
Christine Lagarde había parecido un halcón al señalar la de julio como la reunión del Banco Central Europeo elegida para dar el gran paso y elevar los tipos de interés en Europa. Sin embargo, es posible que no haya sido un halcón sino una paloma, ya que el mercado está favoreciendo en los últimos días que ese movimiento se adelante incluso al cónclave de la próxima semana en Francfort.
La renta fija soberana de la eurozona se ha ido sin dudarlo a máximos, elevando además los diferenciales entre el centro y la periferia. Así, mientras al Bund alemán ya se le exige una rentabilidad del 1,23%, máximos de 2014, al papel español se le pide un rendimiento 113 puntos mayor, en zona de máximos no vistos desde el inicio de la pandemia de coronavirus en marzo de 2020.
La clave está en el último dato de inflación, que fue mayor de lo esperado y, por lo tanto, vuelve a encender todas las alarmas en el seno del BCE para atajar la subida de los precios. François Villeroy, gobernador del Banco Central de Francia, expresó ayer su preocupación por los datos de inflación subyacente y que "la próxima reunión será decisiva para responder a esta situación". "Me refiero a normalizar la política monetaria, no a ejercer una restricción superior a la oferta", añadió.
"El sentimiento bajista prevalece con las cifras de inflación, que han alcanzado máximos históricos, y los inversores tienen una posición vigilante mientras sigue aumentando el temor a una posible recesión tras las subidas de tipos de los bancos centrales y el aumento de los precios de los alimentos y la energía, que siguen presionando a los consumidores", apuntan desde Federated Hermes.
¿Medio punto en diciembre?
Los traders están comenzando a apostar por una subida de medio punto porcentual en diciembre, la que sería la mayor subida única de las últimas dos décadas. Según señalan desde Bloomberg, los mercados monetarios están apuntando a eso y a una primera alza de tipos en julio.