El pago exigido por tener deuda del Estado crece hasta el punto de que todas las Letras del Tesoro ya ofrecen un tipo de interés medio superior al 3%. Y todos ellos -desde los títulos con el vencimiento a tres meses, con un coste de financiación para el Estado de 3,06%, hasta la deuda a doce meses, en el 3,21%- tensan la cuerda de los rendimientos frente a los mejores depósitos de entidades en España.
Si las nuevas emisiones de mayo alcanzan de media un 3,15% los mejores cinco depósitos a doce meses marcan un promedio del 3,07%. Es decir, los bancos tratan de tirar del ahorro de los inversores para que no acaben en deuda estatal que no deja de mejorar su atractivo.
La última Letra emitida a 12 meses se subastó el pasado 9 de mayo y marcó un tipo de interés medio del 3,216% (3,247% marginal). Este porcentaje solo es superado en la actualidad por el interés de depósito a un año de BFF Banking Group (3,55%) y Wizink (3,3%) entre los que se pueden contratar directamente en una entidad. Como si anticipara una guerra entre bancos o la mejora del atractivo de inversiones partidarios a los activos más conservadores, BFF incrementó recientemente el rendimiento de su depósito en 26 puntos básicos desde el 3,29% previo. Wizink realizó un movimiento similar a primeros de mes al mejorar su oferta de plazos fijos a tramos más cortos (anteriormente su imposición más corta era de 18 meses). Así, la entidad amplió su catálogo a tres y a 12 meses con un retorno del 3% y del 3,3%, respectivamente.

MyInvestor agarró la soga de los depósitos remunerados esta semana ofreciendo un 3% en plazos a seis y 12 meses con una inversión mínima de 10.000 euros y máxima de 100.000. Es la última opción entre las entidades españolas por encima del 3% y que aspira a hacer frente a las Letras aunque ya se sitúe por debajo de la media de éstas con las últimas subastas. La rentabilidad media de las mejores ofertas en depósitos ha subido del 2% de media -entre las 15 mejores opciones en España- al 2,4% en poco más de un mes y medio. Un aliciente para las familias que, sin embargo, han optado por otras vías para evitar la pérdida de poder adquisitivo por el alza de los precios o para sacar mayor rédito del dinero que tienen parado en estas cuentas remuneradas -o sin remunerar-.
Y es que a pesar de esta mejora en el rendimiento medio de los depósitos, o la llegada de nuevos partícipes a este juego de tira y afloja, la cantidad de dinero en estos productos ha sufrido un lento retroceso desde el cierre del año pasado. Así, si en diciembre del año pasado los españoles mantenían más de un billón de euros en depósitos remunerados al cierre del mes pasado esta cuantía se contrajo en 21.500 millones de euros.
Las subidas de tipo del Banco Central Europeo llevan meses levantando los costes del Tesoro para colocar su deuda y eso juega en contra de las entidades que se quedan atrás a la hora de retener los ahorros de los inversores. Solo hay que esperar a ver si los depósitos en España siguen subiendo o no para competir con las oportunidades que ofrece Hacienda y que todo apunta a que seguirá marcando retornos más altos en futuras emisiones a lo largo de toda la curva. Por el momento, no parece que vaya a haber sorpresas de grandes entidades españolas que comiencen a remunerar los pasivos de sus clientes. Se centran todavía en promocionar sus propios fondos de renta fija enfocados a perfiles de inversión más conservador.
El gusto por la deuda
La renta fija fue un páramo yermo para los inversores durante el 2022 hasta que las políticas monetarias del BCE comenzaron a levantar las rentabilidades tanto en la búsqueda de financiación del Estado como en el coste de los bonos corporativos. El mercado de deuda ha sido uno de los destinos de gran parte del dinero que ha salido en los últimos meses de los depósitos bancarios y no solo por el atractivo de los plazos más cortos.
Los bonos del Estado (con plazos que van desde los tres a los cinco años) ya marcaron tipos de interés medio superiores al 3% en las subastas realizadas el pasado jueves. Y también las obligaciones a 15 años que se colocaron en la misma fecha marcaron una rentabilidad con un tipo marginal superior al 4% (3,99 tipo de interés medio). No obstante, la demanda de los vencimientos más largos no eclipsa a las peticiones de los plazos inferiores (o iguales) a los 12 meses ya que el ratio de cobertura de las obligaciones a 15 años no llegó a las 1,3 veces mientras que el de la última emisión de Letras a tres meses fue de más de 4,5 veces.
Por otra parte, los depósitos suelen tener una aportación mínima y máxima mientras las Letras funcionan por inversiones de múltiplos de 1.000 euros. En los bonos y obligaciones se tributan los cupones, por un lado, y la transmisión o amortización, por el otro, con los mismos baremos progresivos que en el caso anterior. Pero las ganancias que se obtienen de depósitos y Letras están gravados por igual. La tributación es progresiva y se tiene en cuenta el rendimiento generado entre la compra y la venta o amortización. Así, hasta los primeros 6.000 euros se aplica un tipo del 19%, hasta los 50.000 euros de beneficio un 21%, 23% hasta los 200.000 euros, 27% hasta los 300.000 y las rentas que excedan ese importe se gravan con un 28%.