
El impacto positivo que han tenido hoy en un inicio los buenos resultados de Tesla en Wall Street evidencian que la nueva temporada de resultados ha opacado, al menos parcialmente, las noticias que llegan desde Ucrania en la mente de los inversores. Sin embargo, aunque los mercados financieros han superado la conmoción inicial que supuso la brutal invasión rusa de su país vecino, sigue siendo desarrollándose un grave conflicto con escasos visos de resolución, al menos a corto plazo.
Por ese motivo, los analistas de Edmond de Rothschild vuelvan a centrar la atención de los inversores en este asunto, exponiendo tres posibles escenarios según se siga desarrollando el conflicto. Pese a que todos ellos implican un aumento de la inflación, cada uno contempla distintos grados de riesgo económico y para los activos.
El escenario más optimista expuesto por Michaël Nizard, jefe de multiactivos, y la gestora de fondos Delphine Arnaud, implica un alto el fuego y la retirada de las tropas rusas de la mayor parte de Ucrania, dejando que Moscú se centre en Crimea y Donbás. El presidente ruso, Vladimir Putin, podría presumir de victorias en la festividad del 9 de mayo, que conmemora la derrota de su país frente a la Alemania nazi en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.
Los precios de las materias primas se relajarían al reanudarse las vitales labores agrícolas en Ucrania, lo que reduciría el riesgo de escasez de trigo para los países emergentes. Los precios de la energía caerían a los niveles anteriores a la invasión, lo que ayudaría a reducir la inflación, y una cierta relajación de las sanciones a Rusia también impulsaría los circuitos de producción.
"La disminución de la aversión al riesgo en los mercados y el impacto en la confianza de los consumidores permitirían prever un crecimiento económico en 2022 cercano al nivel previsto a principios de año", señalan, pronosticando que los mercados estadounidenses podrían rebotar un 4%, los europeos un 8% y los chinos un 20%.
Como el ya descrito peca de demasiado benigno para como se están desarrollando los acontecimientos, estos analistas dibujan un segundo escenario en el que prevén un estancamiento que podría prolongarse más allá del verano. "Aunque los inversores, al igual que los medios de comunicación, desvíen gradualmente su atención de la guerra en Ucrania, considerando que lo peor ya ha sido descontado, los titulares volverían regularmente a la palestra con acontecimientos que podrían hacer temer un giro del conflicto hacia un escenario más oscuro", explican Nizard y Arnaud.
Los expertos plantean la perspectiva de una ralentización de la actividad en Europa, el racionamiento, la paralización de los trabajos agrícolas en Ucrania, que provocaría escasez de alimentos, y el malestar de los países emergentes. Un estancamiento llevaría a una caída del 3% para los mercados estadounidenses, aunque con modestas ganancias para Europa y China, del 3% y el 5% respectivamente.
Previendo una evolución peor de la situación, los analistas proyectan un tercer escenario en el que el conflicto se recrudece, ya que las sanciones no surten efecto contra Rusia o, directamente, China impulsa el apoyo a Moscú. "En este escenario, nuestros temores son una interrupción del suministro de gas europeo a través de los gasoductos ucranianos, una intervención militar de la OTAN y una escalada de sanciones entre Estados Unidos y China. El crecimiento mundial se desplomaría y los activos de riesgo sufrirían", afirman. Según sus cálculos, las bolsas europeas podrían perder hasta un 15% mientras las de EEUU y China se dejarían un 10%
"La guerra es un riesgo contra el que es difícil asegurarse o cubrirse, por lo que es natural que los inversores se retraigan precipitadamente de la asunción de riesgos, provocando un aumento de la volatilidad y de las correlaciones entre las distintas clases de activos", señalaban los economistas del FMI en su informe de estabilidad financiera de principios de semana. Aunque estos expertos constataban que "los precios de los activos se han estabilizado provisionalmente en torno a una nueva normalidad, a medida que los participantes en el mercado han avaluado la evolución de la guerra", todavía predomina el riesgo.
Los sectores más afectados
"Los inversores se han vuelto más optimistas sobre las perspectivas de los activos de riesgo desde mediados de marzo, y la renta variable mundial ha recuperado la mayor parte de las pérdidas anteriores", conceden desde el FMI. No obstante, inciden, "los sectores ya afectados negativamente por la pandemia -el de las aerolíneas y el de la hostelería- han experimentado grandes descensos en las cotizaciones bursátiles".
Otros sectores intensivos y dependientes de la energía, como el del automóvil, el de los bienes de consumo duraderos y el industrial, añaden, se han visto afectados por el aumento de los precios de la energía y los metales, lo que ha agravado los problemas de la cadena de suministro relacionados con el covid. Asimismo, la industria alimentaria se ha visto presionada por la fuerte subida de los precios de la energía y de las materias primas agrícolas.