
El dato de inflación en EEUU ha desatado las expectativas de un cambio de rumbo en la política monetaria de la Reserva Federal. Más de un experto encuentra muchas similitudes con el gran giro que protagonizó el banco central en 1974, bajo el mandato de Arthur Burns, el controvertido banquero, muy cercano a Nixon, que recortó tipos de interés con fuerza, cuando los precios todavía rondaban el 12%. El movimiento alivió al mercado, que repuntó más de un 30%, pero no consiguió evitar una profunda recesión, que previamente había provocado la estricta política monetaria de la Fed. El mercado anticipa que los tipos rocen el 5% en el segundo trimestre de 2023, pero contempla los primeros recortes de tipos para después del verano.
Más lenta, pero más alta la subida de tipos. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, terminó de un plumazo con la esperanza de las bolsas de ver el fin del rally en las tasas federales, al señalar que podía reducir el ritmo de subidas, pero a la vez remarcó que las expectativas para tocar techo eran más elevadas que en septiembre. En los días posteriores al mercado le costó captar el mensaje. En parte, porque las bolsas habían cogido velocidad descontando un cambio en la política monetaria de la Fed, ante cada vez mayores indicios de recesión inminente para la economía de EEUU. "Algunos inversores confunden una pausa con un giro de la Fed", distingue Liz Young, directora de estrategia de inversión de SoFi.
Los mercados han vuelto a coger cierto ritmo de subidas esta semana, y más con el reciente dato de inflación, pese a que Powell dejó claro la relentización no significaba "ni pausa, ni giro" en los tipos. Pero algunos analistas de Wall Street siguen viendo que sí se producirá más temprano, que tarde. El estratega estrella de Bank of America, Michael Hartnett, observa "muchas similitudes" con el giro histórico que realizó la Fed a finales de 1974. Para el analista coincide el contexto. La década de los setenta está considerada como la época de la Gran inflación en EEUU. En varias ocasiones, su tasa anual llegó a superar con holgura el 10%.
Las políticas económicas se volvieron erráticas, había un trasfondo bélico, tensiones geopolíticas, crisis energéticas, crisis con los alimentos, excesos fiscales y problemas con la industria, recuerda en su informe de perspectivas de mercados. Prácticamente, una calcomanía con este año. La invasión de Rusia a Ucrania ha exacerbado la crisis energética y provocado una escasez de suministros, como pocas veces se recuerda. Las presiones inflacionistas de 1974 fueron consecuencia del shock en los precios de la energía. En octubre del año anterior, EEUU comenzó a sufrir el primer embargo de petróleo de los países árabes, que duró hasta principios de 1974. Además, el país estaba en medio de una recesión que había comenzado en noviembre de 1973 y tocó fondo en el invierno de 1974, desatando en la economía estadounidense el peor período de estanflación de la historia.
Pero para Hartnett, el factor más decisivo para el mercado tuvo que ver con la Fed. "En el cuarto trimestre de 1974 se produjo el Gran Giro de la Fed, pero no fue hasta diciembre cuando recortó con fuerza los tipos al pasar del 9,75% al 4,75%, pese a que la inflación todavía superaba el 12%", comenta. ¿Qué motivo el cambio brusco de la Fed? Para finales del 74, todo iba mal. La inflación no reaccionaba a la política restrictiva de la Fed. Los tipos subieron del 5,5% hasta el 13%. La economía comenzó a caer con mayor fuerza en julio y para diciembre la contracción ya era del 2%. Y la bolsa acumulaba una caída en el año del 40%. Las malas noticias para la economía estadounidense se iban acumulando, en mitad de coyuntura endiablada, lo más parecido a una tormenta perfecta.
"La economía estadounidense se vio afectada por una serie de perturbaciones únicas, importantes y persistentes, incluido el colapso del sistema monetario internacional de Bretton Woods, el fin de la convertibilidad del dólar en oro en 1971 y las perturbaciones del precio del petróleo", recuerdan, en un informe de política monetaria de la Fed de Richmond, los economistas Thomas Lubik y Christian Matthes. Tan excepcional fue la situación para Fed en 1974, como, por ejemplo, los años posteriores a una pandemia que paralizó la economía mundial cerca de un año, para el actual banco central de EEUU.
