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Tesla dispara los ingresos en la recta final de 2022 y logra beneficios récord en el año

  • Sus márgenes han caído pese a que sus ingresos suben un 52%
Foto: Bloomberg

Tesla ha presentado unos resultados algo mejores de lo esperado. Los beneficios fueron de 1,19 dólares por acción (3.700 millones de dólares) frente a los 1,13 que esperaba el mercado, y ha batido las cifras del año anterior, en el que marcó 3.330 millones. Los ingresos se han disparado de forma incontestable: llegaron a 24.320 millones, frente a los 24.160 que calculaban los analistas y los 17.720 del trimestre anterior.

En el cómputo global del año, los beneficios han alcanzado los 12.556 millones de dólares, un 167% más que el obtenido en 2021. De forma similar, los ingresos han aumentado un 52% respecto al año pasado. Sin embargo, es el menor aumento interanual desde el segundo trimestre de 2020, indicando el posible inicio de una etapa de desaceleración tras un ciclo pandémico de fuerte crecimiento. Por su parte, las ventas anuales se han situado en los 81.500 millones, frente a los 53.800 millones de 2021.

Los resultados parecen haber dejado frío al mercado: las acciones cotizan planas en el 'after hours' tras unos minutos de fuertes fluctuaciones en las que intentó ganar un 4% antes de deshincharse y volver al punto de partida.

En la parte negativa, la firma ha sufrido un claro frenazo en los márgenes brutos del negocio automovilístico. Estos han cedido del 28% al 26%. Los ingresos por ventas también han decepcionado, quedándose cortos en un 3,5%, rompiendo las expectativas de los inversores. El principal aumento de los beneficios viene por parte de subvenciones a las renovables e ingresos por gestión y almacenamiento de energía. 

Los directivos de Tesla han prometido aumentar la producción lo más rápido posible y prevén vender 1,8 millones de coches a lo largo de 2023. Esto supondría un importante avance respecto a 2022, cuando entregaron 1,3 millones.

La empresa ha sido especialmente castigada por la fortaleza del dólar. Los costes de fluctuación de divisas se han traducido en sus resultados en un coste extra de 300 millones de dólares. 

Tesla ha presentado estos resultados en medio de una nube de incertidumbre sobre la compañía. A pesar de que la firma aumentó el número de entregas un 40% con 1,31 millones coches en 2022, batiendo récords en este registro, el mercado tiene serias dudas respecto a cómo serán las ventas en medio de una inflación desatada y una desaceleración económica en Europa como en EEUU. En especial, en un entorno de altos tipos de interés y, por lo tanto, con menor incentivo al endeudamiento.

En ese sentido los analistas llevaban días discutiendo el motivo y las consecuencias de la importante bajada de precios en varios de sus productos de hasta un 20% para hacerlos más asequibles al gran público. Esta decisión en un momento de gran inflación y, por lo tanto, mayores costes, supone un verdadero riesgo para los márgenes. En ese sentido los analistas creen que Elon Musk está apostando por salvar las cifras de ventas ante una menor demanda, por lo que habían interpretado esta medida como una mala noticia para la firma.

"Los recortes de precios de Tesla hacen que todos los demás vehículos eléctricos y [vehículos con motor de combustión interna] parezcan cada vez más caros, comprimen los márgenes y provocan un escalofrío en el mercado de autos usados", escribió el analista de Morgan Stanley, Adam Jonas, en una nota para inversionistas el viernes.

Asia, la esperanza

Sin embargo, los inversores se han aferrado a las buenas noticias de Oriente frente a la preocupación por los precios. Tesla lleva un año y medio con importantes problemas de producción y venta en Asia debido a que el principal país del continente y sede de su única gigafactoría, China, ha vivido con sucesivas medidas covid-cero que han lastrado a su planta en el país.

En ese sentido, una China ya saliendo de estas medidas y lista para volver a producir a pleno pulmón supone un espaldarazo importante para la estrategia global de Tesla, que vuelve a encontrarse con un mercado con gran potencial a su disposición y con su fábrica en activo. Tras la experiencia en China y ante los riesgos geopolíticos y sanitarios, ya ha cerrado un acuerdo con Indonesia para abrir en el país una fábrica paralela.

Además de la situación particular de la empresa automovilística, hay que sumar la crisis de las tecnológicas, que está lastrando a Tesla por dos lados. Por una parte, la compañía ha perdido cerca de dos tercios de su valor desde máximos, al mismo ritmo que las grandes firmas del sector a nivel mundial. La compañía ha pasado de valer más que sus 10 principales rivales en el sector automovilístico juntas, a tener una capitalización de 'solo' lo que sus dos mayores competidores, Toyota y la china BYD.

Y por otro lado, la compra de Twitter por parte de Musk ha llevado al magnate a vender numerosos paquetes de acciones de la firma, que ya alcanzan los 19.000 millones de dólares. Los inversores están preocupados por el nuevo 'juguete' de Musk, que le roba tiempo que podría pasar gestionando su buque insignia, y a la vez está drenando su posición de control en la firma automovilística. Aunque nadie espera por el momento un 'golpe de palacio' que eche a su fundador, los líos de Musk, que la semana pasada tuvo que ir a los tribunales a responder por una acusación de manipulación de mercados, están produciendo una preocupación creciente en los accionistas.

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