
Las dudas en torno al ritmo de recuperación económica en el seno del gigante asiático siguen totalmente vigentes y prueba de ello es que este lunes se aprobó una nueva reducción en los requerimientos de reservas de capital del sector bancario. En concreto, a la gran banca se le rebajó este mínimo exigido en 0,5 puntos, inyectando así hasta un total de 188.000 millones de dólares más a su economía. Además del propio virus, se señaló al sector inmobiliario como uno de los principales riesgos para su crecimiento.
A esto se unieron los últimos datos de comercio del país asiático en los que las importaciones y las exportaciones crecieron más de lo previsto durante el mes de noviembre. Las ventas al exterior aumentaron un 22% hasta los 326.000 millones mientras que las compras alcanzaron los 254.000 millones tras subir un 32% con respecto al mismo mes del año pasado. Ambas cifras suponen respectivos récords históricos.
La reacción en mercado a las últimas novedades se reflejó en las operaciones de divisas. El yuan siguió revalorizándose ayer, hasta situarse en los 0,139 euros por unidad, rozando de nuevo máximos no vistos desde marzo de 2016, después de las dos devaluaciones de la divisa china. Con esta subida, acumula ya una revalorización de más del 10% frente a la moneda europea en lo que va de año.
También la renta variable china cosechó una sesión positiva después de estos movimientos. El índice CSI 300 se anotó un 0,6% mientras que el Hang Seng de Hong Kong repuntó más de un 2,7% este martes.
Por otro lado, los bonos soberanos siguen en modo cautela y continuaron cerca de sus mínimos de rentabilidad de los últimos tres meses. "China está empezando a aceptar menores crecimientos a corto plazo a cambio de hacerse menos dependiente de la inversión", señalan los analistas de CreditSights.