Bolsa, mercados y cotizaciones

El boom de las salidas a bolsa de 2021 deja un reguero de cotizadas zombies en fase de exclusión del Nasdaq

  • Tras los debuts, la drástica caída de los precios lleva a las firmas a la exclusión
  • Son las que cotizan en el Nasdaq a menos de un dólar durante 30 días seguidos
  • Cambio del enfoque inversor: adiós al riesgo y mejor "esperar y ver"
Foto: iStock.

El mercado de las ofertas públicas de venta (OPVs) ha pasado de atraer una cifra récord de dinero a dejar un reguero de fósiles en apenas meses. Muchos de esos estrenos han demostrado su incapacidad para retener a los accionistas a corto plazo y, algunos de ellos, ni siquiera han cumplido con los requisitos mínimos de permanencia en el mercado. Pero dentro de los restos que han dejado esas cotizadas, destacan las que encadenan más de 30 sesiones con cierres por debajo del dólar. Y, por ello, se enfrentan a la exclusión de la bolsa americana.

Argo Blockchain es una de esas compañías. Sus títulos se negocian sobre los 0,45 dólares y llevan tiempo distanciados del dólar por acción que garantizaría su continuidad en el parquet. El operador de bolsa, Nasdaq, ya le ha notificado el periodo de gracia: tiene 180 días para revertir la situación y romper la racha por debajo del dólar. Si no, será excluida del índice en el que cotiza, el Nasdaq Composite, y trasladada a otra bolsa con menor negociación. 

La firma, que se dedica a la minería de criptomonedas con un enfoque sostenible, es presa del ciclo 2021-2022. Se estrenó en el punto álgido del mercado, cuando la liquidez no era un problema, como tampoco lo era el apetito por el riesgo. Eso facilitó la entrada de inversión y el auge de operaciones. Solo el año pasado debutaron 1.033 empresas en el mercado americano con una recaudación histórica de 286.000 millones de dólares, según datos de Nasdaq. El ejercicio estuvo impulsado por las SPACs aunque, sin las compañías de 'cheque en blanco', las cifras son igualmente récord.

Sin embargo, los mismos negocios que se beneficiaron del interés por el riesgo han acabado materializándolo y siendo víctimas del exceso. "La debilidad de las acciones, de las valoraciones y del rendimiento post OPV han terminado de deteriorar el sentimiento de los inversores en estas operaciones", explica Paul Go, responsable de EY del mercado de las OPVs en un informe sobre las últimas tendencias. Algo que ha ocurrido tras "un año récord", que, después "dio paso a un aumento de la volatilidad por las tensiones geopolíticas, la inflación y la subida de los tipos de interés", añade.

Todo ello se refleja en el caso de Argo Capital, lo que ha dejado a los accionistas de su OPV con un -97% de rentabilidad. Además de las condiciones del mercado y su falta de madurez, sus centros de datos en Norteamérica no han quedado al margen de la crisis energética y de los elevados precios del gas y de la electricidad. A ello se ha sumado la continua caída de los precios de las criptomonedas, lo que ha terminado de comprometer su capacidad para hacer caja, ha explicado la propia firma. 

Así, la empresa intenta, al mismo tiempo, un ejercicio de malabarismo: reflotar la acción y evitar la quiebra. "La compañía está en riesgo de tener poco efectivo para superar el próximo mes", explicaba la semana pasada en un comunicado. Argo Blockchain va a intentar vender activos y refinanciarse. A su vez, tienen que solucionar lo del precio de su acción: "Tenemos 180 días para solventar esta deficiencia", dicen respecto al plazo que les da el operador de mercado. Para seguir cotizando en el Nasdaq Composite tienen hasta mayo como límite para lograr superar el dólar por acción durante diez sesiones seguidas. 

Su caso es uno de los más sangrantes de las salidas a bolsa de 2021. Pero hay más ejemplos, como el de su competidora Stronghold Digital Mining. También ha recibido la notificación del Nasdaq. Sus títulos valen casi lo mismo que los de Argo Blockchain y están en torno a los 45 centavos tras registrar un -97,5% de rentabilidad post OPV. Les acompañan otros nombres de otros sectores, como la de software Alfi, que ha quebrado y cuyas acciones valen tres centavos, o el de la compañía especializada en inmunoterapia NexInmmune, que es otra de las que encadenan sesiones con precios escuálidos (en su caso, por debajo de 0,30 dólares).

Aunque la propuesta de exclusión ocurre en casos como los citados, hay cientos de empresas que salieron a bolsa en 2021 y que, ahora, aunque no están en esa situación límite, se han quedado muy faltas de liquidez. Las acciones del 17,7% de las OPV americanas del año pasado valen actualmente menos de dos dólares, según los datos recopilados en Stock Analysis.  

En estos casos, ni siquiera el hecho de cotizar en un índice como el Nasdaq Composite ha sido suficiente para atraer una liquidez mínima. Desde el punto de vista de las empresas, una de las consecuencias de la exclusión es que su acceso a la base inversora se reduce, ya que dejan de estar en índices que después replican los institucionales en sus fondos cotizados. Pero a su vez, estar en las mejores plazas requiere de una solidez mínima. Nasdaq pide que antes de entrar en cualquiera de sus índices, las candidatas deben haber pasado dos años en otro -en el caso de Argo Blockchain ya cotizaba en Londres-. Un valor de mercado previo y mínimo de 75 millones de dólares o precios de partida por acción en los 4 dólares. 

"El desolador rendimiento" de muchas OPVs del 2021 ha pesado con el tiempo y ha perjudicado las salidas a bolsa de este ejercicio, explica también el informe de EY. Ahora, tras ese auge, el mercado de las ofertas públicas de venta está en una fase de "esperar y ver". 

En parte, eso se debe a que uno de los principales atractivos del mercado de salidas a bolsa es la primera sesión de cotización. Suele ser uno de los días de más volumen en torno a un título, ya que, o bien los inversores quieren entrar desde el principio (lo que hace que haya más demanda que oferta), o quieren operar intradía, ya que es cuando suelen darse los mayores ascensos y descensos. De hecho, en el caso de Argo Blockchain, el día de su debut es su segundo de mayor volumen en toda su trayectoria bursátil. Eso lo explican los retornos del primer día. De media, en las últimas cuatro décadas, ese rendimiento es del 18,4%, según Nasdaq, aunque en 2021 fue del 34%, una cifra muy superior. 

Sin embargo, la posibilidad de beneficiarse de ello ha perdido interés por una mayor aversión al riesgo y una menor liquidez. Los resultados que ha dejado el ciclo 2021-2022 han provocado un cambio el enfoque inversor, según EY: "Por ahora, los inversores se van a centrar en los fundamentales de las compañías, como el crecimiento de sus ingresos, la rentabilidad o los flujos de caja, en vez de mirar solo sus proyecciones de crecimiento".