Bolsa, mercados y cotizaciones

'Cuidado con el hueco': una explicación a la desconexión entre la energía y sus acciones

  • Los precios de materias primas como el petróleo han basculado a la baja
  • Las energéticas del S&P 500 siguen mostrando unos porcentajes generosos
  • Los analistas han puesto el foco en la oferta y no en la voluble demanda
Foto: iStock

El famoso aviso mind the gap del Metro de Londres (cuidado con el hueco, lo que en España viene a ser no introduzca el pie entre coche y andén) tiene su sentido en los mercados. El creciente hueco, brecha, escalón entre dos variables puede traer dolores de cabeza. Es lo que puede pasar con la energía y su representación en bolsa a través de las acciones.

El año que vivimos peligrosamente con la energía desde que Rusia entró en Ucrania se acerca a su final y las acciones energéticas de Wall Street muestran un desempeño bastante destacable cuando los precios de materias primas energéticas como el petróleo basculan a la baja. Los analistas se aprestan a aclarar el misterio.

En su último boletín de mercados, el estratega Andreas Steno Larsen, ex de Nordea, constata que "existe una brecha sustancial entre las acciones energéticas y los mercados energéticos". "Rara vez vemos que se materialicen estas diferencias y esta es una de las mayores diferencias medidas en desviaciones estándar de la última década", señala. Se puede ver con el creciente escalón entre el precio del petróleo y las acciones energéticas del índice S&P 500, máxima representación de Wall Street.

Con el petróleo (tanto el Brent, de referencia mundial, como el WTI Texas, de referencia en EEUU) cayendo más de un 9% en los últimos tres meses y cerca de perder el repunte en 2022 (ya es de menos de un 2%), hay acciones energéticas que presentan unos porcentajes de vértigo.

El gigante de los yacimientos petroleros Schlumberger gana un 36% en los últimos tres meses. En el mismo periodo, 'compañeras' como Halliburton o Phillips 66 han ganado más de un 22% y un 18% respectivamente. Chevron y Exxon Mobile se acercan al 10% mientras Marathon Petroleum lo supera y Marathon Oil se queda cerca del 8%. El ETF XLE, que incluye al grueso de estos valores, gana un 6% en los últimos tres meses y un 48% en lo que va de 2022.

"La energía de EEUU se disparó un 60% este año, con una de las mayores subidas de la historia frente al peor sector. Esto no se repetirá, pero los valores energéticos se ven respaldados por unos precios del petróleo cuatro veces superiores al coste de producción. Además, es uno de los dos únicos sectores en los que aumentan las estimaciones de beneficios para el cuarto trimestre y para 2023, ya que los analistas elevan sus previsiones cautas", explica en un comentario Ben Laidler, estratega de eToro.

Pero para Steno Larsen hay un problema de óptica. "Desde octubre, los mercados físicos se han deteriorado debido a la ralentización de la demanda, mientras que las acciones energéticas han seguido subiendo. La mejor expresión de riesgo/beneficio de esta brecha es probablemente estar largo en petróleo físico y corto en acciones energéticas en una operación de diferencial, pero mi mejor conjetura es que la brecha se cerrará por arriba (a través de la caída de los precios de las acciones energéticas)", apunta.

"Tenemos una claridad relativamente fuerte en el lado de la oferta de materias primas con la OPEP confirmando su postura política, mientras que el límite de petróleo del G-7 impuesto a Rusia está por encima de la mayoría de los precios actuales del petróleo ruso negociado, lo que significa que el lado de la demanda es ahora la parte complicada de la ecuación. En general, creo que demasiados analistas se centran en la economía de la oferta en el sector de las materias primas, mientras que la demanda suele ser mucho más volátil y difícil de entender y, por tanto, un factor más determinante de la evolución de los precios marginales de las acciones", explica el ex de Nordea.

"La demanda parece estar desmoronándose ante nuestros ojos en estos momentos. Los fletes de China a EEUU están cayendo en picado a pesar de las nuevas restricciones impuestas en China. Esto no es solo un síntoma de la relajación de las cadenas de suministro, sino también de la debilidad de la demanda. Es probable que la inflación de los bienes se sitúe en torno al 0% en mayo-2023 y esto debería ser un indicio más que evidente también para la demanda de energía", añade el economista nórdico.

"Los precios de muchas materias primas subieron el mes pasado gracias a la debilidad del dólar estadounidense. El oro fue uno de los más beneficiados. Sin embargo, prevemos una nueva apreciación del dólar a principios de 2023, a medida que se ralentice la actividad económica, lo que presionará a la baja los precios de la mayoría de las materias primas", valora Caroline Bain, de Capital Economics.

Por el contrario, señala Bain, "los precios del petróleo se desplomaron al aumentar los temores sobre el impacto negativo en la demanda por la política 'cero covid'. Pero a principios de diciembre han llegado indicios de que se estaban relajando las restricciones. Esperamos que la política se levante a mediados de 2023, razón fundamental por la que pronosticamos una subida de los precios de las materias primas para entonces".

En cualquier caso, enfocando el corto plazo, Steno Larsen lo resumen así: "La demanda está ahora en el asiento del conductor de los mercados energéticos".

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