
El buen dato de IPC de Estados Unidos (6,5% frente al 7,5% de noviembre) también se vio reflejado en el mercado de la renta fija, donde las compras reinaron tanto a este lado del charco como en el otro. En la sesión del jueves, el T-Note, el precio del bono de referencia americano con vencimiento a 10 años, subía dejando la rentabilidad en el entorno del 3,48%, al retroceder 5,5 puntos básicos, con datos a cierre del mercado europeo.
El papel soberano hizo lo propio a este lado del Atlántico, en una jornada en verde para las referencias a 10 años de los diferentes países. El bund alemán cerraba en el 2,15%, que lo dejaba en niveles de mediados de diciembre. El español, por su parte, veía una caída de 4,2 puntos básicos en su rentabilidad y alcanzaba el nivel del 3,14%, que también lo dejan en niveles de diciembre del año pasado. Cabe recordar que el penúltimo día de 2022 el bono alemán tocó máximos de rentabilidad que no veía desde el año 2011 (2,56%) y el español, en la misma fecha, un pico que no visitaba desde 2013 (3,67%).
Entre los continentales, la deuda británica fue, junto con la griega, la que registró un mayor retroceso en la rentabilidad, de hasta 7,6 puntos básicos, y cerró en los 3,33%.
En este contexto, Mike Gitlin, director de renta fija en Capital Group, explica que "la elevada inflación y las fuertes subidas de tipos de interés por parte de la Fed han ofrecido un contexto complicado a los mercados de renta fija. Estas pérdidas resultan difíciles de soportar en el momento, pero pueden sentar las bases para una mayor generación de rentas en el futuro". A este hilo, el experto añade que, con el tiempo, "este nivel más elevado de rentas podría ofrecer un mayor colchón para la rentabilidad total, aunque se mantenga la volatilidad de los precios. Para un gestor activo, el mercado puede ofrecer atractivas oportunidades de valor, aunque la selección de títulos continúa siendo crucial en el entorno actual", remata.
El precio del oro también alcanzaba el jueves niveles que no visitaba desde abril, al tocar el entorno de los 1,894 dólares. Con una revalorización de más del 3,5% desde el inicio del año en curso, el metal precioso se queda a tan solo un 8% de sus máximos históricos, que tocó el 8 de marzo del año pasado.