
Este martes, de forma oficiosa y casi oficial, se daba por concluida la misión de las tropas norteamericanas en Afganistán. Una misión que ha durado casi 20 años ya que tuvo su origen en septiembre de 2001, cuando en el día 11 de dicho mes tuvieron lugar los atentados sobre las torres gemelas (World Trade Center) y el Pentágono (Washington D.C.), donde fallecieron casi 3.000 personas.
La primera y más obvia consecuencia de aquello fue el inicio del conflicto bélico más largo de la historia de Estados Unidos, que precisamente ha puesto punto y final esta misma semana con la salida de sus tropas, pero dejando a los talibanes en el poder.
Durante estos 20 años, según el Servicio de Investigación del Congreso, el Gobierno federal ha gastado unos 2 billones de dólares en fondos de emergencia para apoyar su respuesta a dichos ataques. Otros analistas los costes totales en más de 6,4 billones de dólares, si se suma tanto el desembolso en Afganistán como en Irak, además de los costes derivados de los veteranos de guerra.
Desde siempre, la industria que rodea al sector defensa se ha nutrido de los contratos públicos para abastecer ejércitos y sistemas defensivos y durante estos últimos 20 años, pese a la aparente paz generalizada que ha imperado en el planeta, los grandes nombres de esta industria se han reforzado. De hecho, de las que eran las 20 compañías más grandes del sector en septiembre de 2001, hasta 14 siguen encontrándose en estos puestos clasificatorios, atendiendo a su capitalización en bolsa.
En este sentido, Boeing era y es el líder absoluto de este sector pese a que gran parte de su producción va destinada a los aviones comerciales. Otra parte, no obstante, va destinada a la aviación militar. Su valor en bolsa se ha multiplicado casi por cinco durante estos 20 años, hasta situarse por encima de los 125.000 millones de dólares mientras que el precio de sus acciones se ha disparado un 560% en este periodo. Pese a esta posición dominante, es de las pocas grandes que no recibe una recomendación de compra del consenso de mercado, probablemente, penalizada por los problemas de los últimos años alrededor de su modelo 737 Max.
La segunda de la lista, Raytheon, también ha conseguido mantener su puesto de privilegio en las últimas dos décadas. A punto de cumplir un siglo desde su fundación, es uno de los mayores contratistas militares de todo el mundo, especialista en grandes armas como los misiles, aunque ahora también ofrece servicios especializados de control aéreo, radares, sensores y satétiles. Al igual que Boeing, ha visto cómo su capitalización se multiplicaba casi por cinco veces desde 2001, con un avance de sus títulos del 400%. Sin embargo, a diferencia del fabricante de aeronaves, Raytheon recibía y recibe una recomendación de compra por parte del consenso de analistas que recoge FactSet (la mejor de todo el sector).

Actualmente, ocupa el tercer puesto Airbus, que ha ganado hasta cinco lugares en los últimos 20 años. Y no es para menos. Su valor en bolsa se ha multiplicado por más de 10 y ya se acerca a su gran competidora, Boeing. Entre sus productos estrella, aparte de los propios aviones para los gobiernos, están los helicópteros, muy utilizados por las fuerzas armadas.
Esta parte de su negocio se ha ido incrementando en los últimos años, hasta constituir un segmento particular dentro de la cuenta de resultados del grupo. A cierre del año 2020, el segmento Aerospace & Defense suponía ya el 20% del total de los ingresos, a lo que si añades los helicópteros, supondría en total un tercio de toda la facturación del ejercicio pasado. Recibe una recomendación de compra por parte de los expertos.
Lockheed Martin, el mayor contratista militar de Estados Unidos en las últimas dos décadas, ocupaba el tercer puesto hace 20 años, pero su valor en bolsa ha sido superado por la francesa Airbus. No obstante, lo ha multiplicado casi por cinco en este periodo. Opera aeronáutica, sistemas de información, soluciones globales, misiles y control de incendios, sistemas de formación y sistemas espaciales. Destacan, entre todos ellos, los famosos kazas. Recibe una recomendación de compra y es la que cotiza más barata por PER -veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción- de entre las 10 más grandes del sector.
Más allá de estas cuatro grandes empresas, el mayor cambio en el sector ha sido la francesa Safran que ha escalado 13 puestos hasta el séptimo lugar y Northrop Grumman con 4 peldaños. Por el contrario, la italiana Leonardo ha cedido 10 puestos, siendo ahora la vigésima por capitalización.