La remodelación de la cartera de elMonitor ha traído consigo la incorporación de Schlumberger, justo cuando se ha recuperado el precio del petróleo y cuando las acciones de la compañía marcan su precio más alto en el último año. Tras dos años de pérdidas (2019 y 2020), el año pasado ganó 1.591 millones de euros, un beneficio que irá en aumento al menos hasta 2024, aunque permanecerá por debajo del récord de 2013.
En lo que va de año, las acciones de la compañía estadounidense ganan en torno a un 30%, lo que la convierte en la firma más rentable del nuevo monitor. De hecho, sus títulos superaban este miércoles los 39 dólares a media sesión, el precio más elevado del último año, si bien todavía está lejos de los 71,7 dólares de enero de 2017, máximo del último lustro.
Hace unos días, el 21 de enero, Schlumberger presentó los resultados del cuatro trimestre del año pasado y cumplió las expectativas de los analistas. "En ausencia de nuevas perturbaciones relacionadas con el Covid, se espera que la demanda de petróleo supere los niveles anteriores a la pandemia antes de finales de año y que siga fortaleciéndose en 2023", contó a Reuters Olivier Le Peuch, consejero delegado de la compañía.
Las condiciones actuales del mercado son "sorprendentemente similares a las experimentadas durante el último superciclo de la industria, lo que sugiere que el resurgimiento del gasto de capital impulsado por la demanda mundial dará lugar a un excepcional ciclo de crecimiento plurianual", añadió Le Peuch.
El beneficio neto ajustado de Schlumberger en el último trimestre de 2021 ascendió a 587 millones de dólares (un 90% más que en el mismo periodo de 2020), o 41 centavos por acción, según datos de Refinitiv IBES. La estimación del consenso de analistas de Wall Street se situaba en los 39 centavos. Por otro lado, los ingresos fueron de 6.320 millones de dólares en el cuarto trimestre, por encima de los 6.090 millones previstos por los analistas.
"Los analistas de Wall Street dijeron que los resultados fueron positivos, con la excepción de la decisión de mantener su dividendo plano después de que la compañía generara alrededor de 1.300 millones de dólares en flujo de caja libre para el trimestre y 3.000 millones para todo el año 2021", apuntan desde Reuters. La dirección de Schlumberger había recortado el dividendo al comienzo de la pandemia para preservar capital.
Schlumberger ganó 1.591 millones de euros en 2021, primer año en positivo tras perder casi 10.000 millones en 2019 y otros 10.000 millones en 2020. Para 2022, la compañía estadounidense ganará 2.482 millones de euros, un 56% más que en 2021. Para 2023, la cifra ascenderá a 3.300 millones, aunque seguirá por debajo del récord de 2013.
Dentro del sector de los servicios y equipamientos energéticos, Schlumberger obtiene la segunda mejor recomendación de compra por detrás de la china CNOOC, a pesar de que la estadounidense tiene un valor en bolsa muy superior. De hecho, Schlumberger está en su mejor zona de recomendación desde 2015.
Así, por los beneficios de 2022 de Schlumberger se pagan múltiplos de 19,5 veces a precios actuales; mientras que por los beneficios de 2023 se pagan 14,6 veces. Está en línea con los primeros espadas del sector, ya que el PER 2023 de Halliburton es de 13 veces y el de Baker Hugues, de 16,2 veces.
Un recorrido alcista del 8%
En cuanto al potencial en bolsa de la acción, el consenso de analistas que recoge FactSet le otorga un precio objetivo de 42,11 dólares para los próximos doce meses. Esto supone un recorrido adicional del 8%. Sin embargo, algunos expertos a título individual ven la acción en los 49 dólares, como es el caso de Preston Caldwell, de Morningstar; los 48 dólares que indica J. David Anderson, de Barclays; o los 45 dólares que aprecia Roger Read, del banco estadounidense Wells Fargo.

"Las perspectivas de crecimiento de Schlumberger dependen en gran medida de la recuperación de los mercados internacionales, que representan alrededor del 80% de los ingresos tras la venta de sus unidades de compleción y de Norteamérica y de las unidades de elevación artificial en 2020", escribía a principios de enero el analista Scott J. Levine, de Bloomberg Intelligence.
"Estas desinversiones podrían permitirle ampliar el margen de ebitda entre 250 y 300 puntos básicos en 2021, y quizás otros 300 o 400 puntos básicos en 2025. El balance respalda su dividendo trimestral de 12,5 centavos, aunque es improbable que se produzcan retornos de capital adicionales hasta que el apalancamiento neto caiga a 2 veces, quizás en el segundo semestre", añadía el experto.
Tras la presentación de resultados del cuarto trimestre, Levine recalcó que "el margen de Schlumberger siguió creciendo, aunque el margen del segmento incremental cayó del 46% al 21% en el cuarto trimestre, lo que sugiere que la inflación de los costes puede ser un factor limitante".
Asimismo, el experto destacó que "el flujo de caja libre casi se duplicó [en el cuarto trimestre], incluyendo 109 millones de dólares de ingresos por la venta de acciones de Liberty Oilfield Services, en la que conserva una participación del 31%. El apalancamiento neto se redujo a 2,25 veces, y podría llegar a 2 veces a mediados de año, lo que sugiere que podría estar preparada para aumentar el rendimiento del capital en el segundo semestre".
Un poco de historia
Schlumberger es un proveedor de tecnología y servicios para la industria energética con más de cien años de historia, pero su origen no está en los Estados Unidos sino en Alsacia, en la frontera entre Francia y Alemania, donde los hermanos Conrad y Marcel Schlumberger empezaron a cartografiar las rocas del subsuelo por medio de mediciones eléctricas allá por 1910.
De ahí surgió el concepto de perforación eléctrica, que se aplicó en los principales países productores de petróleo a comienzos del siglo XX (Rumanía, Venezuela, Trinidad, las Indias Orientales Holandesas y los Estados Unidos). En 1926, los hermanos Schlumberger y Henry Doll crearon la Société de Prospection Electrique, conocida como Pros, que fue el antecesor de la actual Schlumberger.
El negocio se expandió y la fundación de la Schlumberger Well Surveying Corporation en 1934, en Texas, reflejó la importancia creciente del mercado estadounidense. Esta compañía de supervisión de pozos fue una de las tres patas de Schlumberger en aquel momento; sin embargo, con el estallido de la II Guerra Mundial, la empresa movió su sede principal a Houston en 1940 para aprovecharse de la posición de liderazgo tecnológico de los Estados Unidos, en especial en la industria electrónica. Aun así, Marcel Schlumberger, que había sobrevivido a su hermano Conrad, permaneció en Francia pero vinculado a la compañía.