
Las aguas parecen haberse calmado, bursátilmente hablando, para Credit Suisse, que en las últimas semanas ha sufrido con dureza en el mercado las dudas sobre su hipotética quiebra. La entidad suiza llegó a caer un 11,3% en una sola sesión, la del 23 de septiembre, y aún hoy continúa a más de un 16% de su nivel de cotización precrisis. Ante el temor de que pudiera convertirse en un nuevo Lehman Brothers, desde septiembre ha vivido ya la marcha de siete de sus banqueros privados. Visite el portal especializado elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Si nos fijamos en las puntuaciones que recibe el banco helvético en cuestiones ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), es llamativo que un proveedor como Sustainalytics le otorgue la peor nota entre la gran banca de inversión. Según esta agencia (que forma parte de Morningstar), Credit Suisse presenta un nivel alto de riesgos ESG no gestionados, que pueden afectar a su negocio. Esta nota es peor que la de Goldman Sachs, Morgan Stanley, Nomura, Lazard, Evercore y Jefferies, que en todos los casos tienen un nivel medio de riesgos de sostenibilidad.
Esta industria suele estar expuesta a un gran número de controversias, que afectarían negativamente a sus ratings ESG, comenta Jesús López Navarro, de Afi
Tampoco obtiene una buena nota por parte de otra de las agencias de referencia en lo que a cuestiones ESG se refiere, MSCI. Este proveedor le otorga un rating de sostenibilidad de A, lo que la sitúa "en la media" de su sector, igualada con Goldman Sachs pero por debajo de Morgan Stanley y Nomura, que lucen una doble A.
En cualquier caso, la banca de inversión luce, en líneas generales, notas mucho más modestas en sostenibilidad que la banca comercial, que sí suele puntuar bien. Desde Afi, Jesús López Navarro señala que esto puede deberse a que esta industria suele estar expuesta a un gran número de controversias, que afectarían negativamente a sus ratings ESG. Este analista también señala que los grandes de bancos de inversión obtienen, para proveedores como S&P, bajas puntuaciones en lo que respecta a la gestión del talento.