Este martes arranca oficialmente el periodo de aceptación de la opa que ha lanzado FCC sobre el 24% del capital de Metrovacesa, y se extenderá hasta el próximo 14 de junio. Carlos Slim (a través de la constructora) ofrece 7,2 euros por acción, una vez descontado el dividendo de 0,6 euros que la promotora abonó el pasado 20 de mayo. Pero existe un consenso generalizado en que la oferta no es atractiva como para plantearse acudir y vender las acciones a FCC.
A priori es una operación difícil de justificar desde el punto de vista del precio que Slim ha puesto encima de la mesa tanto por la valoración de su cartera de activos como por el potencial que presenta la compañía en bolsa a doce meses vista. Claramente infravalorada, la nueva etapa de Metrovacesa se ha caracterizado por abultados descuentos sobre el valor de sus inmuebles y de su abundante banco de suelo en el mercado, que no lo ha sabido valorar, algo que para Slim parece ser una gran oportunidad de negocio. "La valoración nos parece que no tiene mucho sentido para el accionista, aunque sí para Slim que intenta capturar todas las acciones que les pueda dar el mercado" en este momento, asegura Luis Urquijo, consejero delegado de Muza Gestión de Activos.

Con más del 70% del capital de Metrovacesa preso entre Santander (con casi el 50%) y BBVA es fácil pensar en esta opa parcial como el primer paso a un movimiento de mayor importancia por parte de Slim, que ya controla el 5,41% de Metrovacesa -a través de su brazo inversor, Carso- y que podría colocarse al borde del 30% y, por ende, de lanzar una oferta por el 100% del capital, como obligaría la Ley de opas.
Para entender el precio de derribo que está ofreciendo FCC por la promotora hay que tener en cuenta que, en el peor de los casos, Metrovacesa cuenta con un potencial alcista del 25%, hasta un precio objetivo que se sitúa en los casi 8,8 euros por título, según Bloomberg.
La clave es el dividendo
Tomando otra referencia, el NAV por acción de la firma, este cerró 2021 en los 15,82 euros. Supone multiplicar por 2,4 veces el valor de Metrovacesa previo a la oferta, y por 2,2 veces sobre la oferta presentada por FCC de 7,2 euros, que se queda un 54% por debajo. "No acudiré a la opa", sentenciaba José Ramón Iturriaga, gestor de Abante, con posiciones en la firma en varios de los fondos que gestiona -Okavango Delta, Kalahari o Abante Spanish Opportunities-. "Solamente por el pago en dividendos, dependiendo de la venta de viviendas, te va a devolver el valor de la compañía en un periodo de tres a cinco años", comentaba Iturriaga en una entrevista con elEconomista hace unas semanas, y es una idea refutada también por Urquijo, que calcula que "por cada euro de inversión igual se percibe el 70% de vuelta vía dividendos, sin contar el valor que aún queda en la compañía" en esos cuatro/cinco años.
"Recomendamos a los accionistas no aceptar la oferta por considerar el precio bajo. No nos preocupa que no llegue mejora [de la opa] porque estimamos que Metrovacesa puede pagar 680 millones en dividendos en los próximos cuatro años (equivale al 57% de la capitalización) por lo que estamos cómodos con el perfil de generación de caja de la compañía en solitario", insisten en Sabadell.
Mutuactivos, que cuenta con exposición a Metrovacesa a través de tres de sus fondos, entre ellos Mutuafondo España, no se pronuncia sobre si acudirán o no, pero sí apunta a que "lo más relevante ahora es saber cuál va a ser el grado de participación en la opa de los dos grandes accionistas", Santander y BBVA, porque podría marcar el futuro de la compañía.
Minoritarios, con el 17%
El pequeño accionista es la clave de una operación que busca aumentar la participación de FCC en el accionariado a un precio muy reducido, sin saber cuál será el siguiente paso. El 24% al que se dirige la opa se divide entre el 'free float' real del 17% en manos de minoritarios; otro 3,95% está controlado por el fondo inmobiliario Quasar, controlado por Santander y Blackstone, y un 2,97% lo tiene el fondo británico Helikon.