La inflación ha superado el 9% por primera vez en la historia de la Eurozona y aún no ha tocado techo, según el consenso de los expertos. Mientras que la tasa de variación del IPC está a punto de alcanzar los dos dígitos, la tasa de depósito (el tipo de interés de referencia) del Banco Central Europeo (BCE) está en el 0%. Los tipos de interés reales siguen en territorio muy negativo. Ahora, todas las miradas están puestas en Frankfurt, a la espera de que el BCE anuncie una subida de tipos de interés histórica. Estas expectativas quedan reflejadas en el rendimiento de los bonos soberanos. El interés del bono alemán a diez años ha sufrido la mayor subida mensual que se recuerda desde principios de 1981. La deuda más segura de Europa ya paga un 1,6%, lo que deja entrever que los mercados esperan mucho del BCE en esta y las próximas reuniones.
Los mercados (según los derivados de Bloomberg) están descontando ya una subida de 75 puntos básicos en la reunión de la próxima semana, lo que dejaría la tasa de depósito, precisamente, en el 0,75%. Para la reunión de octubre se espera otro alza del dinero de 50 puntos básicos, lo que ya pondría la tasa de depósito en el 1,25%. Mientras que para la última reunión del año, la de diciembre, el mercado espera otra subida de 50 puntos básicos (llevando a al 1,75% a la tasa de depósito), superando las expectativas de casas de análisis como Oxford Economics o Commerzbank que apuntan a un alza de solo 25 puntos básicos (pb).
Estas expectativas sobre los tipos de interés principales que maneja el BCE se están trasladando de forma violenta a la deuda. Los bonos están sufriendo una oleada de ventas que está inflando sus rendimientos.
El Bund alemán
El interés que paga el Bund alemán en el mercado secundario se ha incremento en 81 puntos básicos en agosto, pasando de ofrecer un rendimiento del 0,82% en julio a cerrar agosto en el 1,53%. Este jueves sigue la tendencia y el bono alemán ya toca el 1,6%. Este ha sido el peor mes (el precio de los bonos es inverso al interés) para el Bund desde 1981.
La deuda pública española ha sido un camino similar. En agosto, el rendimiento del bono español a 10 años ha aumentado en 83 puntos básicos, desde el 1,92% en el que cerró en julio, hasta el 2,75% de agosto. Este jueves, el bono español a 10 años escala hasta el 2,82%.
Los economistas de Deutsche Bank (DB) explican en una nota publicada este jueves que el nuevo patrón que se ha visto en la deuda se ha intensificado desde el discurso de Jerome Powell, presidente de la Fed, en Jackson Hole el pasado viernes: "Ese patrón se ha visto de manera aún más prominente en Europa, donde los bonos soberanos han mostrado su peor desempeño mensual desde que tenemos registros en nuestras series".
Los economistas del banco alemán añaden que "esto se ha producido a la vez que la inflación de la zona del euro ha vuelto a tocar otro nivel récord desde la formación de la moneda única, con la lectura preliminar de agosto llegando al 9,1%. Además, la retórica de línea dura de los funcionarios del BCE ha continuado aumentando, con la idea de un aumento de 75 pb en la reunión de septiembre ya planteada de forma abierta. De hecho, a finales de mes, los swaps de índices de un día para otro estaban valorando otros 169 pb de subidas del BCE en las tres reuniones restantes de este año, lo que equivale a, al menos, a 50 pb por reunión", sentencian los economistas de Deutsche Bank.
"Este cambio en la perspectiva significa que los rendimientos de los bonos del gobierno a 2 años en Europa experimentaron algunos de sus mayores aumentos mensuales en décadas. Por ejemplo, los rendimientos alemanes a 2 años aumentaron +92 pb en el mes, lo que marca su mayor aumento desde 1981. De manera similar, los rendimientos a 2 años en el Reino Unido aumentaron +131 pb, marcando su mayor aumento desde 1986. Y en Francia, el aumento de +80 pb fue el más grande en datos disponibles desde 1987", sentencian los expertos de DB.
El BCE está intentando poner coto a una inflación histórica, pero lo cierto es que va con cierto retraso respecto a sus pares (Reserva Federal y Banco de Inglaterra). El instituto monetario europeo pretende endurecer los costes de financiación a nivel general (no solo la deuda pública) para rebajar la intensidad de la demanda y el precio de algunos activos que estaban a generando un efecto riqueza que también alimenta el consumo y la inversión.
A su vez, un BCE más agresivo puede ayudar a reanimar al euro (sobre todo en su cruce con el dólar), otro de los quebraderos de cabeza del banco central. Con un euro muy débil, Europa se convierte en un claro importador de inflación, dado que gran parte de las materias primas están denominadas en dólares.