y que al calor de una divisa más débil -algo favorable para las empresas de una economía netamente exportadora-, se encuentra en disposición de aprovechar el potencial superior al 14% que el consenso de mercado recogido desde Bloomberg le presume de cara a los siguientes doce meses.
Según los analistas, la postura más acomodaticia del Banco de Japón (BoJ) ha sido clave en el debilitamiento del yen en las últimas horas y ha venido a reforzar el optimismo del mercado. La entidad nipona sorprendía esta semana a propios y extraños al señalar que la economía no está preparada para otra subida de los tipos de interés. Algo que ha servido de contrapeso a la elección del nuevo primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, que había sido percibido por el mercado un detractor de los Abenomics, las políticas económicas propulsadas por el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, basadas en la expansión monetaria, el estímulo fiscal y las reformas estructurales.
"Su apoyo a la normalización de la política monetaria y a la subida de los impuestos de sociedades podría afectar significativamente al panorama financiero japonés", destaca Mario Montagnani, Estratega de inversión senior de Vontobel, que advierte de que estas medidas podría afectar a las perspectivas de la renta variable japonesa y del carry trade del yen por los cambios que pueden suponer en los tipos de interés, el valor de la divisa y las políticas fiscales.
Y es que, una apreciación de la divisa resta atractivo al carry trade del yen, una estrategia en la que los inversores toman prestados yenes para invertir en clases de activos de mayor rentabilidad. "Un yen más fuerte reduciría la rentabilidad de esta estrategia, y los operadores podrían empezar a deshacerse de las posiciones cortas en yenes. Ya tuvimos una muestra de ello durante el pasado mes de agosto. Por último, un yen más fuerte podría perjudicar a las actividades de exportación a las que Japón está estructuralmente vinculado", explica el experto.
Sin embargo, tal y como destacan desde Banco Sabadell "el flamante nuevo primer ministro, Ishiba", se ha visto recientemente obligado a reconocer que "mantendrá las políticas económicas de su predecesor Kishida" y eso ha sido recogido con los brazos abiertos por los alcistas en el Nikkei y los bajistas en el yen.
Además, "la dependencia de Japón en las exportaciones a China implica que cualquier aumento de la demanda en el gigante asiático podría tener un impacto significativo en la economía nipona", amplia por su parte Bas Kooijman, CEO y gestor de activos de DHF Capital SA, que hace hincapié en la importancia de la evolución de la economía china en el porvenir económico nipón.