
Cada vez que se acerca la recta final de año, los inversores aguardan el rally de Navidad. Sin embargo, el fin de 2022 no será 'dulce', según Goldman Sachs o Bank of America (BofA), que anticipan que el mercado asistirá a su peor año en bolsa desde 2008.
Las expectativas han bajado y se recortan los objetivos que había para diciembre. Con las últimas revisiones, se espera una caída anual del 17% para el índice Stoxx Europe 600, según una encuesta de Bloomberg. De confirmarse, sería el peor desempeño desde la crisis financiera mundial.
El rebote de última hora se descarta, ya que desde el cierre del pasado jueves se espera que la referencia europea apenas suba un 2%. En el caso del EuroStoxx 50 se pronostica un retroceso del 1,1% en el mismo periodo. Los inversores de Goldman Sachs y BofA han recortado sus perspectivas en las últimas semanas, lo que hace que la idea del rally 'final' pierda cuerpo en un momento en que los inversores están siguiendo la campaña de resultados con la preocupación de que un aumento en las ganancias no se refleje en las valoraciones.
El mes pasado, el Stoxx 600 entró en mercado bajista debido al clima de endurecimiento monetario de los bancos centrales, la persistencia de la inflación y los temores de recesión.
"Se necesitará un impulso más favorable en la combinación de crecimiento/inflación/política monetaria o una capitulación de los inversores para ver un auténtico mercado bajista corto plazo", señala Cecilia Mariotti, estratega de Goldman Sachs en una nota de Bloomberg. Las perspectivas de la entidad son de las más sombrías y estas contemplan una caída adicional del 10% desde el cierre de la semana pasada.
No habrá respiro a corto plazo
En marzo, los analistas esperaban que el Stoxx 600 cerrara el año prácticamente sin cambios en comparación con finales de 2021. Sin embargo, el índice de referencia ha caído un 20% hasta ahora, arrastrado por los distintos retos que acechan al mercado y que se agravaron con la invasión rusa de Ucrania. Frente a ese análisis más optimista, está el pronóstico de Stéphane Ekolo de TFS Derivatives, que en marzo ya veía caídas más acordes a las actuales y que vuelve a avisar de que no espera que haya un respiro en el mercado a corto plazo.
"Las perspectivas para el mercado europeo serán nefastas para fin de año y muy probablemente para el próximo", apunta el mismo analista. "Los vientos en contra macroeconómicos no están cerca de aliviarse, las tensiones geopolíticas siguen aumentando y la inflación persiste, por lo que imagino que la destrucción de la demanda se pondrá en evidencia ya en esta campaña de resultados y seguirá en la próxima", añade.
Las bolsas europeas alcanzaron el mes pasado su nivel más bajo desde noviembre de 2020, antes de un tímido repunte que está pendiente de consolidarse o perderse y abrir la puerta a nuevas pérdidas. El análisis técnico sugiere que pueden producirse ganancias, pero la revisión fundamental sigue mostrando debilidad. Prueba de ello es que las compras ni siquiera han llegado a la renta variable con el buen arranque de la temporada de resultados. A ello se suma que BofA ve la posibilidad de que las cuentas de las empresas se deterioren.
"Incluso después de la fuerte venta masiva de este año, las acciones aún no tienen un precio acorde con la pérdida continua en el impulso de crecimiento que esperamos ver en los próximos meses", dijo la analista del banco Milla Savova en Bloomberg. La estratega de BofA prevé que el Stoxx 600 cerrará 2022 cerca de los mínimos del mes pasado. Asimismo, espera que las ganancias caigan un 20% durante el próximo año, arrastradas a la baja por la presión de los márgenes y la desaceleración del crecimiento económico. "Creemos que la resiliencia actual de las ganancias europeas resultará insostenible", zanja.