Desde el pasado 11 de noviembre y tras casi tres meses de debilidad, el euro volvió a ganarle el pulso al dólar y desde entonces, hace ya exactamente 32 sesiones, la divisa europea consigue mantener el cambio por encima de la paridad con el billete verde.
Sin duda la pronta actuación de la Reserva Federal Estadounidense (Fed) que comenzó la subida de los tipos de interés con anterioridad a las del Banco Central Europeo (BCE) -la Fed realizó la primera subida en marzo, frente a la del BCE que tuvo lugar en julio- impulsó la revalorización del dólar frente al euro. Así, en este volátil 2022 la divisa europea ha llegado a tocar los 0,95 dólares, un precio que no se veía desde hace dos décadas. Desde aquellos mínimos del año, que tuvieron lugar a finales de septiembre, el euro rebota casi un 11%. Estas últimas ganancias no han logrado, sin embargo, que la moneda europea coloque sus cuentas en positivo en 2022, pues aún pierde sobre un 7% de su valor con respecto a los 1,13 dólares con los que comenzó el ejercicio.
No obstante, los 1,06 dólares en los que cotiza actualmente confirman, a nivel técnico, un contexto alcista para la divisa del Viejo Continente. "El siguiente objetivo aparece en los 1,128", señala Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.
El experto del portal premium de elEconomista.es no es el único que ve fortaleza en el euro de cara a los próximos meses. Desde el equipo de análisis de Renta 4, en su informe de perspectivas de 2023, apuntan que "pese al mantenimiento de un dólar fuerte en el corto plazo, esperamos la gradual apreciación del euro a los 1,10 dólares a medio plazo cuando se perciba un cambio de signo en la política monetaria de la Fed y se reduzca la aversión al riesgo de forma consistente".
A cuatro sesiones de que finalice este ejercicio, estas predicciones dejan a la divisa europea un potencial alcista de entre el 6% y el 4%.