Bolsa, mercados y cotizaciones

La renta variable busca la 'orilla' en el 2023 tras el naufragio de la bolsa

El naufragio del Méduse, inmortalizado por Théodore Géricault en La balsa de la Medusa, también sirve para retratar la evolución de la bolsa en el 2022: un desastre del que apenas hay supervivientes. Sin embargo, y aunque los pronósticos para el año que viene apuntan a unos meses volátiles en el cambio al 2023, también se atisban oportunidades en la renta variable.

La inflación será la principal corriente que impedirá alcanzar la orilla tanto en la bolsa estadounidense como en las principales plazas europeas. Los grandes bancos centrales continuarán con su política monetaria para combatir la evolución de los precios y, mientras, se espera que China recupere su actividad para ser la balsa del crecimiento de la economía global, aunque eso pueda derivar en otro efecto inflacionario para la economía europea.

Las previsiones para el 2023 del consenso de mercado reunido por Bloomberg recogen un crecimiento del PIB en Estados Unidos del 0,3%, frente al 4,9% que se espera para China o la recesión que se pronostica en la eurozona (retroceso del PIB del 0,1%). Todo ello con una inflación en niveles elevados que aunque no repitan las cotas alcanzadas en el año saliente siguen lejos del objetivo del 2% que persiguen los principales responsables de las políticas monetarias. "La economía mundial se dirige hacia una recesión con inflación, y aun cuando esta transición podría ser temporal ha de mantenerse la prudencia, ya que en dicho escenario pocos activos financieros responden bien", sintetiza el economista jefe y director de inversiones del Grupo Andbank, Alex Fusté.

Los precios de la bolsa europea, americana y española serán muy atractivos para 2023, según pronósticos de Bloomberg, con peres por debajo de sus respectivas medias históricas para el Stoxx 600 y el S&P, con 11,9 veces para el primero y 16,4 veces para el segundo. La expectativa de rentabilidad, no obstante, también alcanza cotas de lo más golosas, con una capacidad de generar beneficios para 2023 del 9,8% para el Ibex español; un 8,4% para Europa y un 6,1% para el S&P.

Mayor riesgo en Europa

Para los expertos de Norbolsa, los principales riesgos para el año que viene a los que tendrá que enfrentarse Europa serán, a parte de una escalada del entorno bélico, "las posibles nuevas distorsiones en el mercado del gas europeo por un invierno más frío que el habitual, una interrupción de la tendencia de desinflación que estamos viendo por nuevas tensiones en salarios, el encadenamiento de la recesión en Europa con una recesión en EEUU y nuevas debilidades en el crecimiento chino, por un mayor impacto del Covid o crisis inmobiliaria, perdiendo su baza anticíclica".

Pero la luz entre tanta niebla la irradiará la renta fija. Diferentes perspectivas así lo recogen, ya que consideran que tras dejar atrás un año que ha sido devastador para el inversor conservador, el mercado de la deuda podrá ser un buen refugio para el próximo ejercicio. "La estrella [de 2023] debería ser la renta fija y pasa a ser el motor de generación de rentabilidad de las carteras, a priori, con poco riesgo. Los inversores van a ser capaces de recuperarse de este 2022 sin asumir mucho riesgo", apunta Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global BBVA AM & Global Wealth. Desde Singular Bank también apoyan esta estrategia, ya que consideran que las subidas de las tasas de interés mejoran el atractivo de la renta fija y deprimen las valoraciones de las compañías afectadas por el débil crecimiento económico y de los beneficios.

De vuelta a la renta variable, los expertos consideran que la crisis energética en Europa, a consecuencia de la guerra en Ucrania, dejará a las bolsas del continente en peor situación que en el caso de Wall Street. "Dada la continua incertidumbre que rodea a toda esta situación, los precios de la energía y su impacto en las economías, existe el peligro de que la renta variable europea se convierta en una trampa de valor, expresión que se utiliza cuando un precio nos resulta atractivo, pero continúa cayendo", desarrollan desde Capital Group. En este sentido, desde la gestora indican que el contexto de demanda de energía en Europa podría favorecer una ralentización más leve:"Una recesión más suave podría impulsar el valor de la renta variable europea y provocar un aumento de las valoraciones si los bancos centrales optan por interrumpir en 2023 el endurecimiento de su política monetaria. Sin embargo, a corto plazo, las estimaciones de consenso en lo que respecta al PIB y el crecimiento de las ganancias por acción de la región siguen siendo demasiado elevadas, lo que significa que los mercados europeos van a tener dificultades para avanzar".

