
Inversis ha presentado su perspectiva macroeconómica para los próximos meses en la que refuerza su apuesta por los mercados emergentes frente a economías más desarrolladas y la renta variable frente a la fija. Apunta, además, a un crecimiento lento para Europa debido a las fuertes restricciones impuestas y una mayor celeridad para Estados Unidos que se verá reforzado por la llegada de la Administración de Biden al poder.
De la mano de Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe macroeconómico de Inversis, la entidad ha dibujado un escenario global marcado por la crisis originada por el coronavirus, en la que es ya la recesión mundial más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
Para este año, la firma de inversión apunta a una continuidad en la actuación de los bancos centrales y autoridades gubernamentales, que permitirá el mantenimiento de las condiciones monetarias y fiscales acomodaticias, que se ajustan al ritmo de aceleración del crecimiento.
En este sentido, Ignacio Muñoz-Alonso, destacaba también que los bancos centrales seguirán financiando los déficit presupuestarios de los gobiernos hasta que el crecimiento del PIB se estabilice y que las compras de activos pondrán suelo al precio de los activos de riesgo.
Estas medidas, sin embargo, no parece que vayan a alterar las perspectivas de inflación subyacente en las economías avanzadas, para las que se espera un repunte de la misma, aunque, durante los próximos trimestres, aún lejos de los objetivos de los bancos centrales.
Las previsiones para Europa, EEUU y China
Para la Eurozona, Inversis prevé un crecimiento del 4,8% del PIB para 2021, con una recuperación lenta en comparación con el resto de grandes zonas económicas. Este crecimiento será dispar entre los diferentes países, dependiendo de variables como la dependencia de los sectores más expuestos a la movilidad, el tamaño medio de las empresas, la apertura al comercio internacional y la eficacia de las medidas de estímulo fiscal aplicadas.
En general, se espera un repunte del consumo, tras la caída del 8% sufrida en 2020, a medida que las familias liberen el ahorro generado durante las restricciones, lo que podría derivar en una subida por encima del 3% del PIB.
En cuanto a los riesgos para la economía europea, Muñoz-Alonso coloca la deuda pública en primer lugar, ya que "los gobiernos deberán equilibrar la sostenibilidad de su deuda junto con el mantenimiento de la demanda y el empleo, evitando el riesgo de desempleo de largo plazo y la disminución de la recaudación" y pone el foco sobre las primas de riesgo.
En cuanto al mercado americano, la llegada de Joe Biden al gobierno marcará la marcha de la economía de manera significativa, según las estimaciones de Inversis. El impacto de las medidas que el nuevo gobierno quiere poner en marcha hace prever un crecimiento del PIB de entre el 1,2% y el 4% sobre la base proyectada para 2021, apoyado en políticas ambiciosas de expansión del consumo y el gasto público.
Asimismo, no prevén cambios en las políticas de la Reserva Federal, que continuarán enfocadas en sostener el crecimiento y el empleo.
Por otra parte, el mercado chino es el que se recuperará con mayor rapidez, según las previsiones, dado que ya en 2020 acumuló un crecimiento del 1,8% en su PIB, a pesar de la pandemia. Por ello, se espera un crecimiento del 7,7% este año, debido al eficaz control de la pandemia, el fuerte apoyo fiscal y monetario recibido y la sólida recuperación del consumo y las exportaciones, muy ligadas al material sanitario.
En cuanto a las economías de Asia oriental, su resistencia en 2020 fue muy superior a la de Europa y EE.UU., en parte gracias al crecimiento de la producción industrial de China, que proporcionó impulso al resto de economías emergentes. Así, las proyecciones de normalización en 2021 son favorables a estos mercados, si bien la confianza se pondrá a prueba ante señales de retirada prematura de los estímulos.