Bolsa, mercados y cotizaciones

Por debajo del céntimo: las criptodivisas explotan el inframundo de la inversión

  • El precio de Shiba Inu y Dogecoin favorecen la especulación salvaje
  • Los expertos encuentran poca lógica técnica para cotizar tan fraccionado
  • Las monedas memes son las nuevas penny stocks de este siglo

El gran atractivo de Shiba Inu y Dogecoin es que con pocos dólares los inversores pueden atesorar millones y millones de estas monedas virtuales, lo que supone una falsa ilusión que con poco que suban se harán millonarios. Las compañías centimeras han sido la moneda favorita de los especuladores de toda la vida, pero las criptos todavía van más allá.

El céntimo ha sido históricamente la última frontera de la inversión. Territorio de chicharros o penny stock, un ámbito para especuladores salvajes. La manera más rápida de multiplicar el capital invertido o de perder todo en un suspiro. Pero en los últimos años el límite inferior se ha tenido que mover. Nadie pensaba que podría haber tipos negativos. Tampoco que hubieran activos que cotizaran en negativo. Como sucedió con el petróleo. Así que no debería sorprender que las bolsas se hayan tenido que adaptar estirando el extremo inferior para algunas acciones, para cotizar con cuatro decimales.

Las criptodivisas todavía han ido mucho más allá, en materia de decimales. No hay activo que haya tenido una valoración de 0,00004893 dólares como la moneda Shiba Inu. También el Dogecoin cotizó en esos niveles antes de pegar el pelotazo. Valer por debajo de la milésima no es cosa de criptos memes. El bitcoin se puede dividir en sathosis, con una equivalencia de 0,00000001. Al precio actual en dólares del bitcoin, un sathosi vale 0,0005 dólares. Más raro es el caso del wei, que es una quintillonésima parte de un Ether.

Para los críticos de las divisas digitales esta forma de cotizar en el inframundo del décima tiene una explicación especulativa. Es el anzuelo perfecto para atraer a pequeños inversores. ¿Quién no quiere por 50 dólares ser el dueño de un millón de cosas, aunque no valgan nada? El gancho de lo barato, aunque en realidad añadir ceros por detrás de la coma supone valorar un activo como la nada, pero una décima arriba o abajo en estos términos supone duplicar la inversión.

"Ves con muchas de estas monedas meme, como Doge y Shiba, que los inversores minoristas están invirtiendo dinero en ellas porque parecen baratas", explica Halsey Minor, directora de Public Mint , una plataforma blockchain. Y amplía el razonamiento: "Hay un elemento psicológico, la gente piensa un bitcoin es demasiado caro en comparación con los 0,25 dólares del Dogecoin".

El atractivo en invertir más allá del céntimo gana enteros si tienes en cuenta que estas invirtiendo en algo que se llama como el fundador del bitcoin, en sathosi, o como uno de los pioneros en divisas digitales como el influyente criptógrafo Wei Dai. ¿Tiene sentido tecnológico fraccionar tanto una divisas? Para tener la respuesta habrá que esperar mucho tiempo. Será lógico si hay una moneda que se revalorice exponencialmente y todos esos ceros encajan en números enteros.

"En el universo de las criptodivisas han acordado que el estándar de 18 decimales para los tokens ERC20 es bastante arbitrario y probablemente no sea ideal", explica Arjun Bhuptani, cofundador y líder del proyecto de Connext, a Bloomberg. El experto en la red Ethereum señala que "en 18 decimales hay un exceso de precisión para casi cualquier uso", que se le quiera dar a una rescriptoria.

Tantos ceros han chocado con los límites de los propios ordenadores y de las actuales plataformas. La mayoría han roto el estándar que se creó de 18 decimales. Para los desarrolladores no compensa el trabajo adicional que supone números tan largos respecto a la experiencia del usuario, explica Bhuptani.

La plataforma Kraken tiene límites en la cantidad de números que se pueden ingresar al realizar una operación. Dado su alto precio, el intercambio ha eliminado los centavos cuando se trata de comprar Bitcoin: los pedidos solo se pueden realizar con un solo decimal. Y cuando se trata de realizar un pedido por una cierta cantidad de un token, olvídese del estándar de 18 decimales para los tokens basados ??en Ethereum, solo puede operar con ochos decimales.

La proyección para algunas divisas es de locos. SafeMoon cotiza por los pelos en esos límites. Se intercambia en 0,00000348 dólares. Normalmente en estas criptos el número de monedas en circulación es ridículo. Shiba Inu comenzó con un suministro de 1 billón de moendas. La mitad de esta cantidad fue retirada por el cofundador del Ethereum, Vitalik Buterin, en una billetera a la que nadie puede acceder. Si la llega alguna vez a valer un 1 dólar, el valor de la moneda en circulación valdría casi 10 veces más que todo el mercado de valores de EEUU.

"Nadie prevé este escenario es un espejismo del marketing", indica Jonathan Azeroual, de la plataforma de intercambio de cifrado INX. "Nadie quiere comprar 0,01 bitcoins, pero sí tener millones de Shiba". Las astillas de los decimales solo pueden beneficiar a plataformas y carteras. Si no valen nada, puede que nadie las quiera realizadas las operaciones. Tampoco valía hace diez años un bitcoin. Para pagar dos pizzas un usuario empleó 10.000 bitcoins. Hoy un bitcoin podría comprar el local de la pizzeria.

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