
La taxonomía verde, aún en construcción, sigue ampliándose. Se denomina así a la clasificación de actividades económicas que se pueden definir como "potencialmente muy positivas para el medio ambiente". Es una de las piedras angulares de la regulación de la UE en materia de finanzas sostenibles, y su objetivo de fondo es facilitar la evaluación del grado de sostenibilidad climática o ambiental de las inversiones. Visite el portal especializado elEconomista ESG.
La taxonomía está planteada en base a seis objetivos, dos de los cuales -los exclusivamente climáticos- ya han sido aprobados: son la mitigación y la adaptación al cambio climático. Los otros cuatro, que no son climáticos, sino ambientales, están en pleno proceso de desarrollo: hace sólo unos días, en plena Semana Santa española, la Comisión Europea publicó los borradores para esos cuatro objetivos, que son los siguientes: la protección del agua y los recursos marinos; la transición a una economía circular; la prevención y control de la contaminación; y la protección y restauración de la biodiversidad. El borrador, que estará cuatro semanas a consulta pública, hasta el 3 de mayo, incluye también modificaciones en lo que respecta a los dos objetivos climáticos.
Las implicaciones futuras de la taxonomía serán muchas. Cambiará -ya lo está haciendo- la forma en que las compañías reportan sus actividades, ya que las obliga a divulgar datos de elegibilidad y alineamiento con la taxonomía. Se consideran elegibles las actividades que están incluidas en el listado de actividades verdes de la UE; y están alineadas con la taxonomía aquellas que, además de estar en el listado, cumplen otros tres requisitos: contribuir sustancialmente a uno o a varios de los objetivos medioambientales; no causar un daño significativo a ninguno de los demás objetivos y, además, respetar las mínimas salvaguardas sociales.
La regulación ya obliga desde 2022 a que, con datos del ejercicio de 2021, las entidades financieras y no financieras reporten la elegibilidad de sus actividades según la taxonomía. En 2023, con datos del ejercicio de 2022, las entidades no financieras tendrán que informar, además, del alineamiento de sus actividades. Y para 2024, tanto unas como otras (bancos y empresas no financieras) deberán reportar ambas cuestiones.
Echando un vistazo al Ibex 35 y según los datos que recoge Bloomberg, cerca del 63% de los miembros del índice ya comunica qué porcentaje de ingresos es elegible según la taxonomía, con la información correspondiente a los años fiscales bien de 2021 o de 2022 de estas compañías.
En este aspecto destacan Solaria, ArcelorMittal, Indra, Acerinox, Sacyr, Redeia, Acciona y ACS, en las que más del 70% del importe neto de su cifra de negocio es elegible según el Reglamento de Taxonomía.
Las siguen, con porcentajes de entre un 40% y un 69%, Ferrovial, Mapfre, Iberdrola, Acciona Energía, Aena y Enagás. Y por debajo del 40% figuran, por este orden, Endesa, Meliá, Naturgy, Telefónica, Repsol, Cellnex, Amadeus y Fluidra. Bloomberg no recoge datos para las trece compañías restantes: Santander, IAG, Inditex, BBVA, Sabadell, Rovi, Unicaja, Colonial, Logista, CaixaBank, Merlin, Grifols y Bankinter.
Debe tenerse en cuenta que estos datos se refieren exclusivamente a la parte de la taxonomía que ya está desarrollada, es decir, a los dos primeros objetivos, los climáticos. "Debemos ser prudentes con los datos actualmente publicados, que, si bien deberían reflejar la realidad actual de las compañías, podrían verse modificados o ampliados tras la aprobación definitiva de la propuesta de la Comisión Europea en relación a los cuatro objetivos restantes", advierte Jaime de la Morena, analista de inversión ESG en Afi.
Solaria, Redeia y Acciona Energía
En cuanto al alineamiento de las actividades con la taxonomía verde, el número de cotizadas del índice se reduce a 15 (el 43%). Los sectores más aventajados a la hora de informar sobre la alineación de sus actividades con la taxonomía se reduce prácticamente a tres: utilities, infraestructuras y telecomunicaciones. Entre ellas destacan Solaria, Redeia y Acciona Energía, alineadas en más de un 50%, frente a Cellnex y Telefónica, con un 7% y un 1%, respectivamente.
Solaria es la alumna aventajada, con una alineación de taxonomía informada del 100% y el 100% de sus ingresos elegible. De acuerdo al informe sostenibilidad de la empresa correspondiente al primer semestre de 2022, la energía que Solaria genera es "libre de emisiones, por lo que la compañía evita la emisión de más dióxido de carbono a la atmósfera del que emite".
En cuanto a Redeia, el 83% del importe neto de su cifra de negocios es elegible y el 79% está alineado con la taxonomía. "Tras alcanzar un cumplimiento del 98,5% de los objetivos y acciones de su Plan de Sostenibilidad 2020-2022, Redeia ha comenzado a desplegar su nuevo plan, con 190 acciones y 87 objetivos a 2025, entre ellos, integrar un 60% de energías renovables en el mix y llevar 100 mega bits por segundo de conectividad en todo el territorio español", reza el informe de sostenibilidad del distribuidor.
El bronce es para Acciona Energía, con un 55% según Bloomberg. Su web corporativa añade además que el 100% de su capex está alineado con la taxonomía.