
Suiza siempre ha sido un país muy particular pese a estar en el corazón de Europa. Tanto económica, social como políticamente siempre se ha mantenido ajena a las tendencias y flujos históricos que han recorrido el Viejo Continente durante las últimas décadas, y ahora no está siendo distinto.
En muchas ocasiones tener una moneda diferente al del resto de tus socios comerciales puede ser contraproducente ya que crea una barrera que no existe entre otras economías. Sin embargo, probablemente ha sido la principal razón que ha evitado el contagio descontrolado de la inflación, que sí ha golpeado al resto del continente estos dos últimos años, y sigue haciéndolo todavía. El último dato, el de junio, marcaba un crecimiento interanual de los precios del 1,7% frente al 5,5% de la eurozona. Pero es que en el peor momento de todos, en agosto del año pasado, la inflación marcó un 3,5%, cuando el doble dígito azotaba Europa. Esto le ha permitido al Banco Central de Suiza tener un tono mucho más acomodaticio que el BCE. En un primer momento elevaron el precio del dinero del -0,75% al 1,5% y este mes de junio lo incrementaron en otros 25 puntos básicos. El mercado, como mucho, descuenta otra subida más en la reunión de diciembre o de marzo del año que viene (el Banco Central Suizo solo se reúne una vez cada trimestre).
Desde Bank of America recomiendan sobreponderar Suiza, mercado en el que reconocen "un menor crecimiento y spreads de la deuda más ajustados". "Históricamente Suiza lo hace mejor que el resto en ciclos de menos crecimiento económico y descensos de los PMIs, como ahora", agregan. "No obstante, en los últimos meses ha mostrado cierta debilidad derivada del momento por el que pasa el sector farmacéutico [el que más pesa sobre la bolsa suiza], la apreciación del franco, la subida de la rentabilidad del bono americano y el rally de los sectores cíclicos de los últimos meses frente a los defensivos, que predominan mucho más en la bolsa helvética", concluyen.
En este sentido, el Swiss Market Index (SMI) solo se anota un 3% en lo que va de año, pudiendo avanzar otro 14% si agota el recorrido que le da el consenso de analistas que recoge Bloomberg. "Ahora que va a aflorar el deterioro económico causado por los altos tipos de interés, esperamos que este tipo de valores defensivos sirvan de refugio para los inversores", exponen en Bank of America. Por otro lado, este año el parqué suizo se ha encontrado con otro viento de cara como ha sido la crisis de Credit Suisse, que se cerró con su absorción por parte de UBS en marzo. "Suiza tiene una importante capacidad de absorción de problemas, dadas las fortalezas crediticias de una economía muy rica y bien diversificada, con unas finanzas públicas sólidas y unas métricas externas fuertes", matizan en Scope Ratings.
Desde Julius Baer recuerdan que es de las pocas economías con una calificación AAA y con uno de los mercados bursátiles más sólidos, con compañías de alta calidad que demuestran ser resilientes gracias a sus márgenes y a su liderazgo en el sector.
Dentro del índice de referencia suizo, las firmas que reciben las mejores recomendaciones son Lonza, Alcon, Richemont y Partners Group. La primera de ellas es, además, la que ofrece un mayor potencial alza, del 30%. El mayor dividendo, del 6,5%, lo paga Swiss Re, que también es la que se compra más barata, por debajo de PER 10. Para el inversor, el fondo que mejor lo hace este año es el AXAWF Switzerland EqA Dis Eur.