
Bill Ackman, el fundador del fondo de cobertura Pershing Square Capital Management, ha dejado una cantidad espectacular de dinero sobre la mesa por no ver venir la remontada de Netflix. El veterano inversor decidió que el modelo de negocio de la firma de 'streaming' era una película de terror y se fue de la sala a mitad de sesión, sin esperar al final: en abril de 2022 vendió todas sus acciones de la firma durante el desplome de la compañía post-pandemia, dejándose unas pérdidas de 400 millones de dólares en la operación.
Sin embargo, poco después de marcharse de la sala, la película cambió a una de humor familiar con final feliz. Ackman vendió a 218 dólares por acción en abril, y en julio de ese año la firma tocó fondo. Desde entonces, las acciones de la firma de entretenimiento han firmado una remontada brutal hasta los 554 dólares, una subida del 154% desde el momento de la venta, culminada por el alza del 12% de este miércoles tras sus resultados de ayer, dignos de un 'blockbuster' veraniego.
La decisión de entrar en la compañía se produjo en enero de 2022, después de que Netflix cayera por las dudas sobre su modelo de negocio y el fin del consumo disparado de televisión producido durante la pandemia. El inversor explicó a los partícipes de su fondo Pershing Square que consideraba que esa era una "oportunidad atractiva" y compró más de 1.000 millones de dólares en acciones de la firma.
Pero apenas tres meses después, una caída de 200.000 suscriptores hizo que la firma se desplomara, hundiéndose un 35% en una sola sesión, en medio de una corrección generalizada de las firmas tecnológicas. Ackman no pudo soportar el agujero en su balance y vendió las acciones inmediatamente, lo que supuso una caída de cuatro puntos porcentuales en los rendimientos del fondo.
"Una de las lecciones que hemos aprendido de los errores del pasado es actuar rápidamente cuando descubrimos nueva información sobre una inversión que no es coherente con nuestra tesis original. Por eso vendimos", explicó Ackman en una carta a los inversores. "A la luz del enorme apalancamiento operativo inherente al modelo de negocios de la compañía, los cambios en el crecimiento futuro de suscriptores de la compañía pueden tener un impacto enorme en nuestra estimación del valor intrínseco" de Netflix.
Pero la firma de 'streaming' logró dar la vuelta al barco rápidamente, con una estrategia triple: subir precios, eliminar las contraseñas compartidas y crear opciones de suscripción más baratas con publicidad, un modelo a medio camino entre la televisión tradicional y los contenidos a la carta. El cambio de modelo ha sido todo un éxito, y la firma está registrando ganancias y aumentando sus suscriptores a toda marcha: 13 millones más en el último trimestre, sin ir más lejos. Una caída de 200.000 usuarios hizo que Ackman se dejara sobre la mesa más de 1.600 millones de dólares, además de los 400 que perdió por vender tan rápido. Los que se quedaron dentro de la sala siguen riendo a carcajada limpia.