
La inmensa mayoría de categorías de renta fija están en negativo, por precio, en el año. En la antesala de las bajadas de tipos por parte de los bancos centrales, este activo arroja pérdidas para los inversores en el mercado secundario, lo que está disparando las rentabilidades. La semana pasada, las ventas de bonos estadounidenses llevaron al T-Note, el papel de EEUU a 10 años, a tocar el 4,18%, su mayor rentabilidad a vencimiento en lo que llevamos de 2024 (ya que, en este activo, cuando el precio cae, la rentabilidad sube). El motivo detrás de esas ventas sería el temor a un nuevo repunte inflacionista, que pueda provocar que el recorte de tipos por parte de la Fed no se lleve a cabo tan pronto como descuenta el mercado. En este contexto, la deuda sostenible no escapa a esta dinámica, y en concreto los bonos verdes están sufriendo más pérdidas que los tradicionales. Visite el portal especializado elEconomista ESG.
El índice que refleja el comportamiento de los bonos verdes mundiales, el Bloomberg MSCI Global Green Bond Index, retrocede por precio en el año un 3,62%, según recoge Bloomberg, lo que ha elevado su rentabilidad hasta el 3,86%, su nivel más alto en 2 meses. La caída que experimenta por precio es superior a la de su homólogo no verde, el índice Global Aggregate, que mide el comportamiento de una cesta de deuda mundial, que se deja un 2,77% en 2024. Su rentabilidad a vencimiento también es inferior, del 3,76%.
Si nos fijamos en las principales categorías de deuda que recoge Bloomberg, sólo una, la de Bonos ligados a la inflación, lo hace peor (caen por precio un 3,86%). Por detrás de ellos se colocarían los bonos verdes con esa caída del 3,62%, y posteriormente los bonos del Tesoro de EEUU, con un descenso cercano al 3,4%.
Otro índice de deuda sostenible más amplio, el Bloomberg MSCI Global Aggregate Sustainability, también se cuela entre los peores en el año, al dejarse cerca de un 3% por precio. El universo que abarca este indicador no se ciñe a los bonos verdes, sino que también recoge sociales y los propiamente llamados sostenibles, que combinan características de los verdes y los sociales.
En el otro lado de la balanza, las categorías de renta fija que mejor se defienden por precio son la deuda de China, que se anota un 1,1%; el high yield (deuda basura, con alta probabilidad de sufrir impagos) paneuropeo, que se anota un 0,84% en 2024, y el high yield corporativo estadounidense, que repunta un tímido 0,17%.
Las colocaciones de bonos verdes han arrancado con fuerza el año 2024. De acuerdo con los datos de la Climate Bonds Initiative, el volumen emitido en todo el mundo creció en enero un 67% respecto al mismo mes del año anterior, hasta superar los 65.000 millones de dólares. En España, enero suele ser un mes fuerte en emisiones de tipo sostenible, y 2024 no ha sido una excepción. En el primer mes del año asistimos a colocaciones verdes de Redeia, Iberdrola (que captó 700 millones), Telefónica, con una colocación a 2 tramos, por un importe total de 1.750 millones de euros e Ibercaja (que se estrenó en el formato de deuda verde). El año se inicia potente, después de un 2023 en el que las emisiones de deuda ESG en España se ralentizaron un 3%, de acuerdo con los datos recientemente difundidos por Ofiso, el Observatorio Español de la Financiación Sostenible. En España se colocaron 21.215 millones de euros en deuda responsable en 2023, un 3% menos que el ejercicio anterior.