El terremoto bursátil que se inició la pasada semana con la quiebra y el posterior rescate a los clientes del banco Silicon Valley ha llegado este lunes a Europa en forma de tsunami, provocando una huida de los inversores de los activos de riesgo, especialmente de los valores ligados al sector bancario.
Hasta ahora, el miedo a que las entidades bancarias sufran un déficit de liquidez no existía en Europa y, de hecho, este sector era uno de los que mayores subidas acumulaba en bolsa este inicio de curso. Sin embargo, este lunes sufrió un desplome que no se había visto desde el inicio de la pandemia.
El Ibex fue uno de los índices más castigados del Viejo Continente, con un descenso de más del 3%, solo superado por la bolsa italiana, con pérdidas cercanas a los 4 puntos porcentuales. Esto se explica porque precisamente la italiana y la española son las dos bolsas con mayor peso del sector bancario. En ambos casos estas compañías suponen más de un 20% del selectivo. En el caso del Ibex se acerca incluso al 30%, según los datos que recoge Bloomberg. En su conjunto, en Europa la ponderación de esta industria supera el 17% frente al 11% del S&P 500.
"En general la subida de los tipos de interés beneficia a los bancos ya que les permite mejorar márgenes pero la rentabilidad puede verse perjudicada si los pasivos a tipo variable chocan con los activos a tipo fijo del pasado", explican desde AXA IM. "Más allá de la cuestión de la rentabilidad, los bancos pueden tener más dificultades para cumplir sus umbrales de capital regulatorio en épocas de fuertes subidas de tipos y el BCE es consciente de este riesgo desde hace tiempo", agregan.
Las seis entidades financieras presentes en la bolsa española sufrieron ayer fuertes salidas de dinero en bolsa. De hecho, de forma conjunta perdieron 11.300 millones. La más castigada fue Sabadell, con un descenso de más del 11%. Las caídas de Santander y Unicaja superaron el 7%, las de BBVA y Bankinter el 8% y por debajo de ese umbral solo CaixaBank. Aquellas firmas más ligadas al mercado hipotecario y, en consecuencia, a los tipos de interés, han sido las más penalizadas.
Desde Federated Hermes exponen que "no hay bancos europeos que coticen en bolsa con un modelo de negocio similar". "Los bancos centrales disponen de amplias herramientas para apoyar a las instituciones con liquidez, incluyendo sistemas bancarios enteros", agregan.
En el resto de Europa las caídas han sido ligeramente menos intensas que en España, pero hay casos destacados como el de Commerzbank, que se ha dejado casi un 13% en una sola sesión, o Unicredit, con más de un 9%. Otros grandes como ING o HSBC han aguantado mejor.
"Nosotros no vemos riesgo sistémico para el sector y el principal riesgo es que se acelere la remuneración de los depósitos, lo que preocuparía al mercado por la sensibilidad de los beneficios en torno a los costes de financiación y depósito", arguyen desde A&G. "Los bancos europeos tienen unos ratios de liquidez mucho mayores, por encima del 150% mientras que el requisito mínimo es del 100%, además de que el crecimiento de los préstamos en Europa es del 3% frente al 11% en EEUU y esto justifica por qué la competencia de los depósitos es menor en Europa, con unos balances más fuertes que les permitirán no tener que vender sus carteras", agregan. "Nuestro mensaje es de cautela, preferimos esperar a que se asiente el mercado y haya más certidumbre sobre la situación antes de encontrar mejores puntos de entrada", sugieren desde Welzia Management.
Wall Street puso la calma
Al otro lado del Atlántico, en contra de los primeros pronósticos que vaticinaban pérdidas, a mitad de la sesión el verde imperaba, devolviendo la calma al mercado. No obstante, sí hubo algunos protagonistas como el First Republic Bank, cuyas acciones se desplomaban un 60% o el PacWest Bancorp, con una caída mayor al 30%.
Tienen en común que son de ámbito regional, de tamaño pequeño y muy ligadas al sector tecnológico que, sin embargo, cotizaba con ganancias antes del cierre de la bolsa en Wall Street.
Ventas en la renta fija del sector bancario
Los inversores no solo se han apresurado a deshacer posiciones en los títulos del sector bancario, sino que estas ventas también se han extendido a su deuda emitida en el mercado secundario. Por ejemplo, el bono emitido por Sabadell en 2016 con vencimiento en 2026 ha cedido más de 16 puntos básicos mientras que las principales referencias soberanas han cotizado importantísimas compras. De cara al inversor, los analistas no han deteriorado sus recomendaciones y, de hecho, hay los que sugieren aprovechar las caídas como una oportunidad de entrada en un conjunto de valores que no habían dado oportunidad en los últimos tiempo, tal y como explica Cabrero, asesor de Ecotrader.