
Jornada caótica en Tokio. Con una caída del 4,8%, el Nikkei 225 vive uno de los mayores retrocesos diarios del año. El selectivo está pagando la victoria sorpresa de Shigero Ishiba, el exministro de Defensa y Agricultura. El nuevo alto cargo ha anunciado que, tan pronto como llegue al poder disolverá las cámaras y convocará unas nuevas elecciones legislativas. Los mercados no esperaban que este candidato pudiera derrotar a Sanae Takaichi y el giro de los acontecimiento ha pillado a los inversores con el pie cambiado pero... ¿por qué ha disgustado tanto al mercado?
Desde Julius Baer explican que el nuevo primer ministro "cree que debe corregir las Abenomics (las políticas puestas en marcha por el primer ministro Shinzo Abe)" y, en consecuencia "corregir la posición del yen japonés para que sea fuerte", algo que no gusta a las grandes empresas cotizadas, que aprovechan el bajo valor de la moneda para crecer en sus mercados internacionales.
Por su parte, Ishiba confía en una política de estricto control fiscal y para ello ha hablado en repetidas ocasiones de dos medidas muy polémicas, un impuesto extra a las ganancias de las empresas y otro a los dividendos de las mismas. "Al mercado le preocupan estos impuestos y, en nuestra opinión habrá mucha volatilidad hasta que no aclare este tema".
Por último, la llegada de este político al poder arroja muchas incógnitas. En primer lugar en el plano internacional "es agresivo, apostando por una OTAN asiática y la existencia de una gran fuerza nacional" comentan desde la firma helvética. Algo que, pese a ser bueno para el sector de la defensa, supone incertidumbre geopolítica, en particular, por las relaciones con China y Rusia. En el plano interno "las elecciones anticipadas que Ishiba acaba de convocar también pueden agregar incertidumbre al mercado japonés".
Todos estos factores han provocado que ni siquiera unos halagüeños datos de ventas minoristas en agosto, con una subida del 2,8% interanual, superando las estimaciones del 2,3% de los analistas, impidan la enorme caída que se ha vivido en el índice japonés. Que se mantuvo volátil a la espera que todas estas incógnitas sobre el nuevo líder japonés se despejen.
Por su parte, el CSI 300 se ha disparado un 6% ante el índice oficial de gerentes de compras, que ha llegado a los 49,8 puntos, es decir, al borde de abandonar la contracción (50 puntos marca el límite). En ese sentido Magellan Capital, en declaraciones a la CNBC señala que el mercado nipón había sido en buena medid un refugio frente a la debilidad del chino. "Ahora, el estímulo de Pekín y el cambio de tendencia provocan que la bolsa de Tokio esté bajo presión", comenta la gestora, Britney Lam.