
La determinación de la Reserva Federal a la hora de luchar contra el avance de la inflación ha convertido al banco central estadounidense en una de las entidades que ha tomado medidas más agresivas en los mercados occidentales para atajar el crecimiento de la inflación.
Las decisiones adoptadas por Jerome Powell y el resto de altos funcionarios del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) han sido tomadas como ejemplo por muchos otros países que siguen su estela a pie juntillas, aunque no puedan presumir de que el resultado sea igual de exitoso.
El resto de grandes divisas del planeta están sufriendo en sus propias carnes esa fortaleza del dólar
Las consecuencias del arrojo de la Fed en este ámbito se han dejado sentir de una manera más evidente en la evolución del dólar estadounidense, que se ha acercado a máximos del siglo sesión tras sesión a lo largo de las últimas semanas. Desde que dio comienzo el año, el Índice Dólar, que refleja la evolución del billete verde frente a las divisas más negociadas, se ha revalorizado más de un 20%, dando muestras de una fortaleza que, sin embargo, tiene una doble cara (como siempre ocurre con las monedas). El resto de grandes divisas del planeta están sufriendo en sus propias carnes esa fortaleza del dólar y se encuentran marcando registros inusualmente bajos.
Muchas de las grandes divisas del planeta cotizan en niveles que a comienzo de año no se presagiaban y que ahora, tras ser alcanzados, generan cierta inquietud entre las autoridades monetarias, que se ven obligadas a intervenir en el mercado para frenar la sangría de sus divisas. Y también perturban a inversores y analistas, que tienen miedo de que las decisiones de los bancos centrales no sean tan efectivas como las de la Fed.
En este sentido, a pesar de la predisposición a actuar que han mostrado en las últimas semanas entidades como el BoJ, el Banco Popular de la República de China o el Banco de Inglaterra (los últimos grandes bancos que han intervenido en el mercado frente a un dólar que ha actuado como refugio ante las caídas de las bolsas), ha empezado a cundir la sensación entre propios y extraños de que la tendencia de las últimas semanas podría prolongarse y que podría ser necesario algún tipo de cobertura para protegerse del riesgo que puede suponer para una cartera internacional la continuidad de movimientos tan abruptos como los actuales.

Es decir, ante el riesgo de seguir viendo más caídas en bolsa y de que los inversores acudan a resguardarse en un dólar que sigue marcando cotas históricas, inversores y analistas se han lanzado a buscar coberturas que mitiguen el riesgo de ver al euro, al yen a la libra o a otras divisas caer más frente al dólar, algo que ha disparado su coste.
Niveles posibles
El euro/dólar es uno de los pares más negociados del planeta. A cierre del viernes, cotizaba por debajo de la paridad, y las estimaciones del consenso de mercado recogidas por Bloomberg apuntan a que se mantendrá en estos niveles en los próximos meses. Pese a ello en las últimas semanas algunas firmas de inversión como Morgan Stanley y Nomura han anunciado su previsión de que el par pueda ir más abajo a pesar dejarse más de un 15% en el que ha sido el peor año del siglo del par.
En la firma japonesa (la más pesimista de los últimos días) afirman que el par puede caer aún un 6% más, hasta los 90 céntimos por dólar, por lo que un coste de cobertura superior al 3% como el que se paga ahora en el mercado supondría pagar cerca de un 50% de lo que se podría llegar a perder en mercado en el peor de los casos.
Más pesimista con el par se muestra Joan Cabrero, analista técnico y asesor de Ecotrader. "Una vuelta a los mínimos del año 2000 en torno a los 0,8285 es algo para nada descartable desde el punto de vista técnico, sobre todo si analizamos el recorrido al alza que podría tener el Índice Dólar hasta los altos de 2001 en los 121", señala el experto. En este caso, y teniendo en cuenta que la caída máxima que se puede esperar por técnico es del 13% desde los niveles de cierre de este jueves, el coste de cubrir esta caída sería de más de un 20% de lo que se puede perder.
Otro de los pares que más interés ha suscitado en las últimas semanas es el dólar/yen, que cotiza en 144 figuras tras haberse revalorizado un 25% en el año y sumar su ejercicio más alcista de la historia (únicamente en el 78 registró ascensos similares, 23%).
Pese a este comportamiento alcista de la divisa estadounidense, firmas de renombre como Credit Agricole, Rabobank, JP Morgan o Morgan Stanley han ratificado su proyección de que el par siga avanzando en las jornadas vendieras. De hecho, los expertos de la última firma son los más alcistas de las últimas semanas y consideran que el par irá a 150 enteros antes de final de año, es decir tiene un margen de subida de casi un 4% desde los niveles actuales.
Pese al abrupto camino hacia dichas cotas (las más pesimistas para el yen) el coste de cubrirse de una caída del yen para los próximos tres meses ahora es del 3,9%, el más alto que se ha pagado en el último lustro, es decir, es casi similar a la caída más pesimista que se estima para la divisa nipona.