
Los bonos chinos se han convertido en uno de los activos preferidos por los inversores, al calor de la apertura de los mercados de renta fija que han llevado a cabo las autoridades del gigante asiático en los últimos años. Si a finales de 2018 solo representaban de media un 0,55% de las carteras de los fondos de bonos globales ahora ese porcentaje se ha elevado hasta el 6%, según los últimos datos de cartera de Morningstar, correspondientes al pasado mes de julio.
La inclusión de los bonos chinos en varios de los índices internacionales más importantes de deuda ha multiplicado los flujos de entrada de dinero, hasta el punto de que los fondos de deuda denominados en yuanes se han convertido en una de las categorías con más suscripciones netas en el año, con 9.731 millones de euros, lo que ha permitido elevar su volumen patrimonial hasta los 22.300 millones de euros, casi ocho veces más que en 2019.
Aunque la situación de quiebra técnica que vive la empresa Evergrande, con unos pasivos por valor de 250.000 millones de euros, ha recordado las turbulencias que desencadenó la caída de Lehman Brothers en el sistema financiero internacional, los expertos creen que no se trata del mismo caso, y recuerdan que los bonos chinos son los que mayor rendimiento ofrecen, sobre todo los soberanos.
De hecho, los fondos globales que invierten en deuda del gigante asiático se centran sobre todo en esta clase de activo, como explica Joseph Mouawad, gestor de deuda de mercados emergentes de Carmignac, boutique cuyo fondo Carmignac Global Bond es de los que mayor exposición presenta a renta fija china, con casi un 29% de la cartera. "La mayor parte de esta exposición se ha realizado a través de deuda china gubernamental, que actúa como un refugio seguro en momentos de volatilidad y menor crecimiento. Y hasta ahora se ha comportado bien a pesar del inminente default de Evergrande", explica el gestor, para quien las autoridades chinas no permitirán un contagio al resto del sector inmobiliario, "muy importante para una economía en la que las viviendas acaparan gran parte de los ahorros" de los ciudadanos, subraya.
Maria Luisa Matarrelli, responsable de deuda soberana de mercados desarrollados y emergentes y divisas de Eurizon, asegura que el fondo de deuda global de la firma solamente ha tenido exposición a deuda del gobierno chino en yuanes, lo que le permitiría incluso beneficiarse de una intervención de flexibilización monetaria por parte del Banco Popular de China.
"Pensamos que el gobierno chino podría seguir el orden de prelación de los créditos y permitir los impagos parciales, ya que es saludable para el mercado de crédito que los riesgos de impago y los diferenciales de crédito reflejen la capacidad subyacente de cumplir con los pasivos. Los diferenciales de crédito excesivamente estrechos habían sido un riesgo sistémico en China, hasta ahora. Así que lo que está ocurriendo actualmente, en este sentido, es saludable", señala Matarrelli , para quien no tendría sentido que Pekín permitiera que esta situación concreta contagiara incluso a las compañías con buen comportamiento. "Así que somos positivos en los mercados de bonos y acciones chinos", concluye.
Auge verde
Hay otro aspecto que ha atraído la atención de los inversores en deuda china y es el auge de las emisiones ESG que está viviendo el gigante asiático. Ignacio Fuertes, director de inversiones de Rentamarkets, recuerda que la emisión de bonos verdes ya supone más del 10% del mercado, lo que ha convertido a China en el segundo mercado de bonos verdes más grande del mundo, "un tema de creciente importancia para los inversores de Occidente", subraya Fuertes, quien destaca que el diferencial de rentabilidad, el tamaño del mercado y la descorrelación respecto al resto de la renta fija hacen de los bonos chinos una oportunidad".