La Reserva Federal de Estados Unidos arranca este martes su última reunión de política monetaria del año. En un cambio de guión ya anticipado por su presidente, Jerome Powell, el Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) cerrará 2021 acelerando la retirada de los estímulos ante la acuciante inflación. Está previsto que al cierre de la comitiva, los responsables de mantener la estabilidad de los precios y asegurar el pleno empleo, dupliquen el ritmo en la reducción de las compras de activos, un proceso conocido como tapering. Una vez termine este proceso, la Fed podría subir los tipos de interés a partir del primer trimestre del año que viene.
Michael Hartnett, estratega jefe de Bank of America Securities, elabora en su último informe un breve análisis sobre cómo ha reaccionado Wall Street cuando el banco central de EEUU se ha vuelto "más agresivo". Para ello echa un vistazo a 5 episodios (1969, 1979/1980, 1994 y 2018) en que la Fed pisó el acelerador a la hora de endurecer la política monetaria a través de subidas de tipos. Según estima, el rendimiento total de una cartera de acciones y deuda (50-50) fue de -8,3%, -4,6%, 14,9%, -2,3% y -4,6%, respectivamente.
Hartnett recalca algunas observaciones del mercado de activos en los años en que la Fed ha emprendido una política más agresiva. Según señala, la curva de rendimiento normalmente se aplana, las acciones de crecimiento superan a las de valor. Por sectores, las farmacéuticas y las tecnológicas son las que más se benefician y las telecos las más perjudicadas.
A comienzos de noviembre, el FOMC anunció e inició un recorte de 15.000 millones de dólares al mes (10.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 5.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas) a implementar hasta el mes en curso.
De esta forma, la Fed dejó la puerta abierta a alterar el ritmo de su retirada basándose en la evolución de las presiones en los precios. La semana pasada conocimos como el IPC a este lado del Atlántico registró en noviembre una subida interanual del 6,8% mientras que su tasa subyacente sube ya un 4,9%, sobrepasando la meta media del 2% del banco central y tocando máximos en casi 40 años.
La Fed llevó las tasas a un rango del 0 y el 0,25% e inició una compra mensual de 120.000 millones de dólares en activos (80.000 millones en bonos del Tesoro y 40.000 millones de dólares en activos hipotecarios) en marzo de 2020 como respuesta a la pandemia. Desde entonces su balance se ha más que duplicado hasta los 8,6 billones de dólares.
Acelerar el recorte de las compras hasta los 30.000 millones de dólares al mes permitirá a la Fed poner fin al tapering en marzo. Esto daría un margen para evaluar la marcha económica y determinar si la inflación tocará techo en el primer trimestre antes de subir las tasas.
El consenso espera una primera subida de 25 puntos básicos para el mes de junio y descuenta otras dos más a lo largo de 2022. La reunión, que culminará el miércoles, vendrá acompañada de una actualización de las previsiones macroeconómicas y un el diagrama de puntos, donde los funcionarios proyectan dónde ven el precio del dinero a corto y medio plazo.