El euro perdió este miércoles los 1,12 dólares y se dirige al cruce mínimo con el billete verde de la pandemia, los 1,06 dólares del 20 de marzo de 2020. El riesgo de caída es del 5%, según viene advirtiendo Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, "si la cesión del soporte de los 1,12 dólares se confirma al cierre semanal".
La moneda común se deprecia ya un 9% desde el máximo de la pandemia, los 1,23 dólares que registró en enero de este 2021. En este periodo, el índice dólar, que mide el comportamiento de la divisa estadounidense frente a los principales pares de todo el mundo, sube algo más de un 8%, lo que significa que en el retroceso del euro hay más de fortaleza del dólar que de debilidad propia.
Esta fortaleza del billete verde está relacionada con el ciclo adelantado de Estados Unidos respecto a la recuperación económica, el pico de inflación y la retirada de estímulos monetarios, que ya ha anunciado la Reserva Federal (Fed), mientras el Banco Central Europeo (BCE) todavía no se ha pronunciado.
En estos momentos, la estimación más pesimista para el euro de cara a 2022 es la de ABN Amro, que la baja hasta los 1,05 dólares. La siguiente es la de BNP Paribas, en 1,09. La media de las previsiones del consenso de expertos que reúne Bloomberg se queda en los 1,16 dólares y no justifica coberturas pese al impacto que tiene en las importaciones y a que el coste de protegerse es bajo, cercano al 1%, sobre todo respecto al 3% que alcanzó a finales de 2017, cuando el euro llegó a intercambiarse por 1,25 dólares, o frente al 3,5% al que se fue en noviembre de 2018, cuando el rendimiento del bono de Estados Unidos superó el 3% y los mercados temblaron.
El coste de cobertura del 1% habla precisamente de estos dos últimos aspectos. Por un lado, que sea barato proteger el cruce entre el euro y dólar podría entenderse como un síntoma de que no se espera una caída mucho mayor de la moneda común.
Por otra parte, esta misma circunstancia significa que no se estima una ampliación del diferencial entre los tipos de interés de Estados Unidos y de la eurozona, pese al pico más intenso de inflación en el primer polo económico respecto al segundo.

Actualmente, el rendimiento de la referencia del mercado de deuda al otro lado del Atlántico, el bono a 10 años o T-Note, es del 1,65%, tras haber subido desde el 1,3% de mediados de septiembre. Su homólogo en el Viejo Continente, el Bund de Alemania, aún tiene una rentabilidad negativa del -0,22% en el mercado secundario.
De hecho, cada vez que la expectativa de subida de los tipos de interés oficiales por parte de la Fed aumenta, el incremento de la brecha de rendimientos entre Estados Unidos y la eurozona funciona de aspiradora para el dólar, atrayendo el dinero en contra del euro.