
Los datos de empleo de EEUU son un destacado catalizador del mercado bursátil en la medida en la que sirven de termómetro de la primera economía del mundo. Sin embargo, esa tendencia se ha acusado cada vez más desde la pandemia y cada lectura revoluciona los parqués ante la especulación de un movimiento de la Reserva Federal con los tipos de interés que lo cambie todo. El mejor ejemplo se vio hace un par de semanas, con un informe oficial de julio que tiñó de rojo las bolsas ante una mayor debilidad mostrada en algunas métricas. La extraordinaria fuerza de la economía de EEUU -con mención especial para su mercado laboral- tras el covid pasó enseguida a un segundo plano y los temores de una pronta recesión se apoderaron del relato. Este miércoles se temía otro 'pequeño Armagedón', pero finalmente la sangre no llegó al río.
Aunque la agenda del día marcaba como hito la publicación de las actas de la reunión de julio de la Fed, la revisión preliminar de los datos de empleo que hace cada año la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo, tenía en vilo a los economistas. Con esta revisión, que depura los datos entre marzo del año anterior y marzo del mismo año cotejándolos con Censo Trimestral de Empleo y Salarios (QCEW), la BLS arroja unas cifras más fiables. La expectativa generalizada era que, en efecto, durante los últimos meses la muy observada por el mercado cifra de nóminas no agrícolas se había exagerado, arrojando una 'sensación' de creación de empleo mayor a la real, dando más veracidad a otros datos que evidencian un incipiente desgaste del mercado de trabajo.
Algunos estrategas de bancos de inversión especulaban con una cifra mayor al millón, lo que se hubiese interpretado como una alarma roja de camino a la recesión y como una señal de que la Fed tendría que hacer un movimiento agresivo: un recorte de tipos de 50 puntos básicos (las bajadas o subidas suelen ser de 25) o incluso una reunión extraordinaria entre las programadas en el calendario. Con una cifra tan alta, "la Reserva Federal podría haber estado considerando que el mercado laboral estaba demasiado ajustado durante ese período y tal vez ahora esté subestimando la cantidad de holgura que está a punto de surgir a medida que la economía se enfríe", ponían en contexto ayer los analistas de ING. En otros términos: la Fed se habría pasado de frenada por unos datos de empleo engañosos.
Con cierto retraso en la publicación del dato, lo que alimentó todo tipo de sospechas políticas en medio del pulso entre demócratas y republicanos de cara a las presidenciales de noviembre, la cifra final de 818.000 empleos 'de más' en los informes suponía la mayor revisión a la baja desde 2009 y se acercaba a las peores previsiones. "Estos abultados 818.000 significan que, en lugar de los 2,9 millones de empleos agregados en los 12 meses hasta marzo de 2024, fueron 'solo' 2,1 millones, lo que equivale a un error de 0,5 puntos porcentuales en las nóminas", aclara James Knightley, de ING. Por lo tanto, en lugar de promediar la creación de empleo una cifra de 242.000 nóminas no agrícolas al mes en el periodo, el número se queda en 174.000, hasta 68.000 menos. Pese al notorio recorte, no se desató la tormenta.
"En Wall Street, los principales índices cerraron ayer al alza, cerca de sus niveles más altos del día, en una sesión en la que los inversores prestaron gran atención a la revisión a la baja que de la creación de empleo en el periodo que va de abril de 2023 a marzo 2024 publicó el Departamento de Trabajo. Si bien la revisión a la baja fue la mayor llevada a cabo en un año desde la Gran Crisis Financiera, las cifras siguen apuntando a un ritmo aceptable de creación de empleo en el periodo analizado -los más de 170.000 empleos netos al mes-", explica Juan J. Fernández-Figares, estratega de Link Securities.
"El crecimiento de las nóminas no agrícolas entre abril de 2023 y marzo de 2024 parece ser más suave de lo que se pensaba, pero no preocupante", coincide Olivia Cross, analista de Capital Economics. "La estimación preliminar también sugiere que las revisiones se produjeron casi en su totalidad en el empleo del sector privado, con los mayores descensos en los servicios profesionales y empresariales, el ocio y la hostelería, la industria manufacturera y el comercio, el transporte y los servicios públicos", ahonda la experta en una nota para clientes.
"Si bien en un primer momento la mencionada revisión a la baja de las cifras de creación de empleo lastró el comportamiento de la bolsa estadounidense, los índices se recuperaron rápidamente, animándose algo más tras la publicación de las actas del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, al considerar los inversores que en las mismas se daba por hecho el inicio del proceso de reducción de los tipos de interés oficiales tan pronto como en septiembre. Si bien parte del mercado espera que la Fed comience bajando 50 puntos básicos los tipos, nosotros, salvo, que las cifras de empleo no agrícolas de agosto sorprendan claramente a la baja, esperamos que baje sólo 25 puntos básicos y que replique este movimiento tanto en la reunión de noviembre como en la de diciembre, siempre que la evolución de la inflación lo permita", argumentan desde Link Securities.
