Medio año después de poner en marcha el experimento del bitcoin como moneda de curso oficial, El Salvador se prepara para la primera emisión de bonos respaldados por esta criptomoneda. El presidente del país, Nayib Bukele, espera recaudar al menos 1.000 millones de dólares para pagar y refinanciar una deuda a punto de expirar. Sin embargo, con inversores reacios a participar y el precio del bitcoin en caída libre, el éxito de este lanzamiento peligra.
A principios de año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) avisaba a El Salvador de los "graves riesgos" para la integridad y estabilidad financiera del país que supone la adopción del bitcoin como moneda de curso legal y le recomendaba no reconocer a la criptomoneda como divisa oficial. Según datos del organismo, su déficit presupuestario podría alcanzar el 5% en 2022. Una amenaza que ha provocado que los bonos soberanos de El Salvador caigan a la categoría de basura. De no tener éxito la futura emisión, el país se enfrenta a la aplicación de un programa estricto por parte del FMI o a una reestructuración de la deuda soberana.
El plan que Bukele tenía para el bitcoin está cosechando resultados limitados. En su momento, el presidente de El Salvador argumentó que la adopción de la criptomoneda permitiría a los trabajadores migrantes enviar dinero de forma más barata. Un mensaje que no parece haber convencido a la población salvadoreña en el extranjero, a juzgar por las cifras del mes de enero, cuando solo el 2% de las transferencias se realizaron mediante monederos digitales, según datos del Banco Central de El Salvador.
Los salvadoreños han mostrado recelos hacia el bitcoin desde que el presidente Nayib Bukele hizo público su plan para adoptarla como moneda de curso legal. Una encuesta realizada por la Universidad Centroamérica el pasado diciembre apunta a que el 70% de los salvadoreños confía poco o nada en el bitcoin, bien porque no saben cómo usarlo o por su volatilidad. Se trata del mismo porcentaje que se mostraba escéptico antes de su adopción. Según los encuestados, beneficia sobre todo a los extranjeros. En ese sentido, el gobierno salvadoreño estima que el 20% de las transacciones del sector turístico se realizaron en bitcoin.
Todo el experimento está envuelto en un halo de opacidad. No se ha hecho público el coste real de las compras públicas de bitcoin ni del desarrollo del ecosistema para respaldar la criptomoneda o la app del gobierno, Chivo.
Uno de los principales factores que podrían poner en peligro el éxito de la emisión de bonos respaldados por bitcoin es la propia cotización de la criptomoneda. En la actualidad, el bitcoin está un 20% por debajo de su nivel que tenía el día antes de convertirse en moneda de curso legal en El Salvador. A lo que se suma la presión sobre las bolsas de criptodivisas a raíz de la invasión a Ucrania por parte de Rusia.
El bono ofrecerá un dividendo anual del 6,5%, mucho menor que el rendimiento actual de los bonos soberanos de El Salvador, más el 50% de la ganancia del precio del bitcoin al cabo de cinco años. Su lanzamiento está previsto entre el 15 y el 20 de marzo. La empresa estatal de energía térmica La Geo será la encargada de su emisión, que se llevará a cabo a través de la plataforma comercial Bitfinex. Los estadounidenses no podrán comprar estos bonos al tener prohibido el acceso a esta plataforma. Se permitiría invertir en dólares, bitcoin y tether. Algunos inversores institucionales consultados por el Financial Times aseguran que observan el bono con interés aunque no van a participar. Según ellos, es más probable que los compradores sean criptoinversores minoristas.