El mercado espera que la Reserva Federal estadounidense paute cuál será su ruta para los próximos meses de cara a este miércoles, cuando finalice la reunión de dos días de la que no se esperan más que palabras que orienten a los inversores, pero en la que no está descontada ninguna subida de tipos. La previsión es que la Fed anuncie una subida de tipos de interés en el encuentro de marzo -no es novedad-, pero en las últimas jornadas los analistas se inclinan, incluso, por un discurso más agresivo por parte de su presidente, Jerome Powell, que pueda hacer pensar en un perfil mucho más hawkish del inicialmente previsto, y es algo que asusta a los mercados, que han vivido un arranque de año un tanto abrupto, más si cabe tras la corrección de las últimas dos sesiones.
"La Fed entra en el nuevo año con la necesidad de restablecer su credibilidad para controlar la inflación en máximos casi de 40 años [7% en diciembre]. Una palabra que Powell ha usado últimamente para describir esta nueva Fed es ágil. Y, de hecho, la Fed ha sido ágil desde su giro agresivo el otoño pasado: en un lapso de dos meses, duplicó el ritmo de reducción del QE, adelantó la fecha del despegue de las tasas y aumentó el número de subidas previstas este año", apuntan los analistas de Bloomberg. Febrero será el último mes de compras para el organismo -tres meses antes de lo previsto dentro del tapering que aceleró el pasado otoño ante la escalada de los precios y el ritmo de la economía-.

La bolsa de futuros de Chicago descuenta una primera subida de tipos de interés en marzo, otra muy probable en junio, en septiembre y en diciembre, hasta cerrar el año próximos al 1,1%. Actualmente, se encuentran en la horquilla 0%-0,25%. La cuestión es que, en este momento, también estarían apuntando a un posible incremento de las tasas en mayo, algo con lo que no se contaba inicialmente, pero que se ajustaría a la opinión de los expertos que consideran que Powell podría poner el pie en el acelerador.
Desde Goldman Sachs mantienen una previsión de cuatro subidas, aunque mecionan además "el riesgo de que el Comité Federal de Mercado Abierto quiera tomar medidas de ajuste en cada reunión hasta que cambie el panorama de la inflación". En esta línea, los analistas de BofA creen que "la pregunta clave es si la Fed será capaz de dar a los mercados un respiro o de si se seguirá moviendo sin pausa (...) Tendemos a pensar que será lo segundo", concluyen.
Las intenciones -más que anunciadas- de la Fed han llevado al bono estadounidense a doblar su rentabilidad en el último año, del 0,8% de enero de 2021 al 1,73% actual, aunque el conflicto abierto entre Rusia y Ucrania ha provocado importantes compras -como refugio- de deuda en las últimas sesiones.