
Telefónica recomprará instrumentos de deuda y obligaciones perpetuas subordinadas emitidas por dos de sus filiales por importe de 953,5 millones de euros después la oferta que lanzó el pasado 30 de junio sobre un total siete bonos en circulación, según comunicó este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En concreto, el operador de telecomunicación recomprará deuda por valor de 838,6 millones de euros procedentes de seis bonos, a los que se suman 114,9 millones de un bono híbrido.
La compañía tiene previsto liquidar la oferta el 12 de julio, mientras que todos los bonos serán amortizados. Una vez liquidada, más del 80% del importe nominal agregado original de los instrumentos híbridos habrán sido adquiridos y amortizados.
La compañía que dirige José Manuel Álvarez-Pallete lanzó el 30 de junio una oferta de recompra de instrumentos de deuda y obligaciones perpetuas subordinadas por un importe de hasta 1.000 millones de euros, con el objetivo de gestionar la deuda y la liquidez de forma eficiente.
El importe nominal agregado de estos instrumentos superaban los 7.400 millones de euros y tenían sus vencimientos desde el año 2022 a 2026. El objetivo de esta operación es gestionar de forma proactiva la deuda sénior y la base de capital híbrido, así como gestionar la liquidez de una manera eficiente.
La teleco cerró 2020 con un pasivo neto de 41.700 millones de euros: 3,2 veces su ebitda (beneficio antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciaciones) del año pasado. Ahora, el consenso de analistas que recoge FactSet sitúa la deuda neta a final del ejercicio ligeramente por encima de los 37.000 millones (incluyendo arrendamientos), lo que supone un tijeretazo de 4.700 millones al lastre de la firma.
Aunque todavía la media no alcanza los 9.000 millones que Álvarez-Pallete se comprometió a reducir, ya recoge una parte de las operaciones anunciadas en los últimos meses, dejando el apalancamiento en 2,7 veces su ebitda proyectado para 2021, es decir a 0,3 veces de la media de las 10 grandes del sector, por debajo de la de Deutsche Telekom y de Vodafone y solo por encima de Orange, que cerrará el año con una deuda de 2,1 veces.