
El primero de los 247 pozos de petróleo del Bloque 43-ITT, uno de los principales yacimientos de crudo de Ecuador, ha sido 'desactivado' este miércoles como parte del proceso de cierre de esta explotación que los ecuatorianos decidieron desmantelar en un histórico plebiscito celebrado hace más de un año. Así, Ecuador da inicio al fin de una era basada en los ingresos petroleros. El lento declinar de su producción de crudo se acelerará tras el cierre de este importante bloque.
De este modo, el Gobierno de Ecuador ha puesto en marcha de este modo el proceso de cierre de pozos en el Bloque petrolero 43-ITT, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, reserva de la biosfera en la Amazonía (este), en cumplimiento a una consulta popular en la que los ecuatorianos decidieron dejar bajo tierra el petróleo de ese campo. Se estima que las reservas de crudo del campo podrían oscilar entre los 500 millones y los 1.000 millones de barriles.
El Ministerio de Energía y Minas informó en un comunicado que, de esta manera, se cumple con los resultados del plebiscito celebrado el 20 de agosto de 2023, que implica "el cierre anticipado y posterior abandono de este bloque", localizado en la provincia de Orellana (nororiente). Este bloque podía llegar a suponer más del 10% de toda la producción de petróleo de Ecuador. Este pequeño país produce unos 480.000 barriles de crudo.
Según a la Agencia de la Información Energética de EEUU, Ecuador tiene el 0,5% de todas las reservas de petróleo del mundo, lo que lo convierte en el cuarto país con mayor cantidad de reservas en América Latina y el Caribe, con aproximadamente 8.270 millones de barriles. Ecuador alcanzó su punto máximo de producción en 2014 con alrededor de 562.000 barriles por día. Sin embargo, la industria petrolera de Ecuador ha tenido dificultades para mantener la producción debido al envejecimiento de los yacimientos, las interrupciones de los oleoductos y las preocupaciones medioambientales.
Idas y venidas con la OPEP
Además, Ecuador ha pertenecido a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) desde 1973, aunque la abandonó de forma temporar en 1992, ante la imposibilidad de cumplir con las cuotas de producción impuestas por la organización, para volver a reingresar en el cártel en 2007 bajo la presidencia de Rafael Correa, con la esperanza de beneficiarse nuevamente de la coordinación internacional en la producción petrolera y mejorar su posición en los mercados globales. El regreso coincidió con un nuevo auge de los precios del petróleo y una etapa de reformas económicas y políticas en el país.
Sin embargo, en 2020, Ecuador decidió nuevamente retirarse de la OPEP. Esta decisión fue motivada por la necesidad de tener mayor flexibilidad para aumentar su producción y obtener ingresos adicionales, en un contexto económico difícil debido a la caída de los precios del petróleo y los problemas financieros internos. La salida de la OPEP le permitió a Ecuador establecer sus propias políticas petroleras sin las limitaciones que imponía la organización.
Aunque el dictamen de la Corte Constitucional que dio luz verde a la celebración del plebiscito marcaba que la decisión se ejecutara en el plazo de un año, el ministro de Energía y Minas de Ecuador, Antonio Gonçalves, aseguró este miércoles que el Gobierno contempla un plazo de cinco años y cinco meses para que el cierre de los pozos y el desmantelamiento de la infraestructura se hagan en condiciones seguras para el medio ambiente y las comunidades indígenas aledañas.
Proteger la biodiversidad
Así, el Bloque 43-ITT, que abarca los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini, se encuentra dentro del Parque Nacional Yasuní, una de las áreas de la Amazonía con mayor concentración de biodiversidad del planeta y hogar de pueblos indígenas en aislamiento voluntario como los tagaeri, taromenane y dugakaeri.
"Cumplir con el cierre del ITT no es un trabajo fácil, requiere de planificación especial y técnica", precisó Gonçalves durante su visita de este miércoles al bloque para supervisar el cierre del primer pozo. Por su parte, Diego Guerrero, gerente general adjunto de la petrolera ecuatoriana Petroecuador, encargada de la explotación del Bloque 43-ITT, manifestó que los técnicos de la empresa trabajarán para cumplir los cronogramas acordados.
El pozo de petróleo Ishpingo B-56
El pozo clausurado este miércoles es el Ishpingo B-56, un pozo direccional, en el cual se realizó el apagado y abandono. Posteriormente, se procederá a la extracción del equipo electro sumergible y de la tubería de producción, según explicó el Ministerio de Energía y Minas en un comunicado.
Después se realizarán labores de limpieza del pozo y seguidamente se colocarán tapones de cemento para el abandono definitivo de la estructura. Con el cierre de este pozo, el volumen de producción del Bloque 43-ITT se reducirá progresivamente, advirtió el Ministerio.
En la actualidad, la producción del Bloque 43-ITT, que comenzó a operar en 2016, alcanza los 50.000 barriles de petróleo al día, una cifra que ha ido mermando en el último año, cuando hace dos meses superaba los 58.000 barriles diarios.
Esto lo convertía en el cuarto bloque con mayor producción de Ecuador y suponer alrededor de un 11% de la producción nacional de crudo, que se mantiene en torno a los 487.000 barriles diarios, lo que continúa siendo uno de los principales pilares de la economía ecuatoriana.
Un plebiscito histórico
La votación sentó un precedente mundial al ser Ecuador el primer país que de manera democrática votaba por clausurar una explotación petrolera para preservar el Parque Nacional Yasuní, una de las áreas de mayor biodiversidad del mundo, al albergar más de 2.000 especies de árboles y arbustos, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 de peces. Las reservas de petróleo están valoradas en unos 13.800 millones de dólares para los próximos 20 años.
Esta consulta popular fue promovida por el colectivo ecologista Yasunidos, que logró reunir 757.000 firmas a favor de ir a las urnas, y libró una batalla legal de diez años con las instituciones del Estado hasta que tuvieron luz verde para llevar a cabo la votación.
Yasunidos emitió este mismo miércoles un comunicado en el que acusó al presidente del país, Daniel Noboa, de burlarse del pueblo al incumplir el fallo constitucional que marcaba el plazo de un año para cumplir con el mandato popular del plebiscito.
"No han hecho absolutamente nada" por cumplir las disposiciones emitidas por la Corte Constitucional, que validó la consulta popular de agosto de 2023, añadió el colectivo al asegurar que hay un "incumplimiento flagrante" sobre el pronunciamiento del pueblo, ya que continúa la explotación petrolera "hasta el día de hoy".
"La falta de avance en el cierre progresivo y ordenado" de las unidades petroleras "demuestra que la intención (del Gobierno) nunca fue cumplir con la voluntad del pueblo ecuatoriano", insistió Yasunidos en su escrito. Asimismo, tildó como otra "burla" del Gobierno el informe que advierte del cierre de un solo pozo del Bloque 43-ITT.
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