
Wall Street ha sido testigo recientemente de un 'sorpasso' histórico: Netflix adelantó en capitalización a Disney. Solo había sucedido una vez, en 2018 y entonces la empresa del ratón Mickey respondió con firmeza comprando 21st Century Fox, disparándose en el parqué y poniendo distancia con la plataforma de streaming. De hecho, el arranque de Disney+ siguió agrandando la brecha entre ambas. Sin embargo, tras el cansancio de más de un año y medio de pandemia, con el golpe en sus parques de atracciones y tiendas físicas, Netflix vuelve a ser el rey de las empresas de entretenimiento.
Los decepcionantes resultados de Disney, las variantes como Delta y la reciente expansión de la mutación Omnicrom han sido la puntilla y la empresa se deja un 15% el último mes en bolsa y un 5% en solo una semana. Además, varios analistas como Wells Fargo o Atlantic Equities ya han recortado sus previsiones. El gigante del ocio quiere salir de la tendencia negativa en la que se ha visto atrapada y para ello ya ha anunciado un ambicioso plan para darle la vuelta a la situación, un gasto nunca antes visto en nuevas producciones.
Para ello la empresa va a emprender un plan de gasto en producciones cinematográficas y contenidos para Disney + nunca antes visto y que superará los 33.000 millones de dólares de gasto, al tiempo que perfila toda su estructura de negocio hacia el streaming. Esta gran inversión será su récord y supone un 20% más que en 2021. Con ese dinero, la firma tiene planeado realizar más de 50 títulos nuevos, muchos de ellos no solo para la gran pantalla, sino para incrementar el catálogo de Disney Plus y tomar la delantera en la guerra del streaming.
Concretando más, estos 8.000 millones de dólares más serán claves para el futuro, o al menos, eso piensa la compañía. La compañía ha afirmado en un comunicado ante el regulador estadounidense que esta inversión se centrará mayoritariamente en potenciar con películas y series sus servicios de streaming, aunque recuerdan que también servirá para luchar por emisiones deportivas como la NBA, NFL o NHL.
Los directivos de Disney creen que 2022 será un año clave y un punto de inflexión para el mercado del streaming, y quieren ser los líderes. Tras años marcados por el covid y con el auge de este servicio, creen que llega la hora de consolidar todo lo que se ha ganado. Todas las plataformas están preparando ambiciosos planes para presentarse al consumidor con la mejor oferta posible. Netflix ha incrementado su gasto en producciones hasta los 14.000 millones de dólares, mientras que HBO, tras su alianza con Discovery, espera gastar 20.000 millones. Con su plan Disney se posiciona como la que más invierte en sus series.
En sus últimos resultados Disney tuvo unos resultados peores de lo esperado y los inversores pusieron el foco en Disney+, cuyas suscripciones se debilitaron de forma alarmante. La compañía logró 2,1 millones de suscriptores más, llegando a los 118 totales, una desaceleración clara frente a los 126 millones que el mercado esperaba que lograse. Frente a estas cifras, Netflix ya logra 208 millones de suscriptores y marca un fuerte crecimiento en el mercado internacional más allá de Estados Unidos, centrándose en Europa y en Asia. La empresa de streaming ha logrado un éxito fuera de sus fronteras que se ha reflejado en sus últimas grandes producciones, El Juego del Calamar (coreana) y la Casa de Papel (española).
Cierre de tiendas
Gran parte del golpe que sufre Disney y que ha provocado el sorpasso, viene del lastre que han supuesto negocios heridos de muerte por el covid: las tiendas físicas y los parques de atracciones. Respecto a lo primero, la empresa ya está emprendiendo un agresivo plan de reducción de locales, cerrando algunos de los 'flagships' más importantes en todo el mundo.
La empresa ha afirmado que, a medio largo plazo, la idea es cerrar el 75% de estas tiendas en Estados Unidos, con un 25% cerrados este 2021. Frente a esto la compañía quiere reforzar su e-commerce. La compañía tiene más 300 tiendas en todo el mundo con un importante gasto que, hoy en día, ya no se ve recompensado. En Estados Unidos ya van más de 60 establecimientos que han bajado la persiana.
Cierra todos sus establecimientos en Barcelona y dos en Madrid
En España esta decisión se ha notado con fuerza ya que la empresa ha anunciado el cierre de su última tienda en Barcelona situada en la Diagonal. En Madrid ya han cerrado las de Xanadú y Gran Plaza 2. Además han clausurado otras en Málaga, Cádiz, Palma de Mallorca, Granada, Murcia y Valencia. En la capital de España solo quedarán dos, la de la Vaguada y Parquesur, y se espera que sigan el ejemplo de las otras en 2022.
La crisis de suministros ha acelerado una decisión que la empresa ya había tomado en 2020. Sin embargo, la falta de recursos por los cuellos de botella y los problemas que ha habido en toda la cadena logística mundial hace que estas tiendas estén teniendo problemas para poner a la venta sus productos.