La caída en picado de las acciones de Tesla sigue acelerándose este martes. La última causa ha sido un informe sobre un plan para detener temporalmente la producción en su fábrica de China, lo que ha reavivado los temores sobre la caída en la demanda de los coches eléctricos de la firma y ha llevado a las acciones de la empresa a marcar su racha de pérdidas más larga desde 2018.
Las acciones de la empresa dirigida por Elon Musk han llegado a caer este martes un 7%, hasta poco más de los 114 dólares, marcando su séptimo día consecutivo de retrocesos. La capitalización bursátil del fabricante de vehículos eléctricos se ha desplomado a los 372.000 millones, por debajo de Walmart y JPMorgan Chase. La última liquidación le costará a Tesla su posición entre las 10 empresas de mayor valor en el índice S&P 500, una distinción que ha mantenido desde que se uniera al índice de referencia en diciembre de 2020.

La noticia de la reducción de la producción en Shanghái llega inmediatamente después de que la semana pasada Tesla anunciara que estaba ofreciendo a los consumidores estadounidenses un descuento de 7.500 dólares para comprar sus dos modelos de mayor precio antes de fin de año, lo que aumenta el temor a que la demanda esté cayendo. Para Tesla, cuya valoración se basa en sus perspectivas de crecimiento futuro, estas preocupaciones suponen un riesgo significativo.
"La mayor parte de la debilidad de las acciones este año se debe a los indicadores que muestran una caída de la demanda a nivel mundial", dijo Craig Irwin, analista de Roth Capital Partners. El crecimiento estimado de los ingresos de Tesla "todavía es asombroso, pero no lo suficiente para una empresa valorada en 385.000 millones", dijo.
La esperanza de que Tesla sea la compañía líder en el sector del coche eléctrico en un futuro dominado por este tipo de automóviles impulsó un espectacular aumento de su capitalización del 700%, multiplicando en ocho veces el valor de sus acciones durante 2020, lo que le valió entrar en el S&P 500 y llegar a ser la quinta acción más valiosa en el índice.
Pese a todo, la postura general de los analistas sobre Tesla sigue siendo alcista
Pero este año el desplome ha llegado igual de rápido. Desde que Musk se lanzara a hacerse con Twitter, una carísima distracción financiada en parte con la venta de sus acciones de la automotriz, Tesla ha perdido alrededor de dos tercios de su valor, en gran medida por las preocupaciones de que la alta inflación y el aumento de los tipos de interés frenen la compra de coches eléctricos.
Los analistas de Wall Street han comenzado a lanzar advertencias sobre la demanda de vehículos eléctricos, y el precio objetivo promedio de 12 meses para Tesla ha caído un 10% solo este mes. Mientras tanto, la estimación de ganancias ajustadas promedio para 2022 ha disminuido más del 4% desde hace solo tres meses.
Aún así, la postura general de los analistas sobre Tesla sigue siendo alcista, con la mayor proporción de calificaciones de compra o equivalentes desde principios de 2015.
"A pesar del desempeño de las acciones, la curva de innovación de Tesla parece estar acelerándose, un marcado contraste con otras grandes compañías tecnológicas cuyas actualizaciones incrementales de productos parecen estancadas en el mejor de los casos", escribió el analista de Canaccord Genuity, George Gianarikas, en una nota la semana pasada. Agregó que en 2023 pueden aparecer "brotes verdes" de recuperación.