Como por entonces la inflación no da tregua, pese a la caída sorprendente de octubre y no responde a la intensidad con la que está actuando la Fed de Powell. La dureza solo tiene parangón con la respuesta en los setenta. La economía, pese a que registró tasas de crecimiento positivas en el tercer trimestre, va a entrar en una profunda recesión. Tarde o temprano la Fed tiene que pisar el freno contra la inflación, si no quiere pasarse de frenada.
Una pausa no significa un giro
"Las posibilidades de evitar una recesión son bastante bajas, por lo que es muy probable que la Fed haga una pausa en 2023, porque necesitan ver los efectos en la economía de lo que ya han hecho, pero una pausa no significa que haya recortes después, podría hacer una pausa y seguir subiendo los tipos de nuevo, especialmente si la inflación sigue siendo alta", ahonda Liz Young. En EEUU, está abierto el debate con el verbo "pivot", algunos analistas y medios lo están usando para referirse a un cambio en la política monetaria, pero no necesariamente que implique recortes de tipos. "Pivot probablemente no sea el término correcto para emplear, ya que un pivote implicaría un verdadero punto de inflexión en las políticas del banco central, mientras que lo que los mercados están buscando son signos de una desaceleración y un final eventual del actual aumento de tipos", subraya Carsten Brzeski, economista jefe de ING.
Desde Bank of America sí apuestan por un giro de 180 grados en la política monetaria, con recortes de tipos incluidos. Hartnett apunta en su análisis que el catalizador será el empleo. "En el 74 fue crucial cuando el desempleo comenzó a acelerar y en el mes diciembre la tasa paro pasó del 5,6% al 6,6%", subraya. Y añade que el gran giro de la Fed estuvo motivado por un empeoramiento de la recesión. Por ahora, los datos de noviembre en EEUU apuntan a que el mercado laboral se encuentra en pleno empleo, con una tasa de paro del 3,7%. Los economistas de la Fed de Richmond recuerdan el contexto político del país, para entender el giro histórico de los tipos en 1974. El presidente de la Fed, Arthur Burns, estaba muy alineado con los intereses del republicano Richard Nixon al inicio de los setenta. Tras la dimisión de Nixon por el Watergate, la nueva Administración de Gerald Ford metió mucha presión, para que la Fed propiciara unas condiciones financieras favorables para la economía, mientras la recesión comenzó a agravarse. ¿Qué dice el mercado? La cobertura de swaps de los inversores ante la evolución de los tipos de interés apuntan a que la Fed llegará a subir los tipos hasta el 5%, actualmente está entre el 3,75% al 4%,y lo aguantará en ese nivel entre mayo y junio de 2023, para luego abordar el primer recorte de tipos en noviembre. "Guste o no, el empeoramiento del contexto económico ha acercado a muchos banqueros al momento de desacelerar los esfuerzos de endurecimiento y, finalmente, incluso se verán obligados a detener las subidas de tipos", señala Brzeski. Y añade: "Los mercados financieros que esperan el giro, pero para que haya un giro real, la inflación general y la subyacente primero, deberán reducirse significativamente y este es un escenario que definitivamente no prevemos antes del próximo verano".
¿Cuál fue el resultado del gran giro de la Fed? Para la bolsa tuvo un efecto muy positivo, doce meses después el S&P 500 había rebotado por encima del 30%. "Una recuperación sostenida de los mercados de valores requiere datos económicos y de inflación más débiles, solo entonces consideramos probable un giro real de la Fed", destaca el equipo de análisis de Berenberg, para la situación actual. Pero para la economía de los setenta, apenas logró tener un impacto a corto plazo. La economía se hundió más en la recesión, sin remedio. Según cálculos iniciales, los datos iniciales del primer trimestre de 1975 sugirieron una pérdida del 10% en el PIB y la inflación comenzó a caer. Pero la Fed de Richmond subraya, que posteriormente, en la revisión de datos, la caída de PIB fue limitada al 5% y la inflación volvió a aumentar a lo largo de la década. Para 1979, la inflación llegó a superar el 14%, tras otro embargo de petróleo al país. Lo cierto es que la Fed no volvió a subir tipos hasta 1977, justo el año en el que volvió a corregir el S&P 500 un 11%.