
La apuesta de negocio del banco Silvergate por dar servicio a clientes 'cripto' ha resultado en catástrofe. La compañía está intentando desesperadamente sobrevivir a la crisis que estalló en la industria con la quiebra de FTX (uno de sus clientes), tal y como ha explicado la firma a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés). La situación en la que se encuentra no hace más que confirmar los riesgos que entraña codearse con los gurús de bitcoin.
Silvergate está reorganizando su propio caos y no podrá presentar todavía el informe anual habitual para inversores y reguladores. La razón es que sigue calculando a cuánto asciende la tragedia y no tiene las cifras cerradas. "La compañía espera registrar pérdidas aún mayores", explica a la SEC, a la que solicita extender el plazo administrativo, y detalla que está vendiendo activos para pagar las cantidades pendientes que debe al Federal Home Loan Bank de San Francisco. Esta entidad le ha prestado 4.300 millones de dólares a cierre de 2022, según Bloomberg.
En la misma notificación avisa que las pérdidas adicionales se deben al deterioro de sus inversiones, algo que comprometerá la capitalización de la compañía y su capacidad de resistir durante los próximos meses, reconoce Silvergate. Tras ello, se hunde en bolsa y en la sesión de hoy registra pérdidas superiores al 45% a la hora que se publica este artículo.
Las últimas cuentas de la compañía (las que se presentaron inicialmente sin auditar y ahora pendientes de confirmar) arrojan unas pérdidas de 1.000 millones de dólares en el cuarto trimestre del año pasado. Su capitalización rondaba los 400 millones antes de la apertura del mercado y ahora oscila en torno a los 240 millones de dólares, cifras que contrastan con sus números rojos, mayores a su valor en el mercado.
Silvergate ha perdido un 90% de su capitalización en los últimos 12 meses. Antes, a finales de 2021, sus títulos rondaron unos máximos de 240 dólares. Sus acciones apenas se sostienen hoy en los 7 dólares. Entre los inversores de Silvergate están Blackrock, Jane Street, Vanguard, State Street o Citadel. A finales de enero, la empresa suspendió el reparto de dividendos por razones obvias.
La quebrada FTX era uno de sus clientes. Como la firma de Sam Bankman-Fried, varias plataformas de criptomonedas tenían depósitos en Silvergate. Pero cuando estalló la crisis del exchange, muchos de los clientes del banco retiraron sus fondos y lo hicieron asumiendo pérdidas.
La tormenta sigue sin escampar meses después y el aviso del 'criptobanco' llega en un momento de intensificación regulatoria -que a su vez se produce tras la crisis de confianza de los últimos meses y la volatilidad del mercado que ha hundido los precios-. Ahora, el departamento de Justicia de Estados Unidos está analizando los vínculos entre FTX, Alameda y Silvergate.
"Su caso confirma los miedos de muchos reguladores", señala Todd Baker, antiguo miembro de la escuela de negocios de Columbia, Richman Center for Business, Law and Public Policy, en una nota de Bloomberg. "Si este banco cae, va a ser un ejemplo de por qué los bancos deben ser extremadamente conservadores a la hora de cerrar acuerdos con firmas de criptomonedass", añade.