
Después de haber sido repudiado por su familia y amigos, el patito feo deambuló por el mundo sin rumbo hasta encontrar su sitio entre los cisnes, convirtiéndose en uno de ellos. Si el Ibex terminará siendo este año, o no, el patito feo de las bolsas europeas, lo sabremos en diciembre. Sin embargo, pese a que el índice español comenzó el año como terminó el pasado, es decir, siendo el peor del Viejo Continente, en las últimas semanas ha protagonizado una gran remontada frente a sus homólogos.
La fotografía ahora mismo deja al Ibex con una subida del 13,26% en lo que va de año, superando ya al Dax, al Ftse Mib o al Ftse 100 y quedándose solo por detrás del Cac Francés (15%). Así, ha igualado al EuroStoxx 50, la referencia continental, que se anota un 13,25% desde el primero de enero. También ha superado a la referencia de Wall Street, el S&P 500, que se apunta un 12,6% y se acerca al Dow Jones, que ya cotiza en los 35.000 puntos tras un ascenso del 14,5% -ver gráfico-.
Esta situación es muy poco común. De hecho, la última vez que el Ibex firmó un año mejor que el del EuroStoxx fue 2017, cuando, con un 7,4%, le sacó algo menos de 1 punto porcentual de ventaja. No obstante, es mucho más inusual que le gane la partida a Wall Street. La última vez que esto sucedió fue en 2009, tras el crash de Lehman, cuando el S&P 500 rebotó un 23,45% frente al casi 30% que lo hizo el selectivo nacional.
Desde el punto de vista técnico, "es importante que el Ibex consiguiera cerrar la semana pasada por encima de los 9.000 puntos, lo cual es todo menos algo bajista, aunque no signifique que haya que ir corriendo a comprar, ya que es una situación igual de alcista que la de la semana pasada", explica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.
"De hecho, seguimos muy pendientes de ver lo que sucede en este entorno resistivo de los 9.000 puntos, ya que por ahí discurre el techo del canal que viene acotando la reconstrucción alcista que nació en los mínimos de marzo del año pasado", añade el experto, que concluye que "en cualquier caso, el Ibex no mostrará ningún deterioro en sus posibilidades alcistas ni debilidad alguna mientras no pierda soportes de 8.980 puntos, desde donde se abrió el último gap al alza".
Buenos datos 'macro'
Detrás de todo esto, ha habido en los últimas semanas una mejora considerable del ritmo de vacunación de Europa, gracias a la llegada de la vacuna de Janssen y unos buenos resultados corporativos. Con 39 empresas del EuroStoxx que ya han presentado beneficios, se han superado las expectativas del consenso en un 16%, con un crecimiento del 105% frente a lo presentado en el mismo periodo del año pasado.
También una sucesión de datos macro que avalan la senda de recuperación económica en el Viejo Continente. El último de ellos fue ayer el de la confianza inversora, que ha mejorado más de lo esperado, según la agencia alemana Sentix. Este índice se ha situado en 21 puntos, su nivel más alto desde mayo de 2019, cuando se esperaba que se quedase en 14 puntos, desde los 13,1 enteros marcado en la última revisión. Además, el subíndice sobre expectativas para la zona euro ha llegado a los 36,8 puntos, que es la mayor lectura desde que hay datos.
La contrapartida a esta recuperación económica es precisamente el riesgo que tiene la economía de sobrecalentarse a causa de los estímulos monetarios y fiscales que están en circulación. En este sentido, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, ya avisó de que quizás se está acercando el momento de retirarlos, algo que quedó en entredicho el pasado viernes tras la publicación de un dato de empleo peor de lo previsto en el mes de abril. A este lado del Atlántico, Phillip Lane, economista jefe del BCE, cree que "pese a que la economía alcanzará niveles pre-Covid ya en 2022, habrá que esperar un año más para recuperar todo el empleo perdido por la pandemia", por lo que los esfuerzos monetarios del organismo seguirán ahí por mucho tiempo, aunque se vayan dando pasos hacia el tapering en próximas fechas, la primera de ellas el próximo 10 de junio, cuando los de Christine Lagarde revisarán el PEPP (Programa de compras de emergencia por la pandemia, por sus siglas en ingles).
La banca tira al alza
Obviamente, detrás de esta buena evolución del Ibex está una rotación de carteras hacia el ciclo, para, por un lado, aprovechar ese impulso de la recuperación económica y, por otro, las grandes oportunidades que los desplomes de 2020 habían abierto en una parte importante de las cotizadas españolas.
Así, entre los cinco valores más alcistas del índice en lo que va de año destaca Sabadell, que ya se acerca al 90% de subida, apoyado también por el ruido corporativo en torno a una eventual operación con BBVA. También está ahí Bankinter, pese a la salida a bolsa de Línea Directa. Fluidra es la segunda que más ha subido, y ArcelorMittal e IAG completan este grupo. Por contra, las renovables han protagonizado esa rotación de forma inversa, dejando a Solaria y Siemens Gamesa como las dos peores del año.
Cotiza con prima frente al resto de plazas
En los últimos años, la peor evolución del Ibex frente al resto de bolsas europeas tenía como consecuencia directa un descuento por PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) que ya no se da. Los ascensos de este año, unida a las menores revisiones al alza de las expectativas de beneficios, dejan al Ibex cotizando a 19,3 veces su beneficio de 2021, un multiplicador que supera las 18,6 del EuroStoxx, las 18,3 del Cac francés, las 15,8 veces del Dax alemán y las 14 veces del Ftse Mib italiano. De entre las principales bolsas, tan solo el S&P 500 sigue comprándose más caro que la bolsa española, al descontar que hay que esperar 23 años para recuperar la inversión por la vía de las ganancias.