
Una de las corrientes de pensamiento que más arraigo tiene en el mercado, es aquella que señala que la inversión en oro y en aquellos activos íntimamente ligados a su evolución no están correlacionados con otros activos financieros y que, por ende, se puede pensar en ellos como diversificadores eficaces a la hora de llevar a cabo una asignación global de una cartera.
Por eso, la inversión en fondos ligados al metal dorado se ha disparado en algunos momentos en los que los inversores han buscado fehacientemente descorrelacionarse de la tendencia. Una decisión que, muchas veces ha sido tomada obviando que el subyacente que hay oculto detrás de dichos fondos de oro son generalmente las principales empresas mineras de oro y no la evolución de a propia materia.
"Observamos un renovado interés por las empresas que operan en el sector del oro. De hecho, los productores de metales preciosos son los principales beneficiarios de la subida de los precios del oro", destaca en este sentido, Charlotte Peuron, gestora fondos de renta variable de Crédit Mutuel Asset Management, quien asegura que en la actualidad, las empresas están obteniendo muy buenos resultados financieros porque sus costes están controlados y sus precios de venta están subiendo.
Como resultado, las empresas están generando márgenes muy elevados o incluso históricos. "De hecho", afirma Peuron, "para un precio de venta de 2.500 dólares por onza de oro, los márgenes de las compañías podrían alcanzar el 59% sobre el coste en efectivo y el 45% sobre el coste total sostenido (AISC) de media". En los últimos trimestres, las empresas han generado un cómodo flujo de caja libre y están devolviendo beneficios a los accionistas mediante dividendos o recompra de acciones. Las empresas también están reinvirtiendo este efectivo en la exploración de recursos minerales para aumentar sus reservas o, en algunos casos, para acelerar la construcción de nuevas minas.

Según los datos recogidos desde Factset, las 8 empresas mineras de Europa y Norteamérica más ligadas al metal dorado (extracción, producción o incluso venta de este mineral a otras empresas para su posterior colocación a minoristas) han conseguido convertir este 2024 en uno de los más prolíferos los últimos años. De hecho, la media de firmas de inversión espera que estas compañías multipliquen casi por tres las ganancias netas de 2023 hasta alcanzar los 15.000 millones de euros.
Una tendencia que de cara a 2025 también se mantendrá ya que las previsiones apuntan a un incremento del beneficio del 30% para dicho año, hasta rozar los 20.000 millones de euros.
"La ventaja de invertir en empresas auríferas, especialmente durante los periodos en los que el precio del activo subyacente está subiendo, es que se puede captar el apalancamiento operativo y financiero, así como el crecimiento de su producción y reservas. Para los inversores de estas compañías, también significa aprovechar las primas por fusiones y adquisiciones, algo que la compra de una moneda de oro no puede ofrecer", inciden desde Crédit Mutuel Asset Management.
En ese sentido, los expertos esperan que las principales firmas de sector (con Barrick Gold y Freeport-McMoRan entre las mejores recomendadas por los expertos) logren una revalorización de sus acciones en los siguientes doce meses superior al 13%, lo que supondría superar el comportamiento del S&P 500 en el mismo periodo de tiempo, que según estiman los analistas se revalorizará un 10%.
No es para menos si se atiende a que existen motivos suficientes para pensar que la demanda de oro seguirá viéndose impulsada, y que se dan las condiciones para que el metal dorado explore nuevos límites. Así lo entiende Oliver Taylor, gestor de fondos multiactivos en Schroders, y Joven Lee, estratega multiactivos en Schroders, quienes apuntan a los rendimientos reales estadounidenses, la evolución del dólar, la demanda occidental, de los hogares orientales y de los bancos centrales como principales motores para la positiva evolución del metal en el mercado de materias.
Tambien apuntan los expertos de Schroders a los riesgos geopolíticos y de devaluación de divisas como otros factores que pueden impulsar el precio de la cotización del metal en los próximos meses. "En tiempos de incertidumbre, los inversores tienden a buscar activos percibidos como refugio para cubrirse de los riesgos geopolíticos: la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Oriente Medio no son excepciones. Sin embargo, parece estar surgiendo una preferencia por el oro frente al dólar", afirman.