
La rentabilidad de la deuda pública se ha relajado en la última semana. El origen hay que buscarlo en el dato de inflación publicado el miércoles en Estados Unidos, que dio un leve respiro después de que la subyacente se ajustase a las previsiones de los analistas. El júbilo llegó pronto a las bolsas, y a los bonos. Y lo hizo en forma de compras, y aumentó, también, la probabilidad de que la Reserva Federal pueda recortar hasta en dos ocasiones los tipos de interés en 2024. Pero aunque el saldo de la semana es positivo en renta fija, con caídas en las rentabilidades y subidas de los precios, algunos miembros de la Fed se han encargado de enfriar los ánimos en los días posteriores al dato de IPC. Y, esto, una vez más, ha vuelto a desencadenar ventas en el mercado de renta fija el viernes, a media sesión europea.
Tanto la presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, Loretta Mester, como el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, han realizado declaraciones en las últimas horas con un claro tono hawkish (duro), deslizando la idea de que se necesitan más datos positivos de inflación antes de comenzar a recortar los tipos de interés. En una entrevista publicada por Reuters de la que se hace eco Bloomberg, Williams asegura que no ve ninguna razón para ajustar la política monetaria ahora. "No espero obtener la mayor confianza que necesitamos en el progreso de la inflación hacia una meta del 2% en el muy corto plazo", ha asegurado.
Pese a este nuevo ruido, el saldo de los bonos en la semana ha sido positivo. Así, la rentabilidad a diez años exigida a un bono estadounidense se ha relajado 9 puntos básicos en este tiempo, lo que ha permitido que baje del 4,497% al 4,395%. Las compras no se han limitado únicamente a estos títulos. En Europa también se han producido.
A este lado del Atlántico se espera que el BCE baje los tipos el 6 de junio, pero no será un camino descendente. Isabel Schnabel, miembro del Consejo de Gobierno de la institución ha declarado en una entrevista con el periódico japonés Nikkei que "a la vista de los datos actuales, no parece justificada una bajada de tipos en julio". En Europa, las mayores compras se produjeron en la periferia. En el caso del bono español, la rentabilidad a diez años ha bajado más de 4 puntos básicos, hasta el 3,25%.