
El último dato de empleo que se ha publicado en Estados Unidos, que recoge el cambio de las nóminas privadas durante el mes de noviembre ha sido bastante peor de lo esperado por los analistas, al reflejar 103.000 contrataciones netas durante ese mes, frente a las estimaciones previas, que apuntaban a una creación de 130.000 nuevos puestos de trabajo en el gigante norteamericano. Un mal dato de empleo, como este último que se acaba de publicar, apoya la posibilidad de que la Fed empieza a recortar tipos pronto, el escenario que los mercados llevan ya semanas descontando, pero que los analistas no terminan de comprar.
El frenazo de las contrataciones durante el mes de noviembre es significativo, no sólo por haber sido muy inferior a lo que se esperaba, sino porque contribuye a los argumentos que hay a favor de que la Fed empiece a recortar los tipos de interés en no demasiados meses. En concreto, el mercado espera que lo haga por primera vez en marzo, con un movimiento a la baja de 25 puntos básicos, y que, posteriormente, el organismo que preside Jerome Powell repita ese mismo recorte en todas las reuniones que quedarían durante el año (cinco más hasta noviembre, donde llegan las proyecciones que recoge Bloomberg). El último dato de empleo refuerza esta posibilidad.
Las bolsas estadounidenses celebraron el mal dato de empleo, confirmando que el mercado continúa en esa espiral de "cuanto peor, mejor", o al menos, "cuanto peor, mejor para la bolsa". Y es que, hay que recordar el daño que supone para las empresas los aumentos de tipos de interés por parte de la Fed, al encarecer el coste de financiación para las empresas y comerse sus márgenes empresariales por esta vía. Del mismo modo, que la Fed vaya a poder empezar a recortar los tipos pronto es una noticia que en los últimos años ha sentado bien a la renta variable, ya que descuentan un entorno con costes de financiación menos dañinos para sus balances.
Es por ello que Wall Street reaccionó con subidas del 0,4% para el S&P 500 en el arranque de la sesión bursátil, al tiempo que los bonos estadounidenses recibían compras generalizadas durante la jornada, haciendo que su rentabilidad a vencimiento caiga 2 puntos básicos, hasta el 4,14%.