Desde TwentyFour Asset Management también descuentan una situación más complicada para este lado del Atlántico en lo que se refiere a la inflación:"El BCE ha sido más lento a la hora de subir los tipos y también tiene que hacer frente a mucha inflación externa, sobre la que tiene poco margen de maniobra. Esperamos que la inflación descienda, pero se mantenga en niveles muy superiores a los anteriores, probablemente en torno al 5,5%. Esperamos que la tasa de inflación mensual duplique la de Estos Unidos a finales de 2023", puntualizan.

En cuanto a los segmentos que pueden beber de las turbulencias, el estratega en inversiones J. Safra Sarasin Sustainable AM, Thomas Bollinger, se decanta más por el sector financiero, pequeñas cotizadas (porque soportan mejor las altas expectativas de inflación, a su juicio) y en sectores cíclicos. De esta forma, el consenso de mercado ve recorridos más largos a la bolsa europea que a WallStreet (a excepción del Nasdaq) con potenciales que no superan el 25%.

El mercado de divisas también será determinante en el año en el que se descuenta que los bancos centrales alcanzarán sus tipos de interés máximos de este ciclo. Un efecto que repercutirá en los resultados de las compañías expuestas a monedas extranjeras. Desde ActivTrades consideran que el euro se mantendrá estable en 2023 tras un año en el que el dólar ha sacado un 7% al resto de las grandes divisas. Se espera que el euro se cambie por 1,08 dólares al cierre de 2023, según Bloomberg. Por último, Singular Bank considera que las inversiones en energía y otras materias primas seguirán siendo protagonistas, debido al precario equilibrio oferta-demanda y a que la perspectiva de crisis energética y alimentaria prolongadas sostendrán los precios en niveles cercanos a los actuales. Por ejemplo, el petróleo debería de mantenerse por encima de 83 dólares el barril.

La mayor parte de los expertos entiende que la economía estadounidense crecerá en 2023, aunque se produzca una ralentización de la actividad en los primeros compases del año. "Estados Unidos tampoco estará exento de riesgo", apuntaron desde Citigroup que se siguen mostrando preocupados por la inflación subyacente que se pueda dar el año que viene. Pero una mejor evolución del crecimiento del PIB también se traducirá en una evolución favorable en Wall Street que borre en parte la deriva del 2022 por muy pesimistas que puedan ser las previsiones macroeconómicas que dan las firmas de inversión o los organismos oficiales. Por lo pronto, el consenso de Bloomberg estima que el S&P 500 tiene un potencial superior al 17%. Mientras que los valores tecnológicos, de los más castigados por los inversores este año, tendrían un recorrido por delante cercano al 28% dentro del Nasdaq 100.

Así, frente a estas previsiones macroeconómicas agoreras "históricamente hablando, el mercado de renta variable también tiende a anticipar un futuro más positivo, mucho antes de que lo hagan los datos económicos", según el economista de Capital Group, Jared Franz. Aunque eso se traduzca en una búsqueda de las oportunidades por sectores o compañía a compañía. Ya que se presupone que en EEUU la economía responderá mejor que en el caso europeo, por su dependencia energética, la directora global de renta variable en Columbia Threadneedle, Melda Mergen, invita a mirar en compañías con pequeñas capitalizaciones en Wall Street con mejor exposición de su negocio al extranjero. "Las grandes capitalizadas obtienen el 35% de sus ingresos de fuera del país", según Mergen. Aunque si no se quiere distinguir por tamaño, desde la firma se siguen decantando por las compañías que generan valor por encima de las que se centran en el crecimiento. "En definitiva, el binomio rentabilidad/riesgo de las bolsas mejora, la volatilidad se ha reducido y nada lleva a anticipar un repunte. Las bolsas avanzarán despacio, pero la fase de bloqueo parece estar superándose", publicaron desde Bankinter.

Los catalizadores para la economía también pueden llegar desde fuera de EEUU. "Para el primer trimestre de 2023 la reapertura de China puede ser un evento poderoso", según el analista de Criti, Jabaz Mathai. Si China destierra por completo sus políticas restrictivas para afrontar los contagios de coronavirus el crecimiento del PIB mundial se vería beneficiado. Así, el mercado considera que el crecimiento de la economía del gigante asiático podría situarse cerca del 5% tanto en el año que viene como para 2024.

Un porcentaje que también baraja el Banco Popular de la República China y que supondría cumplir con los objetivos de Pekín. El principal índice del país, el Shanghai Shenzshen, tiene un potencial alcista del 27%. Una cifra que podría crecer si el mercado inmobiliario chino, paralizado con los confinamientos y falta de financiación, empuja la economía. Para no depender solo del gigante asiático, "nos siguen gustando los líderes globales de sectores asiáticos clave vinculados a la exportación, como los valores tecnológicos surcoreanos y taiwaneses con vectores de crecimiento secular a largo plazo favorables", señalan desde Schroders.

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Comentarios 1

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¿¿??
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Estamos alimentando una guerra en Ucrania, en este contexto hablar de llegar a la orilla......

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#1