Capital Economics: "Todo esto respalda nuestra opinión de que cuando la Reserva Federal recorte los tipos de interés lo hará en pasos de 25 puntos básicos, en lugar de un recorte mayor de 50 puntos básicos"
Todo lo ocurrido el miércoles "respalda nuestra opinión de que cuando la Reserva Federal recorte los tipos de interés lo hará en pasos de 25 puntos básicos, en lugar de un recorte mayor de 50 puntos básicos", certifica Cross. Esto tuvo reflejo en el mercado de bonos. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años cayó del 3,8% al 3,7% en previsión de unas bajadas de tipos más rápidas, si bien después, al aparecer las actas de la Fed y perder algo de tracción el recorte de 50 puntos, el T-Note regresó al 3,8%.
No todos los analistas quieren descartar un recorte de más de 25 puntos básicos. "El 6 de septiembre es la fecha importante para realmente mover los mercados con el informe de empleo de agosto. Un aumento del desempleo al 4,4% o 4,5% ciertamente reforzaría el argumento a favor de un recorte de tipos de 50 puntos básicos el 18 de septiembre", desliza Knightley desde ING.
El 'clima' se muestra propicio para es pesimismo. Desde Link Securities, Fernández-Figares comenta que esta revisión preliminar "viene a confirmar lo que ya muchos agentes del mercado daban por hecho: que el mercado laboral estadounidense se está enfriando poco a poco, más bien, normalizando, tras la fuerte expansión que experimentó tras la finalización de la pandemia". Este nuevo 'mensaje' ha calado hasta el punto de que las actas de la Fed de ayer certificaron que la preocupación para el banco central dentro de su doble mandato de vigilar la inflación y el mercado de trabajo ha pasado a este último.
Los temores de recesión provocados por los débiles datos de nóminas no agrícolas de julio pueden no ser infundados, ya que hay muchos otros datos preocupantes al respecto. El crecimiento del empleo, medido por la encuesta a los hogares (el informe de empleo obtiene el dato de paro consultando a las familias y el de nóminas encuestando a las empresas), no ha añadido ningún empleo en el último año y otros indicadores del mercado laboral están desmoronándose mucho más rápido de lo que sugieren los datos oficiales de desempleo", hace hincapié el veterano estratega Albert Edwards, de Société Générale. Algunos de los datos a los que se refiere el economista son, por ejemplo, las vacantes de empleo de la encuesta JOLTS, que vuelven a normalizarse con rapidez tras sus abruptos niveles en la post-pandemia.
Qué ha 'fallado' en las estadísticas
Ante la controversia generada, Cross, de Capital Economics, hace una aclaración técnica: "Aunque la revisión resolvería la discrepancia entre las cifras de empleo no agrario y las del QCEW, la encuesta a los hogares hogares sigue sugiriendo que el crecimiento del empleo fue inferior en 1,44 millones de personas durante el mismo periodo. Las revisiones a la baja implícitas en las cifras de empleo no agrícola no significan que el crecimiento del PIB también se revise a la baja. Puede significar que, en su lugar, se revise al alza la productividad". "En cualquier caso, un menor crecimiento de la actividad o un mayor crecimiento de la productividad indicarían que la Reserva Federal tiene más motivos para empezar a relajar su política monetaria en septiembre", concluye la economista.
"Históricamente, la BLS se ha equivocado en 0,1 puntos porcentuales con sus estimaciones frente a los datos fiscales, es decir, el promedio de 10 años. El año pasado se equivocaron en 0,2 puntos porcentuales, lo que requirió una revisión a la baja de 306.000, por lo que el cambio anunciado el miércoles es un gran error y sugiere que hay algunos problemas claros con respecto a algunas de las suposiciones que utiliza la BLS para complementar sus encuestas de empresas estadounidenses, profundiza Knightley.
La impresión del analista de ING es que la BLS tiene una buena idea de lo que está sucediendo entre los grandes empleadores, pero tiene menos visibilidad en el sector de las pequeñas empresas. "En tiempos de calma, sus suposiciones son precisas, pero en los puntos de inflexión del ciclo pueden estar significativamente equivocadas", enfatiza el economista de ING. Todo esto "aumenta las dudas sobre la calidad de las cifras de empleo", sentencia. Un problema del que los bancos centrales llevan meses siendo 'víctimas' y que ahora puede salir muy caro.