
Los bonos del Tesoro continúan sufriendo fuertes caídas este lunes y enviando señales claras de alarma a los mercados (cuando el bono a dos y diez años se invierte, la llegada de una recesión es casi segura). El descenso del precio de los bonos (subida del interés) ha provocado la inversión de una parte de la curva que no se invertía desde hace 16 años. La curva se está aplanando a medida que los inversores apuestan a que la Reserva Federal endurecerá la política lo suficientemente rápido como para arriesgarse a una desaceleración sostenida del crecimiento.
Los rendimientos de los bonos a cinco años de EEUU subieron hasta 10 puntos básicos y tocar el 2,64%, superando a los de los bonos a 30 años. Los vencimientos más cortos se han estado vendiendo más baratos que sus pares de más largo plazo este año, ya que los inversores están incrementando las expectativas a que la Fed subirá las tipos de corto plazo para combatir la inflación. El diferencial entre los bonos del Tesoro a cinco y diez años se invirtió a principios de este mes.
"Los funcionarios de la Fed aún no han hecho nada para detener las expectativas de los mercados sobre las subidas tipos, lo que está generando rendimientos más altos y curvas más planas a medida que avanza el ciclo", asegura Prashant Newnaha, estratega de tasas de Asia-Pacífico de TD Securities en Singapur.
La Fed elevó su tipo de interés de referencia este mes por primera vez desde 2018, y se comprometió a elevar el precio del dinero en un intento por frenar una inflación que sube al ritmo más rápido de las últimas décadas. El fuerte y rápido endurecimiento de las condiciones financieras puede acortar la longitud del ciclo económico, reduciendo el tiempo de expansión y acercando a EEUU a la próxima recesión.
Los operadores y traders están apostando a que el banco central elevará los tipos de interés de referencia en 200 puntos básicos durante todo el año. El presidente Jerome Powell aseguró la semana pasada que el banco central se estaba preparado para aumentar las tipos en 50 puntos básicos en mayo en un intento por contener la escalada de los precios.
Todos estos movimientos están incrementando los rendimientos de la parte corta de la curva de tipos (la Fed maneja con sus decisiones los tipos de interés a corto plazo), mientras que la parte larga se encuentra algo más estable. Esta situación ha generado una inversión entre ciertas partes de la curva en la que los tramos más cortos han superando en rendimiento a las partes más largas, una señal de alarma que suele advertir de la pronta llegada de una recesión.
No obstante, hay que tener en cuenta que la parte que más miedo suscita (el spread entre el bono a dos y diez años) se ha aplanado, pero aún no se ha invertido. Habitualmente se señala la inversión de este tramo como el inicio de la cuenta atrás para la llegada de una recesión económica en EEUU.
Es esta vez diferente
No obstante, al igual que en tantas ocasiones del pasado, Powell ha querido restar importancia a la inversión de la curva asegurando que este movimiento no indicaría que la economía se dirige a una recesión.
"El rendimiento de los bonos estadounidenses a cinco años es mayor que el de los bonos estadounidenses a 30 años, lo que significa que parte de la curva de rendimiento se ha invertido. ¿Saben los mercados de bonos algo que no saben los economistas, que indican que una recesión es ahora inevitable? No. Las inversiones de la curva señalaban recesiones en los años 70, cuando los rendimientos de los bonos se referían principalmente a la inflación. La inflación estaba ligada al ciclo, y las expectativas de recesión significaban menores rendimientos a largo plazo. 50 años después, las cosas son muy diferentes. Muchos países han invertido las curvas de rendimiento sin tener recesiones", señala Paul Donovan, estratega de UBS en su comentario diario.