El petróleo ha sido uno de los activos estrella en la primera parte de este convulso 2022. El crudo de tipo Brent, referencia mundial, llegó a rozar los 140 dólares por barril al comienzo de la invasión de Ucrania. Esto llevó a varias firmas de inversión a lanzar previsiones para el precio del crudo históricamente altas (200 dólares o incluso más).
Sin embargo, en las últimas semanas, el precio del crudo spot (físico) y los futuros se han venido desinflando, ante unas menores expectativas de demanda y un posible aumento de la oferta en medio de los acercamientos de Occidente a Irán (ahora mismo excluido de los mercados internacionales de petróleo). A ello hay que sumar un menor impacto del esperado (por ahora) del 'repudio' y las sanciones al crudo ruso. El petróleo de los Urales ha logrado sortear estos obstáculos para llegar en grandes cantidades a países 'amigos' como China o la India, manteniendo la oferta global de crudo más estable de lo que se creía.
ING y Barclays rebajan previsiones
Ante estas perspectivas, algunas firmas de inversión y bancos han comenzado a rebajar sus previsiones para el precio del petróleo. El último en hacerlo ha sido ING, que ha reducido sus previsiones para el barril de Brent en el tercer y cuarto trimestre de 2022 desde los 118 y 125 dólares a los 100 y 97 dólares respectivamente. "Nuestro pronóstico Brent para todo el año 2023 se ha revisado a la baja desde los 99 dólares el barril a los 97". El crudo Brent cotizaba este viernes en la zona de los 95 dólares.
También Barclays ha rebajado el precio del crudo en sus previsiones por motivos similares a los de ING. El resistente suministro del petróleo ruso y la llegada del superávit al mercado han llevado al banco británico a recortar su pronóstico para el precio del petróleo Brent a 103 dólares por barril para este año y el próximo, frente a los 111 dólares por barril de la anterior previsión.
China, Rusia e Irán
¿Qué está pasando para que se produzca esta revisión? Los problemas en China con el sector inmobiliario se están agudizando, lo que está a su vez lastrando la confianza de los consumidores y la demanda interna. La economía está teniendo serios problemas para despegar tras los confinamientos del covid y el banco central del país ha tenido que intervenir bajando tipos por sorpresa. Esta debilidad económica está quedando reflejada en la baja demanda de petróleo (China es el mayor importador de crudo del mundo).
Las refinerías de China están demandando mucho menos petróleo que en el pasado para convertirlo en derivados (gasolina, diésel, queroseno): "La producción de derivados del petróleo de China cayó a un mínimo de 28 meses hasta los 12,58 millones de barriles por día en julio, lo que representa una sorprendente caída intermensual del 6,3% frente al aumento que esperaban los analistas expertos en refino", aseguran desde S&P Platts.
Por otro lado, los analistas de ING hacen referencia a las causas en su nuevo informe de previsiones. Warren Patterson, experto en materias primas del banco holandés, explica que "la caída en la producción ha sido más modesta de lo que esperaban muchos en el mercado, a pesar de las sanciones. Las cifras de la Agencia Internacional de la Energía sugieren que las exportaciones de petróleo de Rusia llegaron a 7,4 millones de barriles por día en julio, que es solo ligeramente inferior a los 7,5 millones de barriles por día exportados durante 2021. Países como China e India han podido absorber mayores volúmenes de petróleo ruso debido a la caída de la demanda europea".
Sin embargo, aunque la producción rusa se ha mantenido bien hasta ahora, puede que los barriles rusos comiencen a sentir cierta presión una vez que el embargo de la UE sobre el petróleo crudo y los productos refinados transportados por mar rusos se implemente por completo en febrero de 2023
Por otro lado, aparece la debilidad de la demanda en China (mayor importador de crudo del mundo), la desaceleración del crecimiento global y el riesgo de que esta tendencia desemboque en una recesión, y, por último, la posible vuelta de Irán al mercado de crudo. Además, la demanda de crudo ya había comenzado a moderarse ante la fuerte subida que habían experimentado los precios (lo conocido como destrucción de demanda).
"Los datos del Departamento de Energía de EEUU muestran que, desde principios de junio hasta principios de agosto, la demanda implícita de gasolina (promedio móvil de 4 semanas) en EEUU se ha quedado por debajo del promedio de 5 años en casi 450.000 barriles por día", aseguran los expertos de ING.
¿Cuánto puede producir Irán?
Los economistas de TD Securities creen que la vuelta de Irán podría cambiarlo todo de una forma rápida porque el país se ha estado preparando durante este tiempo: "No parece haber evidencia de daños a los campos o instalaciones petroleras iraníes. Como tal, es probable que el suministro de sus campos petroleros crezca tan rápido como lo hizo tras el anuncio del acuerdo de 2015. Entonces, la producción de crudo de Irán se restableció a un ritmo rápido: 0,2 millones de barriles por días y después del primer mes, 0,7 millones en seis meses y 0,9 millones de barriles en un año".
En TD Securities explican que de haber Acuerdo Nuclear se puede revivir una situación como la de 2015. Tras aquel pacto nuclear, los precios del crudo WTI cayeron considerablemente después de que se anunciara el acuerdo. Desde el 15 de julio, los precios cayeron de 53 dólares a 38 dólares en poco más de un mes. "Sospechamos que, dado que el mercado todavía valora un riesgo de suministro significativo, que es muy probable que esta vez también se produzca una caída de unos 10 dólares", sostiene el informe.
Patterson, de ING, sentencia en su análisis que "el potencial para un acuerdo parece más prometedor esta vez. La UE ha entregado su propuesta para un acuerdo nuclear con EEUU e Irán, y hasta ahora no ha habido un rechazo por parte de ninguna de las partes, aunque los iraníes han dicho que EEUU deberá mostrar cierta "flexibilidad". Si viéramos un acuerdo y el eventual levantamiento de las sanciones, existe la posibilidad de un aumento significativo en el suministro de Irán".
En ING creen que Teherán podría poner todavía más crudo a medio plazo en el mercado: "Con el tiempo, Irán podría aumentar la producción en alrededor de 1,3 millones de barriles por día, lo que ayudaría a aliviar la estrechez que se espera durante la segunda mitad de 2023. Mientras que, a corto plazo, podrá impulsar las exportaciones de crudo almacenado, por lo que podría ejercer cierta presión a la baja sobre los precios de inmediato", sentencia este experto.