
Las empresas de redes sociales van a recordar 2022 como uno de los años más duros y complicados de su historia. No solo por ser el ejercicio en el que presentaron unos resultados financieros que vaticinaron el final de los años de vino, rosas y crecimiento sin parangón, sino también por su deprimente comportamiento en el mercado bursátil. Varias de las firmas más importantes del sector atraviesan una de las crisis de confianza más importantes de su corta (pero intensa) historia.
La pérdida de la confianza de los inversores en su modelo de negocio y en sus planes de futuro ha derivado en una caída en el precio de sus acciones que en algunos casos ha llegado a superar el 60%. Meta -archiconocida anteriormente como Facebook- o Match -propietaria de varias redes social de citas entre las que se encuentra Tinder-, son el ejemplo que mejor escenifica esta situación. Ambas compañías, de hecho, tienen por delante un par de sesiones para no batir un récord negativo no visto en el S&P 500 desde 2015, último año en el que una empresa de ese selectivo perdió más de un 60% de su capitalización en 12 meses.
En el caso particular de Meta, la pérdida de fe de los inversores en el valor (sus títulos registran su peor año en Wall Street de su historia) ha venido de la mano de la advertencia que han mandado los analistas sobre la compañía en los últimos meses. Los recortes de los expertos en sus valoraciones bursátiles y las rebajas en sus recomendaciones han sido constantes en este 2022. De hecho, según los datos de Bloomberg, nunca antes en el último lustro, la empresa de Mark Zuckerberg había tenido un porcentaje de consejos de compra tan bajo como el que obtuvo en noviembre.
El propio fundador y director ejecutivo de la compañía ha atribuido en diferentes ocasiones el mal momentum de Meta a la ralentización del comercio electrónico, a la desaceleración económica global y al aumento de la competencia. Sea como sea, lo cierto es que para paliar la sangría, Meta ha tenido que anunciar un recorte de costes que implica el despido de cerca de un 13% de su plantilla (más de 11.000 empleados). Pese a ello, el fantasma de un interés cada vez menor en el que ha sido el pilar fundamental de su negocio hasta ahora, la red social Facebook, empieza a sobrevolar por encima de la compañía, que ha comenzado a centrarse en el nuevo motor de descubrimiento de Inteligencia Artificial, en sus plataformas de anuncios y negocios, y (sobre todo) en el metaverso, para tratar de paliar los posibles efectos adversos que pueda tener una caída en el uso de Facebook.
Será la primera vez en la historia que Meta registre unos ingresos menores a los del año anterior
Sin embargo, tal y como apuntan fuentes de mercado, "ya vaticinamos que la transición al metaverso sería cara, incierta y llevaría varios años y ahora, meses después, no solo seguimos manteniendo esta visión, sino que creemos que se ha enconado". De hecho, nunca antes en su historia reciente, Meta había tenido un descenso en sus ingresos anuales, algo que se espera que ocurra cuando se conozcan las cifras de 2022. Y es que, el consenso de mercado espera que la estadounidense obtenga unas ventas inferiores a las registrada en 2021, superando ligeramente los 116.000 millones de dólares.
¿Menos citas en 2022?
También se ha visto afectado el negocio de Match en las últimas semanas. De hecho, desde la propia firma han advertido de que en el último trimestre del año se pueden ver minorados sus ingresos dada la tendencia macroeconómica en la que están inmersas las principales economías del mundo.
Sobre todo, "teniendo en cuenta su exposición a usuarios más jóvenes, con menos ingresos discrecionales", señalan desde el departamento de análisis de JP Morgan, desde donde advierten que Plenty Of Fish (otra aplicación de citas) también "tiene un público objetivo más sensible a la evolución de los precios".
En el caso de Match, en vez de recurrir al Metaverso para revertir la situación, la firma tiene una hoja de ruta que pasa por impulsar Tinder priorizando esfuerzos en cuatro pilares clave: las mujeres, la generación Z, los bienes virtuales/monedas (usuarios avanzados) y los esfuerzos de monetización dirigidos, como la publicidad. Así lo aseguran los analistas de la misma entidad financiera estadounidense, quienes confían en que los ingresos totales del grupo vuelvan a acelerarse a lo largo del año en 2023.
Pese a esta confianza de los expertos en el valor (casi un 70% de los analistas que siguen su evolución en bolsa aconseja tomar posiciones sobre sus acciones), los inversores siguen desconfiando de las acciones de una firma cuyas acciones se cuelan entre las más bajistas de Wall Street en 2023 ante la creciente presión macroeconómica.
Las previsiones de Match para el cuarto trimestre recalcan que las recientes tendencias macroeconómicas se mantendrán en lo que queda de año. En otras palabras, "las perspectivas de la dirección implican que no habrá una mejora macroeconómica y que se mantendrá el deterioro bastante significativo de las últimas semanas", inciden desde JP Morgan.