La Reserva Federal ha cumplido con las expectativas: el banco central ha mantenido los tipos en el rango del 5,25% al 5,50%, como se esperaba. Pero en su comunicado, la Fed no aclara si bajará los tipos en septiembre, recordando que "hacen falta más certezas" antes de optar por una bajada de tipos. Eso sí, el comunicado de la Fed presenta algunos matices frente al de la reunión de junio, con los que reconocen estar un paso más cerca de cumplir su objetivo.
En primer lugar, la Fed reconoce que "estará atenta a los riesgos en ambos lados de nuestro mandato dual", un mensaje que contrasta con los del pasado, en los que únicamente se centraba en los "riesgos inflacionistas". Ahora, al incluir los riesgos para el empleo (el otro mandato de la Fed, además de la inflación), dejan entrever que ya están vigilando el daño que puedan hacer los tipos altos al empleo estadounidense, lo cual podría traducirse, en caso de que este último empeore, en un recorte de tipos próximamente.
Para Ellen Zentner, economista de Morgan Stanley, "este cambio en el comunicado es importante, al señalar la inflación y el mercado laboral. Enfatizar el riesgo para un mercado laboral que sigue enfriándose es un giro importante, hacia un mensaje más equilibrado, que creemos que prepara a la Fed para un recorte de tipos en septiembre", indica.
El otro matiz del comunicado que hace pensar que la Fed se está acercando a bajar tipos es el que reconoce "los progresos que se están haciendo para cumplir el objetivo de inflación del 2%", y añaden cómo "el Comité considera que los riesgos para conseguir alcanzar el objetivo de empleo y de inflación siguen acercándose a un mejor equilibrio". Como explicó Powell en la rueda de prensa posterior al anuncio de sus decisiones, "hay un grupo amplio de indicadores que sugieren que las condiciones del mercado son las que había justo antes de que empezase la pandemia: fuertes, pero no sobrecalentadas", destacó el presidente.
Para Brian Coulton, economista jefe de Fitch Ratings, "la llave está empezando a girar lentamente, a medida que la Fed se prepara para abrir la puerta a una bajada de tipos en septiembre", explica sobre el comunicado que ha presentado la Fed.
El propio Powell reconoció en rueda de prensa que "el sentimiento general del Comité es que la economía se acerca al momento de bajar tipos, pero para eso seremos dependientes de los datos, pero no de un dato en solitario. La pregunta es si la totalidad de los datos es consistente con una bajada de tipos, y si se cumple todo, estaremos listos para hacerlo en septiembre. Hoy no lo hemos hecho, porque consideramos que estamos cerca, pero no en el punto adecuado".
De hecho, Powell reconoció que en la reunión de esta semana hubo debate sobre la posibilidad de no esperar siquiera a septiembre para bajar tipos, y hacerlo ya en esta ocasión: "Tuvimos una buena conversación sobre la posibilidad de moverlos en esta reunión", pero finalmente "una fuerte mayoría apoyó no tocar los tipos en este encuentro", ha reconocido Powell.
Eso sí, el presidente insistió mucho en rueda de prensa en que ahora están volviendo a enfocarse más en la parte de su mandato que se centra en el empleo, y añadió que "el mercado laboral ya no es una fuente significativa de presiones inflacionarias", un mensaje contundente al que añadió cómo "los peligros para el cumplimiento de nuestro mandato de empleo ahora ya son reales".
Reducción del balance
Otra clave de esta reunión era la hoja de balance de la Fed. La reducción del número de bonos e hipotecas en las cuentas del banco central -que se ha conocido como Quantitative Tightening (QT), o contracción cuantitativa- puede estar tocando ya a su fin. Tras la crisis financiera primero, y la del covid después, la Fed compró enormes cantidades de deuda en manos de bancos para dar liquidez a las entidades y reactivar la economía. Desde hace dos años, la institución ha dado media vuelta y está deshaciendo sus posiciones, dejando que venzan los bonos que posee sin renovarlos o vendiéndolos a entidades.
El QT ha ayudado a reducir las presiones inflacionarias, permitiendo a la Fed matar dos pájaros de un tiro: retirar dinero de la circulación y abrir un hueco en sus cuentas que puedan llenar en el futuro cuando haya una nueva crisis. Pero Steven Blitz, analista de TS Lombard, cree que la falta de capital ya se está notando en los mercados: los intereses del mercado de 'repo', los préstamos interbancarios a corto plazo con garantías, están empezando a subir. Esta es una señal de que los bancos ya no tienen toda la liquidez que querrían, lo que puede ser la señal que la Fed estaba esperando para frenar su proceso de ajuste.
Un aval de los mercados
La decisión por parte de la Fed de mantener los tipos de interés se produce después de que los últimos datos económicos hayan avalado la estrategia del 'aterrizaje suave' del banco central. Desde la publicación del IPC de junio, que mostró una mengua de la inflación hasta el 2,97%, la información sobre la economía estadounidense parece haber cumplido con las exigencias del banco central norteamericano. Aquí se encuadran datos como el enfriamiento del mercado de trabajo, la ralentización del crecimiento salarial y el aumento de las ventas de viviendas pendientes.
Todo ello ha incrementado las opciones para tres bajadas de tipos en lo que resta del año. Según la herramienta FedWatch, existe un 99,7% de probabilidades de que el banco central norteamericano aplique una rebaja del precio del dinero en septiembre, y un 58% de que se acumulen otras tantas en noviembre y diciembre. Las opciones del recorte tras el verano ganaron especial fuerza tras la publicación del dato de inflación en junio, el cual estimuló el olfato de los inversores en busca de dinero barato. Ello dio lugar a una rotación de carteras hacia las pequeñas capitalizadas y firmas tradicionales, en detrimento de los valores tecnológicos.
Desde entonces, y teniendo en cuenta que la Fed sigue su hoja de ruta sin sobresaltos, los parqués estadounidenses han analizado con gran atención los resultados de las grandes compañías tecnológicas. El rendimiento de estas firmas es clave para conocer el rumbo que tomará Wall Street, así como para comprobar el vigor del golpe de timón hacia las small caps.