
Los gestores no han desaprovechado la vuelta a la normalidad de la renta fija propiciada por las contundentes subidas de interés de los bancos centrales iniciadas el año pasado. Antes de que el Banco Central Europeo (BCE) diera por finalizada una década de dinero gratis, los fondos de inversión apenas invertían 32.000 millones de euros en deuda española -la cifra más baja desde, al menos, 2010-. Pero tras el primer alza de tipos, en julio del año pasado, esta partida no ha dejado de engordar a medida que crecían las rentabilidades de los bonos, y ya roza los 50.000 millones, una cantidad no vista desde el segundo trimestre de 2019, según las estadísticas que publica la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los últimos datos disponibles en el regulador, a cierre del primer trimestre del año, muestran cómo los fondos han elevado su inversión en deuda española en un 17,69% respecto a diciembre, y en un 50,7% en un año. Es el activo al que más han incrementado su exposición en la primera parte de este ejercicio, junto a los depósitos de entidades nacionales (ver gráfico), que también pagan más que antes y son una alternativa para optimizar la liquidez.
Esos casi 50.000 millones de euros que los fondos tienen ahora en deuda española representan el 15% de su patrimonio. Este porcentaje se ha ido incrementando en los últimos trimestres, pero sigue lejos de los niveles que llegó a alcanzar en el pasado.
Más de 84.000 millones
En plena crisis de deuda periférica, la exposición de los fondos a la renta fija española superó el 60% de su cartera de inversiones, tanto en 2012 como en 2013. Entonces, en 2012, la rentabilidad del bono español a 10 años se disparó a niveles no vistos nunca antes, en el 7,56%. Sin embargo, en términos absolutos, el récord de dinero invertido en renta fija española se produjo después, en 2014, cuando los gestores llegaron a tener más de 84.000 millones de euros en este activo. Aquel año, la deuda española aún suponía la mitad de su cartera de inversiones, según datos de Inverco a partir de de las estadísticas de la CNMV.
Hasta entonces, los gestores preferían invertir en deuda española antes que en la internacional. Pero esto fue cambiando con el paso de los años, y el punto de inflexión se produjo en 2017. Fue el primero en el que los fondos invirtieron más en renta fija extranjera que española, y desde entonces no han parado de elevar el patrimonio que dedican a ella. A cierre del primer trimestre del año tenían 114.000 millones de euros en este activo, un 3,65% más respecto a diciembre.
Durante estos meses en los que los gestores han incrementado su exposición a la renta fija un inversor conservador ha podido comprar una letra a 12 meses con tires por encima del 3% -el Tesoro pagó un 3,65% este martes-, mientras que uno más agresivo ha visto cómo la corporativa ofrecía rentabilidades similares a las de una acción. A futuro el escenario también es favorable para la renta fija. El mercado aún prevé una subida de tipos en Europa antes de final de año, en octubre, pero sitúa ya la primera bajada en el mes de abril, según recoge Bloomberg.
La posibilidad de una recesión es ahora otro argumento a favor de invertir en bonos, ya que este tipo de activos suele funcionar bien cuando los inversores buscan refugio en el mercado. "La oportunidad de inversión es muy tentadora. Ahora que dejamos atrás uno de los peores desplomes de la historia en los mercados de bonos, las valoraciones, especialmente de la deuda pública, han pasado de caras a muy baratas", indican Ariel Bezalel y Harry Richards, gestores de renta fija en Jupiter AM.
1.000 millones en depósitos
En el caso de los depósitos, el patrimonio invertido ha subido un 132% en el último trimestre, hasta los 1.000 millones de euros. Se partía de una cifra muy baja porque antes de que el BCE incrementase el precio del dinero por primera vez estos productos su rentabilidad era próxima a cero (0,04%). Ahora, sin embargo, el sector ofrece a los particulares un 2,36% por los plazos fijos hasta un año, y un 3,15% al resto, según los últimos datos publicados en el Banco de España.
Pero los fondos llegaron a tener más de 20.000 millones de euros en estos productos también en 2014, cuando, a diferencia de ahora, la banca tenía mayores necesidades de financiación, tras la imposibilidad de conseguirla en el mercado o hacerlo a un precio muy alto, y aún competía por captar pasivo a golpe de rentabilidades que en algunos casos llegaban al 5%.
En cuanto a la renta variable, los gestores también han incrementado el patrimonio que invierten en bolsa en el primer trimestre del año. Aunque la renta fija partía como la gran favorita y estaba llamada a borrar parte de las fuertes pérdidas que causó un año atrás, la bolsa ha ofrecido fuertes rentabilidades al inversor en la primera parte del año, con los índices subiendo a doble dígito tanto en España como fuera. La exposición a bolsa española ha crecido un 7,86% en el primer trimestre, hasta los 6.600 millones, y a la internacional un 5,68%, hasta los 43.600 millones.