
El sector de las telecomunicaciones ha tenido un comportamiento similar al del mercado en general en lo que va de año, aunque los inversores siguen estando históricamente infraponderados, según la encuesta de gestores de fondos europeos de Bank of America (BofA) correspondiente al mes de agosto.
No obstante, señalan desde el equipo de analistas de la entidad estadounidense, "seguimos pronosticando una recuperación continuada durante el segundo semestre y un crecimiento sostenible a partir de 2022, superando el pico de apalancamiento, a medida que los vientos en contra del Covid se disipan y surgen los vientos a favor".
Con respecto a los gastos en capital, el informe indica que 2020 fue un año de múltiples anuncios de nuevas inversiones en fibra, aunque estos "deberían al menos proporcionar una mayor visibilidad de los flujos de caja a medio plazo". Aun así, los expertos pronostican que los niveles absolutos aumentarán en 2021 a medida que los rezagados, como Deutsche Telekom, aumenten el capex, mientras que varias telecos, como BT, Proximus, KPN, TI y otras, aceleren la construcción (de sus redes de fibra).
Sin embargo, el gasto intangible en las subastas residuales de 5G ha sido más alentador, con un gasto inferior al previsto recientemente en el Reino Unido, Suecia y España, según el informe. Otras subastas que podrían retrasarse a 2022 son las de los Países Bajos y Bélgica.
En este escenario europeo cada vez más interconectado, destacan los españoles Cellnex y Telefónica -ambos forman parte de la estrategia de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista-. En los dos casos, el potencial alcista de sus acciones está próximo al 12%, según el consenso de mercado que recoge FactSet. En lo que se refiere a Cellnex, el precio objetivo que le otorga el consenso de mercado es de 65,29 euros, ligeramente por encima de los 64 euros que prevén desde BofA.
Las condiciones que apuntalan esta valoración, según el banco norteamericano, son un crecimiento de inquilinos mayor de lo previsto en el negocio de alquiler de torres de telecomunicaciones, que impulsa unas ratios de arrendamiento más elevadas; o un gran enfoque por parte de los operadores en las células pequeñas, en el que Cellnex desempeña un papel clave.

Por otro lado, desde BofA estiman que la acción de Telefónica podría alcanzar los 5,3 euros en los próximos doce meses, mientras que el consenso de mercado apunta a una cifra más modesta de 4,7 euros. Esos 5,3 euros se podrían lograr si hay "una evolución de los precios mejor de lo previsto en España y una mejor obtención de sinergias en Alemania y Brasil tras las fusiones", sostienen desde la entidad estadounidense.
También, resaltan, "cualquier acción adicional para reparar el balance de Telefónica podría proporcionar un margen de mejora". Eso sí, advierten de que la acción sufriría por "el debilitamiento del posicionamiento en Alemania a medida que los operadores avanzan hacia ofertas convergentes" y también por "el deterioro de los resultados en Brasil ante la volatilidad macroeconómica".
Si tanto Cellnex como Telefónica tienen un marcado perfil europeo en lo que se refiere a su negocio, Telefónica añade además la presencia en Brasil y México, lo que incorpora el efecto divisa. Para 2021, el consenso de mercado indica que Cellnex triplicará su beneficio bruto (ebitda) con respecto a 2019 y que el de Telefónica crecerá un 25%.
El beneficio de Cellnex se paga caro en bolsa
Entre las 24 firmas de telecomunicaciones que recoge BofA en su informe más reciente, Cellnex sobresale por ser la segunda compañía más valiosa en bolsa del sector y por presentar un PER 2022 (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de 368 veces a precios actuales, la cifra más alta. Si se deja fuera a Cellnex, el PER medio del sector para 2022 es de 35,7 veces, siendo el de Telefónica de 10,5 veces.