Los títulos de UBS han vivido en una montaña rusa desde que se inició el terremoto bancario desatado por Silicon Valley Bank hace dos semanas y que se agudizó con la caída de Credit Suisse unos días después.
UBS, que llegó a perder en el parqué cerca de un 9% entre el miércoles y el viernes de la semana pasada, firmó en dos sesiones un rally del 15% tras comunicar la compra de urgencia de su rival por 3.200 millones de euros, el domingo.
Un avance que, hasta media sesión de este miércoles, servía para que el presunto ganador del histórico rescate borrase las pérdidas acumuladas desde el 10 de marzo en el arranque de la jornada de hoy, y que finalmente cerró con un descenso del 3,7%.
En líneas generales, los analistas han aplaudido esta operación que ha permitido suavizar los temores en torno a la estabilidad del sector financiero y por los beneficios que obtiene UBS, como activos valiosos a un precio de caída, así como el acceso a la lista de clientes de Credit Suisse.
"Era primordial encontrar rápidamente una solución a Credit Suisse, y esto es lo que se consiguió el domingo, con la absorción por parte de UBS, con el apoyo del banco central y del Gobierno", señala Gilles Moëc, economista jefe en AXA IM. "De hecho", continúa este experto, "la solución de UBS implica una depreciación de un segmento específico de los pasivos financieros de Credit Suisse pero dejando intactos bonos de mayor prelación".
Por su parte, la entidad rescatada sufrió este miércoles un nuevo varapalo en bolsa, con un descenso cercano al 6%. Si bien su acción repunta un 0,85% desde los mínimos históricos a los que se hundió el lunes, desde que el banco estatal saudí (su principal accionista) comunicó que no daría más asistencia financiera a Credit Suisse para hacer frente a sus maltrechas cuentas, su acción se ha desplomado un 63%.
